Capítulo 2: La escuela misteriosa.

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Pov. Brianna

Temprano en la mañana nos levantamos todos con gran felicidad, teníamos ya empacado todo lo necesario para la escuela. Las chicas y yo nos encontrábamos escuchando música y a la vez cantábamos cosa que estaba prohibida en el orfanato. Los chicos por su parte se encontraban recargando energía para el viaje.

Hermana Beatriz: ¿Qué es este escándalo?-dijo al entrar a nuestra habitación. Apaguen esa música que tenemos que hablar seriamente todos.

Rafael: ¿Qué quiere?-dijo soñoliento.

Samuel: Sí, ¿qué quiere? Quiero volver a dormir-dijo bostezando.

Hermana Beatriz: Entren, tenemos que hablar-dijo muy enojada.

Samuel: Sólo 5 minutos más; quiero dormir.

Hermana Beatriz: Nada de dormir. Me ha llamado vuestro director y me contó que los siete le provocaron ese accidente. ¿En qué pensaban? ¿No saben cómo es el lugar al que irán? No podrán salir de allí hasta que se gradúen. Y allí...

Ana: Perdón por interrumpirla pero eso quiere decir que nos haremos mayores de edad en ese lugar y también, que jamás volveremos a este lugar-dijo con alegría.

Hermana Beatriz: Estos niños no saben nada-comentando en voz baja. Veo que tienen empacado casi todo-vuelve a suspirar. A las 12 viene un ómnibus escolar a buscarlos. ¡Buena suerte chicos!-dicho esto se paró y salió.

Ramiro: Creo que quiso despedirse, nunca creí que la vieja bruja tuviera sentimientos.

Samuel: Yo tampoco-dijo parándose del borde de la cama.

Andrea: Bueno empaquen lo que falta que nos queda menos de una hora para irnos.

...12:05 PM...

Todos estábamos en la salida del orfanato esperando el ómnibus, que ya venía un poco atrasado.

Ana: ¿Por qué tardará tanto en llegar?-dijo mirando su reloj.

A lo lejos se sintió un sonido muy fuerte, que nos llegó un buen susto a todos. Ya venía el ómnibus a recogernos. Este estaba prácticamente desmantelado, las ventanillas rotas, el metal tenía largos y profundos arañazos, no tenía puerta solo se veía al chófer que no despegaba la vista de la carretera; en verdad, ese señor daba mucho miedo.

Hermana Beatriz: Niños deben comportarse en ese lugar y seguir todas las reglas. Espero que nos volvamos a ver algún día-se despidió de nosotros y volvió adentro con los demás huérfanos.

Rafael: ¿Nos vamos?

Brianna: Sí-suspiré y entramos al ómnibus.

Si mal estaba por fuera, peor estaba por dentro; los asientos estaban rotos y llenos de arañazos, y algunos hasta estaban manchados de ¿sangre?

Chófer: Por favor tomen asiento que nos tenemos que ir-dijo con su espeluznante voz.

Asentimos y nos sentamos en los mejores asientos que encontramos.

Alejandra: Oye Brianna, ¿esto no te da mala espina?

Brianna: Sí, un poco; pero tranquila, todo estará bien-dije tomándola de la mano; se veía muy nerviosa. Si quieres para calmarnos un poco pongamos música.

Ana: Sí

Pusimos música y fuimos cantando por el camino. Mientras bailaba en mi asiento, sentí algo duro debajo de este. Por curiosidad miré y encontré un brazalete negro con la figura de un lobo.

Brianna: ¿De quién será?-dije mirándolo detenidamente.

Andrea: ¿De qué hablas?

Brianna: De este brazalete. ¿Es tuyo Samu?

Samuel: Mmm no, nunca lo he visto. Quédate con él; tal vez encuentres al dueño. O tal vez te quedes con él.

Le hice caso y me coloqué en mi muñeca izquierda.

Brianna: ¿Les gusta chicas?-dije actuando como una chica presumida con un accesorio de última moda.

Alejandra: ¡Ay sí, estás genial!-dijo burlonamente.

...Un buen rato después...

Ya han pasado 2 horas desde que nos subimos al ómnibus. Todos se habían quedado dormidos y yo miraba el paisaje a través de la ventanilla rota. De momento el ómnibus se detuvo frente a una mansión que al parecer era nuestra nueva escuela.

Chofer: Ya hemos llegado, esta es su última estación-dijo sin más y todos se despertaron.

Todos mirábamos por las ventillas rotas la escuela.

Brianna: Bueno, llegamos. ¿Nos bajamos?-dijo sin más.

Al salir, los siete nos paramos frente a la entrada. Samuel observa el cartel y lee en voz alta:-Beasts School.

Alejandra: ¿Escuela de bestias? Esto me da mucho miedo.

Anciana: Disculpen jóvenes.

Todos dimos un buen salto por la voz repentina. Al observar era una anciana encorvada; llevaba un bastón y un largo vestido de color rojo vino.

Anciana: Me presento yo soy la propietaria de esta mansión. Así que ustedes 7 son los chicos problemáticos transferidos. Sean bienvenidos; aquí serán reformados. Por favor síganme, les enseñaré vuestras habitaciones.

Tragué en seco y seguimos a la anciana. Nadie se encontraba en los pasillos, pero tenía la impresión de que alguien me observaba. Miré por todos lados y no ví a nadie. Alrededor sólo había una gran cantidad de puertas cerradas y ventanas cubiertas con cortinas oscuras.

Anciana: Estas serán vuestras habitaciones-dijo señalando dos puertas. La roja es para las damas y la azul para los chicos. En un rato les daré vuestros horarios. Deben cumplirlos y seguir nuestras reglas si no quieren ser duramente castigados-dijo esto con una escalofriante risa en su rostro. ¡Hasta pronto!

...Por otro lado de la escuela...

B1: Esos son los chicos nuevos papá-dijo un muchacho viendo por la ventana del despacho del director.

B2: Así es hijo, ellos curasarán el mismo año que tú, así que deberás estudiarlos un poco, no será que provoques un accidente.

B1: ¿Por qué provocaría un accidente? Son bestias, ¿No?-el padre niega lentamente y le pasa una carpeta azul. ¿Son humanos?

 ¿Son humanos?

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Beasts SchoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora