Sala de reuniones

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Choi Han es un gran y paciente hombre, cálido y fiel.
Claro solo fiel al guapo y tierno hombre que era su todo, a su cálido y lindamente estoico Cale-nim, aquel hombre que lo acogió en su hogar hace 3 años ya, que le dió una nueva oportunidad de tener un hogar, amor y una familia, ese hombre que lo abrazo y consoló en sus noche más frías y tristes con sus débiles brazos y su fuerte, admirable voluntad,  que se mostraba inquebrantable y confiable pero al mismo tiempo tan asustado y confundido, con un aire tan libertino y un aura tan poderosa, una mente estratégica, y una belleza inigualable.
Si, Choi Han adoraba al hombre a su lado y si Choi Han tuviera que destacar algo en su Cale, sinceramente no sabría si tendría tiempo suficiente de poder enumerar todas las cosas posibles que amaba sobre su hombre, pero, si debía resaltar una que no fuera su personalidad, sería su belleza, su belleza era algo que Choi Han nunca iba a dejar de apreciar de el hombre, su Cale, era la persona más hermosa, preciosa y etérea de este sucio y asqueroso mundo, desde sus largos cabellos rojos brillantes, a veces atados, a veces sueltos y desordenados, sus hermosos ojos cafés rojizos, que lo llevaban a una especie de hechizo, una hipnosis cada vez que tenía un contacto directo con ellos por más de un microsegundo, unos labios rosas fresa que se veían tan suaves y atrayentes, sobre todo cuando hablaban tan suavemente y eran mordisqueados cuando sentía que algo podría ir mal, todo eso estaba acompañado, siempre en su firme e impasible rostro, con un sonrojo rosa pálido que acompañaban a sus tiernas mejillas, lo que hacía su rostro parecer tan soñador, y su cuerpo. Choi Han siempre podía describir a su Cale como delicado, frágil, suave, perfecto, y aquel cuerpo, era la razón, parecía haber sido hecho a su medida, un pensamiento no muy lejano de la realidad, se amoldaba tan perfectamente a sus ásperas y grandes manos, que dudaba que otro pudiera tocarlo y desearlo de la misma manera en que el lo hace, empezaba su recorrido empezando desde ese suave pecho blanquecino que, con una apariencia de terciopelo, tenía dos pequeñas circunferencias rosas manchando el paisaje blanquecino que deleitaba sus ojos cada vez que podían, suaves y bonitos, si seguías el recorrido te encontrabas con una estrecha cintura, que había tocado unas muchas veces, tan delgada y fina que podía envolver fácilmente a su amante para someterlo ante el y sus sucios instintos carnales, cuánto más bajaba, más se endulzaba su vista, pues seguían sus lindas caderas redondas, con el ligero sobresaliente hueso que a veces chocaban con sus duras manos, tan apetitosas, pero no tanto como sus muslos pálidos, de un color tan lechoso que contrastaba perfectamente con su piel salvaje y antiestética, o eso quería creer el, que sinceramente le daba un pequeño placer al ver sus cuerpo tan diferentes, estando tan unidos y si seguíamos a un más el recorrido lujurioso de pensamientos, nos podríamos encontrar con sus suaves y llenos
¡Bam!
Un golpe sordo debido a su mano en el reposabrazos de la silla, ensordecido la sala de reuniones cercana a la oficina del vice presidente, Cale Henituse.
.-Joder.
Soltó una maldición sin pensar demasiado, pues los pensamientos que habían llegado más la reunión que estaba teniendo lo estaban sacando de quicio y de su papel que normalmente ejercía como alguien puro e inocente.
Asegurándose de que ninguno de los dos chicos se hayan dado cuenta de su exclamación, les sonrió tranquilamente instandoles a continuar la presentación, volviendo nuevamente su atención a su linea de pensamientos sobre su Cale, que se vio interrumpida por una fuerte succión en su parte baja. Tal parecía que su pelirrojo odiaba verlo tan concentrado en otra cosa que no sea el, ocultando una risa, empezó a sentir una linda lengua rosa fresa que estaba jugueteando y deleitandose con su gruesa y ahora húmeda polla.
.-Lindo, tranquilo.
Se acomodo sutilmente en la silla del escritorio pasando desapercibido el murmullo que salió de su boca, tapándola cuidadosamente con su mano izquierda, como si estuviera tomando mucha atención a la presentación de los novatos, y con total sutileza dejo caer su mano derecha en sus piernas, para así acariciar aquellos cabellos sedosos rojizos que se escondían sigilosamente detrás del escritorio. Y es que, sinceramente hablando, nadie en esa empresa creería lo que estaba pasando en aquella sala de reuniones con el joven Han.
Porque si Choi Han decidiera gritar que el vice presidente de la empresa más grande de Corea, estuba debajo del escritorio haciéndole una felación, mientras el intentaba escuchar una charla de los novatos del departamento de diseño, de seguro le gritarían loco y terminaría limpiando baños públicos en la calle más apartada de toda la cuidad.
Pero como Choi Han estaba un setenta y cinco por ciento seguro de que seguía en sus cabales, solo se aseguró de que ninguno de estos curiosos bastardos viera abajo del escritorio.
Aunque Choi Han deseaba acabar esta reunión y joder a su Cale encima de la gran mesa como otras veces había hecho, sabía que esta reunión era un poco importante como para ser retrasada o aplazada, pues varios compañeros de trabajo se llenaron hasta el cuello, y el se ofreció a ayudar un poco con el trabajo de Rosalyn y como en el mismo departamento estaba Lock, aprovecho y le había pedido personalmente que escuche a sus compañeros y Choi Han, que no se pudo negar a la cara de perro aplastado que puso, acepto felizmente escuchar y ayudar a estos amigos de su pequeño hermano, pero no pasó demasiado tiempo para que se arrepintiera de su gran amabilidad. Pasando por alto un pequeño detalle, era que su jefe, odiaba la atención que le daba a el, compartida con otros, y no es como si su Cale fuera celoso, pero estuvo tan absorto ayudando a estos tipos, que descuido un poco a su señor. Aunque esa no fue la gota que derramó el vaso, lo fue el que un novato se le empezara a insinuar a Han.
Entre una y otras cosas llegamos a dónde estamos, y si estos tipos no estuvieran aquí, estaría tranquilamente disfrutando de las atenciones de su jefe, para que luego de un poco de juego pueda hacer con el lo que quisiera. Choi Han estaba aprovechando mucho la situación a su favor, aunque, hablando Choi Han nunca dejaría a Cale, no había nadie más perfecto que su Cale. Su familia y hogar eran ese hombre, y no dejaría que se fuera de su lado.
Choi Han ama a Cale, y ese sentimiento nunca lo va a cuestionar.
Más, sinceramente, está situación estaba sacudiendo fuertemente su líbido, sentía la saliva escurrir de la boca de su pelirrojo en el vaivén que estaba haciendo y sus delgadas manos aferrarse fuertemente a el.
Cale nunca le había echo un trabajo oral, pero piensa que ahora podría abusar un poco de el, más antes de empezar su plan, una pregunta lo trajo de nuevo a la realidad.
.- ¿Y? ¿Que le pareció el proyecto Choi Han-nim?.
Acaricio suavemente el rostro de su jefe y asintió con la cabeza a los novatos.
.-Creo que será un gran proyecto si lo aprueban muchachos, mierda los dientes, les deseo lo mejor y sinceramente, estoy un poco ocupado así que, porque no van y le comentan también a Lock sobbree, joder, sobre este proyecto, y al salir, cierren la puerta.
Y aunque los novatos no entendieron del todo decidieron que era mejor hacerle caso a su superior después de todo, era guardaespaldas de el vice presidente. Así que con una reverencia de noventa grados se despidieron y salieron de la oficina, comentando de manera sigilosa la actitud un poco inusual de Han-nim.
Más poco podría importarle al hombre en el escritorio, cuando se aseguró de que la puerta estuvo cerrada, con un rápido movimiento empujó fuertemente dentro de la cavidad bucal de Cale, estuvo unos cuantos muchos minutos su pobre chico en esa posición, y aunque quería compensarlo, sentía que abusar un poco más no estaría del todo mal.
.-Este lindo chico, tan lindo.
Su voz había bajado uno o dos tonos, no lo sabía, pero estaba al tanto de los espasmos de su jefe bajo su voz.
Movió nuevamente sus caderas, esta vez haciendo que cale levantara la cabeza, las lágrimas acumulándose, los mechones despeinados, la mirada suplicante y sus manos intentando deshacer el calor que lo estaba carcomiendo, todo mientras Han follaba su boca, fue suficientemente placentero para correrse .
Cale tomo todo, lo que pudo, un demonio que se iba a tomar todo eso. Inclusive quiso toser, bajando la cabeza la pregunta surgió en su mente, ¿Porque tenía que ser tanto?
Choi Han ajeno a los pensamientos de su Cale, de manera voluntaria, acaricio el rostro de su chico, llevando sus manos a su barbilla haciendo que se levanté su mirada, mientras con su pulgar, hacía el amago de hacer que tome todo.
Cale no podía ser ajeno a este tema.
Tomando todo lo que pudo y un poco más. Sintió que ahora era necesario replicar por sus piernas, entumecidas y débiles, para que pudiera pararse y así estirarse un poco.
Más antes de hablar, sintió su cuerpo ser levantado por su guardaespaldas fácilmente, sentandolo en su regazo.
Agradeció silenciosamente a Han porque de no ser así, no sé iba a poder parar en unos largos minutos.
Cuando enfrentó el rostro de su guardaespaldas, con su ahora renovada, cara estoica, tuvo que hacer el intento de no gemir.
Choi Han, adoraba tener a su señor encima de el, era tan delgado y fino, sentía que tenía a un lindo muñeco de porcelana, que tenía tendencias a saltar, durante unos cuantos minutos, así que empezó a acariciar el suave y blanquecino cuerpo de encima de el, empezó tranquilamente a toquetear sus muslos, que ahora se veían un poco más llenos debido a la dieta dulce y descuidada que llevaba su pelirrojo, lindo, subió un poco más llevando una de sus manos a sus caderas, haciendo un suave sube y baja, que hacía a su jefe estremecerse, mientras su otra mano seguía apretando su muslo.
Sintiéndose suficientemente lleno con el toque de apertura, envolvió su mano en su cintura subiendo la un poco a su espalda, delicadamente, y atrajo el fino cuerpo a el, al mismo tiempo abrió un poco sus piernas, dejando las caderas de Cale alzadas y al aire, con un suave choque entre sus pechos, sus ojos tuvieron otro encuentro y, como siempre, en los labios de Han floreció una sonrisa tan inocentemente, que derretía al hombre en sus brazos pero está sonrisa inocente, era definitivamente diferente a sus acciones, la mano que se mantenía en su muslo, rápidamente se traslado a su parte baja, toqueteando indiscriminadamente, por aquí y por allá.
Sintió gemir a su señor y aquello hizo que aquello creciera rápidamente.
Cale sintió que iba a ser un día de trabajo muy ocupado, y solo esperaba que Choi Han haya cerrado la puerta con llave y no tuviera más reuniones pendientes, también esperaba convencer al hombre de continuar en casa, de no ser así, negaría por el momento la entrada a la sala de reuniones.


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Hola, holi, soy la autora y lol, muy pocas historias ChoiCale por aquí, así que aportaré este granito de arena, actualizaciones rápidas o lentas, no lo sé la verdad, pero, espero lo disfruten tanto como yo, siempre pueden hacer pedidos e intentaré hacerlos los mejor que pueda, hasta la próxima.
Lilit



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Cortos Cale y Choi HanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora