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el albino despertó en una habitación oscura, totalmente desnudo y atado con lo que parecían ser unas cuerdas, a una gran cama con sábanas de, intuía por su textura, seda. su cabeza estallaba en dolor, siendo atravesada por grandes pinchazos que lo hacían cerrar los ojos con fuerza mientras apretaba su mandíbula. la duda inundaba sus pensamientos.

¿qué hacía ahí?

¿cómo había llegado a ese lugar?

¿por qué estaba atado?

y lo más importante, ¿por qué estaba desnudo?

intentó zafarse de las cuerdas, pero estas le rozaban su pálida piel hasta dejarla arañada, roja, a punto de sangrar por la fuerza ejercida contra ella.

habría seguido intentando desatarse si no fuera porque una presencia irrumpió en la estancia.

todo su cuerpo se tensó, y levantó levemente su cabeza para poder observar al "desconocido", el cual a los pocos segundos se convirtió en la persona más conocida por el rubio. cruzaron miradas de una manera que hizo que el más alto se estremeciera en su lugar, provocando que las cuerdas le lastimaran de nuevo, sacándole un gruñido.

— deja de moverte tanto si no quieres que te queden marcas durante días.

el de ojos grises frunció el ceño ante las palabras del de la cicatriz, observando con atención cómo este se quitaba las gafas y las dejaba en una mesa. estaba vestido con una sudadera que le quedaba enorme, como un vestido, y el albino estaba seguro de que no llevaba nada debajo de ese trozo de tela.

el menor caminó con lentitud hacia la cama, dando un pequeño salto para sentarse a horcajadas del contrario, con una rodilla a cada lado de su cadera y su trasero presionando sobre su semierecto pene, sacándole un jadeo por el repentino toque entre ambos.

el castaño acunó el rostro del contrario en sus manos, acercando su cara a la de su pareja y pegando sus frentes, rozando sus narices y mezclando sus respiraciones.

— ¿se puede saber a qué viene esto?

la voz del mayor fue clara y firme, haciendo temblar al pequeño.

— no hagas como que no lo sabes, Draco.

su ceño se frunció al escuchar eso, primero por el tono que usó para dirigirse a él y segundo por la frase en sí.

"no hagas como que no lo sabes"

¿saber el qué? Draco estaba confundido.

— ¿de qué coño hablas?

el menor soltó su rostro y se alejó, sin dejar de estar sentado encima suya.

— "oh, Pansy, ojalá Harry fuera como tú, tan pasiva pero a la vez tan dominante, teniendo ese poder para someterme que sólo tú tienes".

empezó a decir, haciendo las comillas con sus dedos e imitando de manera burlesca la dulce voz del chico. Draco enmudeció.

— Harry esa conversación ocurrió a la semana de empezar a salir juntos, no entiendo a qué viene todo esto.

— esto viene a que no me crees capaz de ser el activo por una vez, a tener yo el control.

— cielo es no es cierto, me gustas cómo eres, no necesitas obligarte a ti mismo a hacer algo que no quieres.

Harry rió burlomamente, alzando una ceja y cruzando sus brazos.

— ¿que no quiero? llevo queriendo esto desde hace meses, osea que será mejor que te calles y lo disfrutes. si no quieres que te ponga un bozal, claro.

disobedient pet - drarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora