Condenados a vivir una eternidad intentando destruir a los desviantes, para así proteger a los humanos.
Aún cuando entre ellos se destruyen.
Los eternos están dispuestos a seguir las órdenes de Ajak sin titubear.
Pero algo pasa, y ya no confían en a...
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Capítulo uno: lo sé
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5000 A.C
El primer día que vi la tierra, me fascinó por completo.
Sus colores y lo hermosa que se veía desde el domo, lugar donde nos encontramos los once eternos, en la posición donde se encontraba cada uno, una armadura nos fue cubriendo todo el cuerpo, la mía era negra con destellos dorados.
Analice a cada uno de mis compañeros, ninguno se veía como un riesgo.
Camine hacia una ventana desde donde se podía observar perfectamente la tierra.
-hola- hablaron a mi lado, volteé levemente mi cara y observé que era un chico, Druig creo que se había presentado junto a los otros.
-hola- devolví el saludo y volví a mirar el planeta del cual ahora nos encargaríamos de cuidar a sus habitantes.
-soy Druig por cierto- levantó su mano para que la tomara, y yo con una leve sonrisa acepte.
-soy Adeen- estrechamos las manos, mientras cada uno observaba al otro, aunque no duró mucho ya que alguien habló a nuestro lado, haciendo que separáramos nuestras manos después de un buen rato.
Inesperadamente, toda aquella energía que luchaba por controlar, se había calmado en el momento en que nuestras manos se juntaron, haciendo que quiera unir nuestras manos otra vez, pero no lo hice.
-soy ikaris, un gusto- comentó quien había interrumpido mi momento de relajación.
-lo sé- dije mirándolo directamente a los ojos, algo que si mi lógica no me fallaba, había puesto nervioso a ikaris, lo pude notar al ver como alejo su mirada tragando saliva, era divertido.
-soy Druig y ella Adeen- contestó al ver que yo no lo iba a hacer.
Ikaris asintió y se fue, por lo que volví a mirar al frente, viendo cómo nos acercábamos rápidamente a la tierra.
El chico de ojos celestes seguía mirándome a un lado, le devolví la mirada y él se acomodó derecho viendo al frente, aún sin quitar la mirada- y que puedes hacer tu?- pregunte con curiosidad.
-control mental, y tu?- preguntó también interesado, su habilidad me intrigaba muchísimo.
-fuego y unos pequeños trucos, puedes leer las mentes de los demás?- el asintió y de pronto escuché una voz en mi mente "no leeré la tuya si me lo pides"- me parece bien que no lo hagas-
Ambos apartamos la vista ya que habíamos llegado, y nos dirigimos hacia los pasillos, detrás de los demás, llegamos a afuera y bajamos.
Desde lo lejos logramos ver cómo un desviante se comió a un señor, quien estaba junto a un niño, ikaris rápidamente lanzó rayos hacia la criatura y salió volando para combatirlo.