Adios Italia.

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Victoria

Era una hermosa tarde en Roma, llegué  a casa después de una tarde de compras con mis amigas, recuerdo que pasamos toda la tarde hablando de una pareja Americana que peleaba en el centro comercial mientras que una chica que ignoraba totalmente la situación intentaba venderles unas malteadas, la mujer que vestía una camiseta de one direction terminó comprando dos malteadas y tirandoselas a quien supongo era su marido. Fue muy gracioso, fue un buen espectáculo digo no siempre pasan cosas así cuando vas de compras, usualmente siempre caminas husmeando entre los almacenes a ver si encuentras algo nuevo, algo que no viste los dos días anteriores.

Recuerdo que llegué a mi casa y con ansías tomé la correspondencia, salté de emoción cuando vi aquel sobre grande en el que sabía que estaba mi futuro, sin darle tantas vueltas al asunto lo abrí.

Aprobada.

Joder, sin duda fue uno de los mejores días de mi vida.

"Iré a Nueva York", eso le dije a mi madre para luego correr a encerrarme en mi cuarto, como si ella no hubiera quedado pálida ante la noticia.

Ella dijo que no lo lograría, tuve que esforzarme de más y sacrificar muchas cosas pero me gané esa beca completa.

Me hubiera quitado el nombre y me hubiese mudado a China si no.

Señora Gloria de Lombardi

Aquella tarde casi me da un infarto, no es muy común que tu unica hija llegue y te salude con un "me voy a otro país".

Recuerdo haber llamado a mi marido y decirle "Nicolò creo que tu hija se ha golpeádo la cabeza". No es que no creyera en Victoria, yo la traje a este mundo yo más que nadie sé de lo que es capaz, pero no era muy probable que la aceptarán en esa universidad con una beca completa, porque para ser honesta su padre y yo a duras penas hubiéramos haber podido pagar la inscripción.

Solo no quería ilusionar, no quería que creyera que iba a vivir una vida que nosotros no le hubiéramos podido proporcionar.

Victoria

Dos semanas después me encontraba en el aeropuerto con mis padres, mi madre insistía en que algo se me olvidaba, mientras que mi padre estaba a nada de llorar.

—¿me escribirás todos los días? —Me preguntaba mi papá.

—No. —le respondí mientras veía como le cambiaba completamente la expresión y me lanzaba una mala cara.

—Pues, más te vale cumplir con tu palabra... soy un hombre muy ocupado —dijo mientras yo reía en carcajadas.

—Ya dejen de hablar tonterías, Victoria escríbele por lo menos una vez a la semana porque si no lo haces se morirá de depresión y no quieres matar a tu padre ¿verdad? —dijo mi madre con seriedad.

—Los mantendré informados, lo prometo.

Luego de eso recuerdo haberme despedido.

Subí a ese avión y no cerré los ojos en todo el vuelo por la emoción.

Ese fue mi despedida, le dije adiós a Italia.

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⏰ Última actualización: Jun 03, 2023 ⏰

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¡Maldita sea Italia y toda su belleza!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora