Capítulo 5

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Siempre imaginó que su primera vez sería con el pecoso mientras este le miraba sonriente, repitiendo miles de delicados Kacchan de principio a fin, pero esta versión no le incomoda tampoco.

Aun así, es irónico.

El chico que menos le agradó en el pasado es al mismo al que le abre las piernas como toda una puta exigiendo verga. El bicolor lo hace, tomando lo que nadie desea. Katsuki se aferra a las sábanas mientras respira con irregularidad. Todoroki coloca sus piernas en los hombros mientras se deleita por su elasticidad y pierde el pene entre los gruesos muslos de Katsuki.

La descabellada idea de tener sexo fue suya, no quería nada que le recordara al pecoso, no quería sus labios, no quería su lengua, no quería sus manos, no quería darle nada si no era para él. Por eso acepta que Todoroki le ayude a olvidar aun si es a base de embestidas.

El sexo no es malo, aunque fue tardado, no es lo mismo masturbarse por el culo a tener un pene dentro. Maldice por desvalidar al dildo, se siente mucho mejor que un par de dedos. El bicolor le masturba, pero es tan torpe que le hace reír.

"Oh, bastardo".

"Lámeme ahí, acá y por supuesto aquí".

"Sí, así".

"No quiero ver cómo me metes la lengua, bastardo".

"Adentro".

"Más fuerte, mierda".

"E-espera, tampoco te exce-edas".

"No estoy llorando".

"Qué obediente extra eres".

"Ponte ahí, que te lo haré".

Es lo que sale de sus labios.

"Chúpala, ¿no quieres eso?"

"Trágalo".

"Ábrete para mí".

"¿Acaso no te gusta mirar esto?"

"¿Estás seguro?"

"¿Estás bien?"

"Me encanta que tomes todo".

Y eso sale de los suyos.

Continúan un rato más, que el resto tenga prácticas por no hacer una tarea y ellos no es una completa ventaja porque nadie les podrá decir algo si el rubio es tan ruidoso.

Blanco, amarillo, naranja y rojo son los colores que se cuelan en su ventana y golpean el inmaculado cuerpo de Katsuki. Él es perfecto.

Y, cuando terminan, Todoroki confirma lo que había tratado de negar durante tanto tiempo.

Mira al rubio vestirse mientras la luz del oriente sigue alumbrándole.

Sí, es eso.

Amor.

Hoy hizo el amor.

"¿Mañana otra vez?"

El rubio le extiende sus bóxers y recuerda que se trata de sexo casual.

"Sí".

Amor no correspondido.

Serendipia.

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