Venti se da un capricho. ¿Quién eres tú para negarlo?
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La corteza era áspera contra tus palmas mientras tus manos luchaban por encontrar agarre, y cuando te retorcías, tu espalda también tocó la superficie. Luchaste por conseguir otra bocanada de aire del bosque mientras sus dedos trabajaban entre tus muslos, sus labios contra tu cuello, su propia respiración trabajaba contra tu piel.
Sus dedos se curvaron dentro de ti, haciendo que tus caderas se movieran, y una de sus manos encontró tu cadera, presionándola contra el árbol.
"Venti...!"
Un gemido suave y retumbante.
"Dilo de nuevo. Correctamente."
Tu rubor se oscureció y tu cabeza golpeó contra el tronco del árbol.
"Barbatos!"
Te mordió el cuello y soltó un gemido de aprobación. "Buena niña."
La llamada de su verdadero nombre realmente hizo que se entendiera el hecho de que el joven ante ti tenía siglos de edad, un dios arcaico, una fuerza de la naturaleza, y aquí estaba él, haciéndote esto. Sus besos eran cariñosos, embriagadores, suaves, y cuando tus labios se encontraron con los suyos, tus dedos se enredaron en su cabello.
Se rió suavemente contra tu boca ante tu entusiasmo, otro rizo de esos hábiles dedos hizo que tu espalda se arqueara. Venti era más fuerte de lo que parecía, y cada vez que te retorcías, te recordaba esa fuerza, inmovilizándote con un suave pero firme empujón de su mano. Querías tocarlo de vuelta, pero cada vez que lo intentabas, él apartaba tu mano, recordándote que se estaba concentrando en tu placer.
La mano libre de Venti se deslizó por tu costado para tomar uno de tus senos, empujando a un lado tu blusa abierta para permitirse un mayor acceso, haciendo rodar un pezón debajo de su pulgar. Gritaste cuando la mano entre tus muslos tomó velocidad, su pulgar rodando lentamente sobre tu clítoris, haciendo que tus muslos temblaran.
"Venti—"
Hizo una pausa por un momento agonizante.
"Barbatos!"
"Ahí vamos", susurró, ganando velocidad de nuevo.
Tenías que morder su hombro para evitar gritar demasiado fuerte, los dientes hundiéndose en la tela allí.
"Di mi nombre, T/N".
"Barbatos!"
"Buena chica, ahora..."
Se inclinó hacia adelante, los dientes rozaron tu oreja y sentiste que te acercabas.
"Dime que quieres."
Gimoteó, los dedos de los pies se enroscaron en sus zapatos, las caderas se movieron.
"Tú, tú, tú—"
Una risa seca. "Ohh, eso es lo que quieres, ¿eh? ¿Lo quieres antes o después de que termine contigo?"
Apenas podías hablar, las caderas se levantaban para encontrar su mano, y él simplemente aceleraba, sin hacer ningún movimiento para empujarte hacia abajo.
"Barbatos..."
"Está bien, después de eso. Pero antes de eso, solo dame una probada."
Antes de que tuvieras tiempo de procesar lo que quería decir, la cabeza de Venti estaba entre tus muslos, tus piernas sobre sus hombros, la lengua aplastada contra tu clítoris palpitante.
Tu mente se volvió confusa mientras estos dedos continuaban moviéndose, su lengua presionó donde más la necesitabas, una y otra y otra vez. No ibas a durar mucho, en absoluto. Te retorciste contra su boca y su mano se extendió en abanico contra la parte inferior de tu estómago, sujetándote mientras casi te devoraba.
Realmente era más fuerte de lo que parecía para poder sostenerte así solo contra el árbol, y cuando tomó tu clítoris en su boca, su hábil lengua dibujando círculos a su alrededor, solo pudiste cerrar los ojos con fuerza, para luego manejar un débil gemido de su nombre.
Con otro rizo de sus dedos, te habías ido, perdido, el cuerpo con espasmos contra él, pero él simplemente te mantuvo en su lugar, atrayéndote hacia su lengua cuando trataste de alejarte, llevándote al reino de la sobreestimulación. Prácticamente tenías que rogarle que se detuviera antes de que lo hiciera, alejándote y permitiéndote deslizarte por el tronco del árbol para descansar en el suelo, con una expresión seguramente tan aturdida como te sentías.
Venti se tomó un momento para comprobar si estabas bien antes de quitarte la gorra de la cabeza, que estaba torcida. Lo miraste con los ojos nublados y lo viste sonreír antes de arrastrarse encima de ti, su boca encontrando tu oreja.
"Acabo de empezar".
Te espera una larga noche.
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Pero Venti, que pasó con Diluc— Ejem, gracias por leer ^^
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