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Hermione
El dolor de cabeza, era interminable.
La culpa fue suya por haber bebido desde medianoche en un bar, los efectos del alcohol tienen consecuencia durante más tarde, eso le pasaba por beberse más de siete copas ese día.
Pero no estaba sola en aquel maloliente sitio.
Los recuerdos de Cedric y de la conversación que tuvimos después de salir del bar, se le vinieron en su mente en menos de un segundo, como si fuera la reproducción de una película.
Solo esperaba que Cedric no se hubiera acordado de lo que hubiéramos hablamos ayer, no me sorprendería, al fin de al cabo creo que él había bebido más que yo ojalá no se acordará.
Cedric...
Había dicho por primera vez su nombre.
Era tan raro decirlo ahora en vez de su apellido, nunca acabaré por acostumbrarme, no se si debo de decir su nombre a partir de ahora, creo que sonaría extraño y no sabía si para él le resultaría incómodo.
Creo que era mejor que ambos olvidemos lo que paso esa noche y que sigamos con nuestras vidas, era lo mejor para ambos, nunca nos hemos llevado bien y no tenemos porque hacerlo ahora.
No podía moverme de la cama, ni si quiera tenía ganas de ir a la universidad a pesar de que mi residencia estaba a dos calles cerca del recinto, no podía ni levantar su mano para coger un simple baso de agua o una aspirina.
Sobre todo no querría ver a Ginny.
No querría oír las palabras "te lo dije" en sus labios, aunque se que Ginny es una buena amiga y se que nunca haría eso, no me atrevería a contárselo, si se lo contará no sabía si se pondría en parte de Ron por estar en una relación en donde no había sexo, me humillaría, me avergonzaría, Ginny tenía razón, a lo mejor era yo el problema y por eso Ronald me había engañado con Lavender porque yo era defectuosa, no sabía quién de los dos tenía la culpa de que nuestra relación no hubiera funcionado pero las señales conducían a mí.
Lo había ocultado por tanto tiempo que Ginny merecía saber al menos la verdad por que no me atrevía a cruzar a línea, pero tampoco me apetecía recordar esas imágenes en mi cabeza.
Mire el reloj y ya era muy tarde, ya se había perdido las tres primeras horas, así que había optado por quedarme dormida unas horas más, no es que nadie me fuera a echar de menos, unos días de descanso era lo que necesitaba pero no podía perder ningún día más de clase, esto era la universidad y no Hogwarts.
Nunca la habían puesto una falta en toda su vida pero ya estaba harta, estaba harta de ser perfecta, nadie puede ser perfecto en todo y ya no podía aguantar más con esto. Solo querría cerrar los ojos por un minuto y descansar pero fue cuando el sonido de mi teléfono empezó a vibrar por toda la casa, haciendo que mis oídos oyeran un pitido molesto.
