| Pequeñas historias con los personajes de Tokyo revengers | Todas tendrán contenido +18
| Al inicio de cada historia pondré advertencias de ser necesario
| Los personajes no me pertenecen
| Todos los personajes en esta historia son mayores
| Si no...
Advertencias: Sexo sin el uso de condón Contenido +18 Acoso
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－¿Qué quieres que?
Preguntó la chica confundida
－Ya lo sabés, bésame y te garantizo seguridad － Dijo el peliblanco tocando levemente tu mentón
－Estás loco si crees que haré eso － Respondiste alejando su mano de un golpe －Me voy maldito loco bastardo －
－Piensalo linda, te conviene － Finalizó izana alejándose del lugar .
.
. －Maldito izana me las pagará － Hablo enfurecido el mayor
－Tranquilo, creo poder lidiar con el － Hablaste tratando de tranquilizar a la persona que estaba a tu lado
－Eso espero, mi deber como hermano mayor es protejerte － Dijo orgullosamente
－Solo eres 5 minutos más grande que yo, maldito presumido － Respondí soltandole un leve golpe en el hombro
－Y por eso soy mejor y mayor que tú － Volvió a decir soltando unas leves risas －Ya, nos vemos al rato － Finalizó kakucho
Asentiste con un leve movimiento de cabeza y lo viste salir de aquel lugar donde se encontraban. Igual que el te levantaste y saliste con el objetivo de llegar a casa de Ran, no es como si te hubiera invitado, pero tampoco es como si no tuvieras una copia de las llaves de su departamento 100% legal.
Al llegar a aquel lugar, entraste sin permiso alguno y al no ver a nadie en la sala decidiste buscar en las habitaciones, no te irías de ahí sin hablar con Ran y echar un rato chisme. Buscaste por algunas habitaciones hasta que escuchaste leves sonidos inapropiados, gemidos para ser exactos, caminaste hasta llegar al lugar de donde provenían dichos sonidos, era el baño de la sala y estaba cerrado, sabías que si abrías lentamente la puerta, la persona dentro del lugar dejaría de hacer lo que estuviera haciendo y jamás sabrías lo que hacía, en cambio si la habrías de golpe sorprenderías a la persona dentro y la dejarías sin palabras. Tomaste la segunda opción y sin pensarlo abriste la puerta de golpe.
Contemplaste a Ran tomando su hombría con su brazo derecho, dándose tremenda jalada. Inmediatamente cerraste la puerta de golpe
－¡¿Qué mierda ____?! － Grito Ran dentro del baño
Comenzaste a reír a carcajadas, aparte de interrumpir su momento de placer intenso, te estabas riendo de sus desgracias, desgracias que tú habías ocasionado
