La chica de la promesa

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Recuerdo cada vez que nos tumbabámos en el jardín a contemplar la luna. Siempre era lo mismo ya sea invierno, verano, otoño o primavera, cada vez era igual pero no estaba mal. Era todo lo contrario, era perfecto, era maravilloso.

¿Por qué? Simplemente porque estaba al lado de mi chica favorita, la chica que me hacía olvidar mis problemas, la chica a la que no le interesaba acabar con una hipotermia o con la ropa sucia con tal de cumplir nuestra promesa de admirar al cielo cada noche.

Nos vemos en la luna, mi querida AyselDonde viven las historias. Descúbrelo ahora