Capítulo 3

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Este capítulo contiene escenas no aptas para lectores menores de edad. Se recomienda discreción. (Discreción!! No que estén comentando que rico se siente cuando pasa cada cosa! XD jajaja amo sus comentarios).

Mis bellas, nos quedan solamente dos capítulos más. Recuerden que estos son un cierre, en el después de Alderin.

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Lo miré moverse lentamente sobre mi cama. Estaba en mi habitación, aquí lo habían traído mis guerreros. Una parte de mí  — La egoísta quizás— estaba completamente entusiasmada por tener a mi mate aquí.  Sabía que él no sería Alpha jamás. Más sin embargo podría convertirlo en un lobo de rango Beta. 

Incluso cuando empezó a amanecer me negaba a separarme de él. Había cambiado mis ropas manchadas de sangre por unos jeans negros, una camisa azul de cuadros y zapatillas deportivas. Los rayos del sol se colaban por la ventana, sonreí al notar sus párpados abrirse, pareció confundido por un momento.  Pareció entender lo que sucedía, me miró, y me hubiese gustado ver algo más que sorpresa y enojo en su mirada.

—¿En dónde estoy?— Levantó una ceja poniéndose de pie. Le había quitado los zapatos y la chaqueta que llevaba puesta la noche anterior.

—Buenos días Jayden. Estás en mi casa. En mi manada— Frunció el ceño con la última palabra.  Después fue como si hubiese recordado todo lo que pasó, sus orbes verdes me miraron profundamente.

Ese era el tipo de miradas por las que cualquiera caería, porque yo, yo estaba más que metida hasta los cojones dentro de ella.

—¿Cómo es posible?, Mataste
a esos tipos— Tragué saliva. Los Licántropos teníamos una sola ley. No matar humanos inocentes. Y ellos estaban más podridos que una manzana.

—Eran malas personas, iban a matarte sin contemplaciones, a parte ya tenían varios crimines en la lista. No te preocupes por eso, los humanos ignorarán el atentado— hablé segura de mi misma.

—¿Qué eres?— Respiré profundo. Me puse de pie de la silla donde había estado sentada viéndolo dormir, sí, parecía una maldita psicópata

—Solo te pido que escuches, y también, que mantengas tu mente abierta—. Asintió una sola vez con la cabeza. Sentándose sobre la cama.

—Como ya lo sabes, mi nombre es Alderin. En realidad tengo veinticinco años. Me veo como alguien de dieciocho porque me convertí en mujer loba cuando tenía esa edad. Vivía en Canadá, trabajaba en un auto servicio, un día el lugar se incendió y cuando pensé que moriría...alguien salvó mi vida—. Hago una pequeña mueca al recordar ese día.

—Un hombre me había salvado. Tuve un pequeño encuentro con él hospital, dijo que vendría por mí. Días después mis amigos y yo fuimos secuestrados de una excursión y aparecimos aquí, en esta mansión. Su nombre era Elián Katwerger, y era un Licántropo, el Alpha de la manada Deep Shine, la tercera manada más poderosa de todo el mundo. 

—Sé lo que vi, y aún no puedo creerlo. Esos lobos mataron a los otros dos tipos y tú, tus ojos amarillos, tus colmillos. ¿Cómo?— relata confundido.

—Para mí también fue complicado al inicio.  Los lobos, vampiros, brujas, hadas y cualquier ser sobre natural, existe. La Diosa luna es su creadora, ella coloca un complemento en la vida de cada lobo y vampiro. En caso de los vampiros se les llama Tua cantante, en caso de mi raza, son Mates. Una Luna para un Alpha.

—¿Entonces tú eres una Luna?— Niego con la cabeza.

—Mi pareja murió hace cinco años, salvando mi vida y la vida de su manada. Yo soy su Alpha, su líder. Y tú Jayden Collins, eres mi Mate.

Después de un corazón roto. Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora