It's over.

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“¿Así que eso es todo? ¿Se acabó?”

Él estaba mandando todo a la mierda después de un año ocho meses de relación.

“En verdad lo siento, Kate, es que simpl…” lo interrumpí.
“Oh, claro que no lo sientes. Pero está bien, aquí se termina todo. Mañana a primera hora llamaré a la agencia para cancelar.” Me levanté de la silla y comencé a caminar hacia la salida del restaurante con la poca dignidad que todavía me quedaba. Estaba muy alterada. Alexander me había botado como si fuera un juguete que ya no quiere. Mis amigas me lo dijeron, mi madre lo hizo. Al parecer todos sabían la clase de persona que era él y yo fui como estúpida a comprometerme con él. Subí a mi Mini Cooper y en cuanto me senté golpee el volante. Quería gritar. Quería regresar y tirarle el florero encima. Quería golpearlo y llorar mientras le gritaba preguntando por qué me había traicionado de esa forma pero simplemente no podía. «Él se lo pierde» me animó esa vocecita que nunca se calla dentro de mi cabeza.

“Wow, Kate ¿qué pasó? Te ves horrible.”

“Gracias, Tom, es lo que toda chica quiere escuchar de su aspecto.”

Él me miró mal. “Sabes que no me refiero a tu aspecto físico. ¿Estás bien?” sólo logré asentir. Necesitaba un largo baño y un poco de helado, sin embargo estaba en el trabajo y apenas era medio día, por lo que decidí dejar de pensar en lo ocurrido y hacer mis deberes.

Alguien tocó la puerta de mi oficina y luego ésta se abrió. “Kate, pero ¿qué haces aquí todavía? Creía que te habías ido hace como dos horas…” miré a mi jefe y luego la pantalla del ordenador donde la hora indicaba las 7:00 pm.

“El tiempo pasa volando, ni siquiera me había dado cuenta de la hora” respondí sincera.

“Bueno, será mejor que nos vayamos porque en una media hora cierran el edificio.” Asentí y comencé a recoger mis cosas; el escritorio parecía la mesa de un kínder, con papeles por todos lados. Salimos del edificio. ¿Qué podría hacer ahora? Definitivamente no quería llegar a mi casa, sería duro entrar a mi recámara y ver todas las fotos ordenadas en forma de corazón que decoraban una de las paredes, todas de Alexander y mías. Una pequeña lágrima logró colarse, resbalándose hasta mi mejilla antes de que la secara bruscamente. No tenía ningún lugar más a dónde ir así que desganada, subí a mi auto y conduje hacia mi apartamento.

El sonido del teléfono me hizo dar un pequeño brinco del susto y hacer que tirara toda la esencia de rosas en la bañera por lo que maldije mientras iba a cogerlo a la cama. En la pantalla se leía “Ms. RB”

“Hey” saludé.

“Hey, Kate ¿qué tal todo? Yo te echo un montón de menos, Nebraska no es lo mismo sin ti, amiga, pero dime ¿qué tal el trabajo? Acá entró un nuevo chico, su nombre es Marcus y está para morirse, el tipo está más bueno que comer nutella con el dedo” Sonreí. Ella siempre era así, te preguntaba algo pero parecía responderse sola y terminaba diciendo demasiadas palabras antes de dejarte hablar. “¿Cómo van los preparativos para la boda, está Alexander ahí?”

“No, Rebecca… Alexander no está aquí y no va a haber ninguna boda.” El sonido de sorpresa que hizo fue exactamente como lo había imaginado.

“¿Pero qué dices? ¿Cómo que ya no habrá boda? Dime qué hizo el muy idiota y en este momento tomo el primer vuelo a NY para matarlo”

“Tranquila, Black.” Comencé a contarle lo que había pasado con mi ex-prometido, que me había dejado por una zorra aunque él lo negara. Después de un rato donde ella trataba de consolarme, quedamos en que me visitaría en dos semanas en mi apartamento y tendríamos un fin de semana como los que hacíamos en la universidad para que olvidara “al tipo ese” como Rebecca había dicho.

Entré al baño de nuevo y abrí la llave del agua caliente para que la bañera siguiera llenándose; me despojé de mi ropa y me relajé, tratando de no pensar en nada. Cuando el agua comenzaba a enfriarse decidí que ya era momento de salir así que lo hice, me puse ese pijama de conejitos rosa. Después de todo y asimilándolo bien, creo que fue lo mejor. Nuestra relación ya no era la mejor y debo admitir que un par de veces tuve que fingir un orgasmo. Y así, entre pensamientos serios y tontos a la vez, me quedé dormida.

«Hmm, apaguen esa cosa.» me moví en la cama; quería seguir durmiendo pero el aparato no se callaba por lo que solté un grito de frustración y me incorporé del todo, apagando la alarma. 8:10 am. Al menos era viernes y no tenía que pasar todo el día en la oficina ya que tenía una cita muy importante en el Corporativo Aéropostale. Recordar eso me hizo levantarme con más ánimos. Si todo salía bien, ellos podrían contratarme y eso sería, hasta ahora, lo más importante que poner en mi curriculum. 

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Hey! ¿Cómo están? Ahora vengo con esta historia, esperando realmente que les guste. Ya saben que cualquier comentario es bien aceptado así que sería genial si me dieran su opinión, pls. ♥ Gracias por leer, las amo. -Laur aka Mrs. Espinosa {also, Jacks Girl lol}

Cold Hearted {J. Gilinsky}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora