«La profecia de dragon negro I: Perdida en el tiempo»

Capitulo 4: el comienzo del viaje

Shayla

«Ya llega la hora» piensa Shayla
Era diez y media de la tarde del tercer día de que la regresa del viaje, Alex le había dicho que le vendrá a recogerla a esta hora, para que los mortales no les vea.
Tras la llegada del viaje, Shayla había estado practicando el hechizo de que le había dicho Alex en la carta, lo que le sorprendió por lo que ocurre: el amuleto se transforma en un rayo de luz plateada y se aumenta el tamaño hasta recuperar su autentica tamaño, entonces, las luces se desvanece y dejando en su mano una espada o arco plateada, lo que es más guay es el arco que se divide en dos luz en lugar de una: una se transforma en arco y otro en carcaj que aparece directamente en su espalda.
Sono el timbre, Shayla cogió su maleta, que no lleva mucha cosa. Segun Alex, en la habitación que les había preparado hay todos lo que necesita, solo necesitan llevar otras cosas personales. Ella camina hasta la entrada y abrió la puerta.
En fuera había un Ferrari rojo aparcado por las ventanas trasera del coche podía ver a Maria y a Marta, y por delante esta Javier, Alex esta apoyada en la valla que hay en la entrada del jardín, cuando ví a Shayla, le preguto:
-¿Preparada?
- Si - le contesto
- Bueno, así que allá vamos- le dice Alex mientras deja la maleta de Shayla en el maletero, después, se vuelve hacia la familia de Shayla.- No os preocupes por Shayla, esta segura en el mundo del mago. Por cierto, también hay cobertura en mundo del mago, así que podeis enviarlos mensaje o llamarla por telefono, así que... Hasta Agosto.
Shayla dio un ultimo abrazo a su familia y subió a la parte trasera del coche. Donde Maria y Marta esta medio dormida.
-Hola- les salude Sailan
-Hola- le conteste los dos.- ¿Qué tal?
- Bien- contesto.
- En serio, no me mientes, tienes la cara pasmada.- dice Maria
- Bueno... Un poco triste si que es.
- Normal.
No le contestó, ni tiene la gana de contestarle, dio medio vuelta la cabeza y se sorprendió de que ya esta en la autopista, a velocidad del rayo, pero no escucha ningún ruido del motor, ni otros excepto la de la musica. Nadie parece tener la gana hablar. Alex este en la silla del conductor, pero le da igual, sabe que el coche se conduce él mismo, lo cual le sorprendio.
- ¿A dónde vamos?- le pregunto.
- Hacia el sur- contesto Alex- donde se encuentra el portal más cerca.