Capítulo 11: Necesidad

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Era más horrible de lo que imaginó. Su cuerpo se sentía muy caliente, como si el calor fuera a derretirlo por dentro, la humedad salía de su trasero filtrándose entre su ropa, todo se sentía tan incómodo.



Pero eso no era lo peor de todo, Bin aún podía soportar todo eso, lo peor era el vacío que lo desgarraba por dentro, un sentimiento de estar incompleto que lo devoraba desde el interior.



Se hizo un ovillo, jaló toda la ropa que estaba a su alrededor y abrazo la prenda que tenía más cerca aferrándose a ella.



"Eunwoo, Eunwoo, Eunwoo..."



Su mente había sido invadida por un solo pensamiento desde que su celo había iniciado, la necesidad de su alfa.



No era suficiente, nada era suficiente, ni los supresores, ni sus manos para aliviarse así mismo, ni siquiera la ropa de Eunwoo.



Con el poco de cordura que aún conservaba mordió sus labios fuertemente y se reprimió a sí mismo para no abrir la puerta de su cuarto e ir a buscar al alfa. Sabía que podría ser peligroso para ambos, tenía que resistir.



La marca en su cuello comenzó a arder intensamente, Bin sintió que le quemaba la piel, las lágrimas brotaban de sus ojos, la desesperación invadía su cuerpo. Gemía sin poder parar, por el dolor y por el placer.



Odiaba esto. Se volcó sobre el colchón y comenzó a restregar su cuerpo sobre la ropa de Eunwoo, aunque no era un gran consuelo, el "no olor" del alfa aliviaba de manera temporal su dolor y le ayudaba a mantener el poco de cordura que le quedaba.



Metió sus manos entre su ropa interior, buscó a tientas su agujero y comenzó a masturbarse lentamente, pero no fue suficiente, nunca fue suficiente, necesitaba algo más, aún así decidió no darse por vencido y siguió auto complaciéndose hasta dónde pudo.



-"Eunwooooooo~"-Dejo que el nombre del alfa lo acompañará hasta que alcanzó el clímax. Cuando recuperó un poco el aliento, el calor de su cuerpo había disminuido un poco.



Vio el reloj pegado a la pared, habían pasado 12 horas desde que inició su celo, había podido resistir bien hasta el momento, al principio fue fácil de sobrellevar, las manifestaciones físicas como el calor y el placer eran algo que Bin había podido reprimir las primeras horas; sin embargo, conforme avanzaba el tiempo se hacía más difícil de soportar.



Se paró tembloroso para hidratarse, una vez que bebió agua, abrió la puerta de la habitación y encontró un plato de comida afuera, supuso que su madre había venido a dejarlo. Frente a la puerta de Eunwoo también había otro plato de comida protegido del exterior con plástico.



La mujer vendría a dejarles de comer en cortos períodos y saldría de inmediato, ellos tratarían de comer en los momentos de lucidez, así sería por los próximos 4 días que duraría su período de celo.



Vio la puerta frente a él, estaba cerrada aún, su omega gimió, por un momento deseo ir hasta la otra habitación y tocar hasta que Eunwoo le abriera y lo tomara entre sus brazos, así ya no tendría que pasar por este sufrimiento; detuvo el hilo del pensamiento antes de que no hubiera marcha atrás, tomó el plato de comida y entró rápidamente a su habitación.



Era una suerte que no pudiera oler las feromonas de Eunwoo, de lo contrario hubiera salido disparado en su búsqueda cada que abriera la puerta. Trató de comer, pero no tenía demasiado apetito, sólo comió aquello que le permitiría recuperar un poco de fuerza.



Volvió a sentir que el calor regresaba a su cuerpo y su mente se volvía a nublar por el placer, era momento de regresar a la cama.



Antes de volver a perderse en las sensaciones del celo se preguntó cómo estaría Eunwoo y si también pensaba en él en esos momentos. Gimió desesperado, su cuerpo se estremeció, estaba comenzando de nuevo.

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