Capítulo I-III

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Poco después de aquella explosiva bienvenida a los estudiantes, los mellizos salieron corriendo del gimnasio, en donde la profesora Jean estaba riñendo a la chica de rojo, quien parecía estar a punto de romper en llanto.

Pensaban dirigirse hacia el salón de clases, pero decidieron ir primero a la enfermería para ver qué tal estaba Paimon. Estuvieron más de diez minutos deambulando por los pasillos cuando finalmente reconocieron estar perdidos.

— Sora-nii, creo que deberíamos regresar. Estoy segura de que estamos en otro edificio...

— Concuerdo contigo, pero... ¿hacia dónde estaba nuestro edificio?

Sora miró hacia la ventana del pasillo. Podía notar que estaban en el tercer piso, pero no tenía la más mínima idea de en cuál edificio se hallaban, o siquiera de hacia dónde deberían dirigirse para volver.

Nuevamente caminaron sin rumbo durante varios minutos, topándose con pasillos enrevesados, iluminados por el sol de la mañana. Desde las altas ventanas podían ver a más estudiantes caminando por el patio, probablemente de alguno de los otros edificios.

Fue entonces cuando fueron detenidos por una voz altanera. La chica a quien pertenecía la voz se hallaba frente a ellos, con un uniforme parecido al suyo, indicándoles que también debía de estar en segundo año. Mirándolos con semblante serio, y acomodando su cabello de color lila oscuro, peinado en dos coletas que caían sobre su espalda, la chica dijo:

— Por favor, deténganse. ¿Hacia dónde se dirigen? La Ceremonia de Apertura es abajo, en el gimnasio.

— ¿Eh? Pero... venimos de allí —respondió Hotaru, mirando a su hermano de soslayo.

— ¿Huh? ¿Vienen de la Ceremonia de Apertura? —preguntó la chica, mirándolos con curiosidad—. Pero aún falta un poco para que comience la del Edificio L...

— Es porque somos del Edificio M —respondió Sora, mirando a la chica con seriedad—. Nos transfirieron aquí este año, y estábamos buscando la enfermería de nuestro edificio.

Decidió omitir el hecho de que su Ceremonia de Apertura había tenido que acabar abruptamente por culpa de aquella mocosa lanzamisiles.

Sin embargo, la chica los miró con desconfianza.

— ¿Los transfirieron? Espero que no sea por actos delictivos en su antigua escuela...

— ¡Oye, oye, tranquila! Solo queremos visitar a nuestra amiga. Está en la enfermería —reclamó Sora, sintiéndose frustrado y molesto por la repentina acusación—. Además, ¿quién te crees que eres para andar dando órdenes?

La chica lo fulminó con la mirada, frunciendo el ceño. Sus ojos violetas, levemente rasgados hacia arriba y con una hermosa pero tenue sombra de maquillaje rojizo, se posaron en los ojos dorados del mayor de los mellizos.

— Mi nombre es Keqing, representante del Consejo Estudiantil del Edificio L —exclamó, posando sus manos sobre sus caderas y sacando el pecho con orgullo.

"Ah, eso explica su mal humor", pensó Sora, quien no tenía precisamente buenas experiencias con miembros de consejos estudiantiles en general.

— ¿Qué ocurre aquí? —inquirió una voz bastante grave, pero a su vez suave y calma. Una de las puertas corredizas de un aula cercana se abrió, dando paso a un hombre muy alto.

Hotaru no pudo evitar ruborizarse al verlo. Era un hombre de rasgos perfilados, como tallados en piedra pulida. Sus ojos delgados y rasgados otorgaban una mirada profunda que, coronada con una suave sombra de color anaranjada. Su cabello oscuro era muy largo, atado en una cola de caballo que le llegaba más allá de la cintura, y su color iba transformándose en una tonalidad clara conforme se acercaba a las puntas, como si de un cielo nocturno dando paso a la mañana se tratara.

Incluso Sora no pudo evitar pensar en lo increíblemente bien parecido que era aquel hombre, como si hubiera sido modelado por los dioses directamente.

— ¡¿Z-Zhongli-sensei?! —exclamó Keqing en un tono exagerado mientras sus mejillas tomaban el mismo tono carmesí de su maquillaje—. ¿Por qué no está en el gimnasio para la Ceremonia de Apertura? Los profesores suelen estar hasta quince minutos antes que los alumnos.

"¡Qué valor debe tener para cuestionar a un profesor!", pensaron los mellizos al mismo tiempo.

— Bueno, la Jefa del Comité de Profesorado del Edificio M envió un informe a la mesa de subdirectores... Las demás Ceremonias de Apertura deberán celebrarse en el patio del campus.

— ¿Huh? ¿Y por qué? Que yo sepa los alumnos del Edificio M sí recibieron su ceremonia allí...

— Y en efecto así fue —prosiguió Zhongli—. Sin embargo hubo... un pequeño problema que acabó destruyendo el gimnasio.

Keqing palideció repentinamente.

— ¡¿Que el gimnasio qué?! —gritó, perdiendo la compostura una vez más.

"¡Nos vas a dejar sordos!", volvieron a pensar los mellizos a la vez, llevándose los dedos a los oídos. Pese a parecer una estudiante muy correcta, no podían evitar llevarse la impresión de que Keqing era, probablemente, una neurótica.

Entonces, Keqing miró a ambos hermanos directamente, con ojos acusadores.

— ¿Acaso...? —comenzó, señalándolos con un dedo tembloroso.

Sin embargo, Zhongli interrumpió a la chica interponiéndose entre ella y los mellizos, mirando directamente a Keqing.

— Puedo asegurarle que no fueron ellos. No considero adecuado acusar a otros estudiantes de lo ocurrido, y mucho menos a los recién transferidos. Está dando una impresión equivocada de nuestro edificio.

Las mejillas de la chica volvieron a sonrojarse. Se quedó mirando al profesor unos momentos para luego mirar al suelo. Respiró profundo algunas veces antes de acercarse a los hermanos. Como si supiera lo que iba a hacer, Zhongli se apartó de en medio, con los brazos cruzados.

Entonces, inesperadamente para Sora y Hotaru, la chica hizo una solemne reverencia arqueando su espalda hacia delante.

— Pido disculpas por mis acusaciones sin fundamento. Sé que no es una excusa para mi comportamiento petulante, pero dado que he estado con una carga de trabajo inusual he acabado bastante estresada.

— D-Descuida, descuida. No hacen falta tantas formalidades —respondió Hotaru, sintiéndose algo incómoda por la situación—. Todo está bien, ¿no, Sora-nii?

— Bueno, al menos te dignaste a disculparte. Dejémoslo en el pasado, ¿de acuerdo? No queremos tener problemas en nuestro primer día.

— Nos retiramos, ¿de acuerdo? Aún debemos encontrar la enfermería.

Zhongli le hizo un gesto con la mirada a Keqing, el cual la chica pareció entender de inmediato.

— ¡Y-Yo los guiaré! Así no se perderán al deambular por el resto de la Academia —se ofreció la chica.

Los mellizos se miraron un segundo antes de mirar a Keqing, impresionados por su súbito cambio de actitud.

— Claro, te lo agradeceríamos mucho —dijo Sora, esperando a que la chica los alcanzara para fungir como su guía.

Mientras se alejaban, Zhongli les hizo un gesto de despedida con la mano antes de girarse y caminar hacia el patio de la Academia, donde estaban esperando los demás profesores del Edificio L.

— La juventud de hoy día en verdad es muy diferente a como era en mis tiempos —suspiró, sonriendo un poco.

"Si sigo diciendo estas cosas en voz alta sonaré aún más como un anciano", pensó, riendo para sí.

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2021 ⏰

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