| Pequeñas historias con los personajes de Tokyo revengers | Todas tendrán contenido +18
| Al inicio de cada historia pondré advertencias de ser necesario
| Los personajes no me pertenecen
| Todos los personajes en esta historia son mayores
| Si no...
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-¿Llegas temprano? - Hablé tomando una cucharada de cereal
-No creo, tengo guardia frente al centro de vacunación - Respondió Tachibana acomodandose su saco color plata
-Entonces te dejo la cena dentro del refrigerador
-Recuerda que debés ir al centro por tu dosis - Recalcó serio
-Pero que flojera, voy otro día - Respondí mientras nuevamente tomaba una cucharada de mi cereal
-Ayer no te preséntate al centro y hoy es el último día, no puedes falta - Enunció un poco molesto y frustrado
-Vale, si tengo tiempo voy - Finalicé aquella conversación dando media vuelta alejándome del lugar
-¡Nos vemos al rato! - Grito Naoto saliendo del departamento
-¡Te amo!
Menuda mierda tener que ir a vacunarse t hacer una fila enorme por un simple piquete, por qué no simplemente distribuyen las vacunas a los doctores y que ellos las vendan, prefiero pagar por una a tener que hacer una fila por quién sabe cuántas horas.
Pero bueno, el gobierno manda y tenemos que hacer largas filas por muchas horas solo para recibir un simple piquete por una enfermedad que puede matarnos a todos.
Al cabo de unas horas me encontraba en la dichosa ringlera de personas, una tras de otra con papeles en mano y un certificado que indicaba la primera dosis de dicha vacuna.
Pensé que sería tardado pero realmente no lo fué, llegar temprano sirvió de algo, hice una pequeña fila en la cuál revisaron algunos datos acerca de mí y al término de está revisión me pasaron a una sala en la cual un doctor lleno mi certificado de vacunación.
Después de eso me movieron a otra sala en la cual me sentaron para por fin aplicarme la primera dosis de dicha vacuna. En lo absoluto hubo dolor alguno, tenía miedo ya que veía a algunas enfermeras pasar con sillas de ruedas y terminaban llevándose a otras personas que posiblemente tuvieron algún problema luego de la vacuna.
Salí un poco adolorida ya que entre los efectos secundarios estaba el dolor de cuerpo y posible fiebre, pero dieron agua al término de la vacunación. Al salir pedí un taxi para regresar a casa, estando en el estacionamiento a lo lejos pude ver a mi apuesto hombre en traje.
Cómo escena de una película romántica, todo paso en cámara lenta, el estaba con su típica cara de pocos amigos y su brilloso e increíble traje hecho a su medida que hacía resaltar cada parte de su gallardo cuerpo, no podía esperar más de mi cónyuge