7 chicos huérfanos por culpa de los lobos y los vampiros; serán transferidos a otra escuela por mal comportamiento, donde en esta tendrían que convivir con sus peores pesadillas.
Hermana Beatriz: ¡Otra vez chicos, otra vez!-nos decía la señorita Beatriz cada vez que intentábamos escaparnos del orfanato. ¿No les da vergüenza, darles ese mal ejemplo a los niños más chicos que ustedes?
Brianna: Señorita Beatriz, no queremos estar aquí, no podemos soportar sus reglas y horarios absurdos; además ya somos bastante mayores para cuidarnos solos sin custodia de nadie.
Hermana Beatriz: Déjense de boberías que ya están bastante grandes para eso. Ustedes aún no tienen la edad suficiente para cuidarse por sí solos; además como está el mundo lleno de fieras incontrolables es mejor quedarse aquí.¿Acaso quieren terminar como sus padres?-dicho esto me cogió de la oreja obligándome a seguirla. Es hora de ir a clases y procuren portarse bien.
...En la escuela...
Ramiro: Otra vez la vieja bruja la volvió a coger con nosotros-dijo con cara de cansado.
Andrea: Sí, sólo queríamos escaparnos del orfanato. Sería bueno para ellos, así no tendrían que esforzarse tanto en cuidarnos-dijo también con cara de cansada.
Brianna: Sólo espero que algún día nos marchemos de ahí.
Rafael: Sí, pero, ¿cómo?¿Cuando cada uno cumpla la mayoría de edad?-dijo pensativo.
Samuel: ¡Ya sé! ¿Y si inventamos una enorme travesura y nos expulsan?
Brianna: ¡Buena idea Samu! Veo que el puré de papas del orfanato te está dando resultados-dicho esto todos se echaron a reír.
Ramiro: Entonces si nos expulsan podríamos ir a dónde quisiéramos.
Alejandra: ¡Exacto!
Ana: Tengo una buena idea para nuestra travesura.
Brianna: Pues dila; somos todo oídos.
Ana: Pues, nuestra travesura debería ir dirigida hacia el director, así sabe que fuimos nosotros y nos echará de la escuela más rápido.
Todos se quedaron en silencio escuchando cada palabra que decía Ana y yo sólo asentía con los ojos cerrados.
Alejandra: Tenemos que planificar todo correctamente para que la travesura nos salga bien. Esta noche después del toque de queda nos infiltramos en la escuela y ponemos nuestra trampa.
...En la noche (Ya en la escuela)...
Rafael: Todo está listo.
Brianna: ¿Estás seguro? No quiero que nos salga mal-dije preocupada.
Ramiro: Nada va a salir mal Bri; el que no se va a sentir seguro va a ser el director.
La trampa consistía en que el director cuando abriera la puerta de su oficina le caería en la cabeza un cubo lleno de agua con jabón; el jabón se le adentraría en sus ojos e iría corriendo hacia los lavabos con los ojos cerrados. En su camino colocaríamos más jabón para que resbalara y cayera.
...Al otro día...(Hora de la travesura)
Brianna: Todo estaba ocurriendo como lo habíamos planificado. El director abrió la puerta de su despacho, le cayó el cubo con jabón en la cabeza, salió corriendo hacia los lavabos y resbaló con el jabón; pero no habíamos pensado en lo que ocurrió después. El director resbaló tan fuerte que terminó rodando escaleras abajo. Nos asustados tanto que corrimos al instante.
Director: Así que fueron ustedes los que provocaron este accidente-dijo levantándose con dificultad mientras nos veía huyendo del lugar. ¡Esto no se quedará así!
...Al poco rato...
Fuimos convocados a la oficina del director. Estábamos muy asustados pero en el fondo sabíamos que nos había salido bien nuestro plan y terminaríamos siendo expulsados.
Director: Por vuestra terrible broma serán castigados y transferidos a otra escuela, allí se reformarán adecuadamente. Hoy mismo haré los papeles para que mañana se vayan lejos de mi escuela.
Ramiro: Pero, ¿no nos expulsarán?
Director: Créeme jovencito. Han recibido el castigo correcto por las maldades que hicieron.
...Patio Trasero...
Nos reunimos celebrando el éxito de nuestro plan. Aunque no logramos la expulsión, al menos saldríamos del orfanato.
Samuel: ¡LO LOGRAMOS! Creo.
Alejandra: Por lo menos lograremos salir de aquí. Y, ¿quién sabe? Tal vez la nueva escuela no esté tan mal.
Brianna: No te preocupes. Si no resulta, sólo podemos escaparnos de ese lugar también.
Volvimos a celebrar y nos quedamos charlando sobre lo que haríamos en nuestra buena vida. Antes de irme a mi habitación suspiré y murmuré con alegría.
Brianna: Mañana se acabará nuestra pesadilla por fin.
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