Luchando por ella

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Martin

Quede aturdido por la desesperación de escuchar a Antonella llorando al otro lado del teléfono, sabía que algo no estaba bien y no podía quedarme de brazos cruzados por lo que corrí a la casa de Ariana la abuela de Antonella para ver si ella lograba decirme algo que me ayudase a entender, tome mi abrigo, guantes y bufanda y Salí de casa lo más rápido que pude, en el camino la nieve cubría parte de mis botas el frio estaba intenso pero seguí y estando a unos poco metros vi algo fucsia tirado en la nieve, acelere el paso para ver que era y mis ojos se llenaron de lágrimas cuando vi la bufanda que le regale a Anto el año pasado, la tome con tristeza, la guarde en mi bolsillo y seguir hasta llegar a casa de la señora Ariana quien me recibió con cariño como siempre.

— ¿Mi niño que haces aquí? — me abrazo y me tomo del brazo para que entrara a la casa. — ¡Ya Mi princesa viene, me imagino que viniste a esperarla!

No sabía cómo decirle lo que paso, porque me imaginaba como iba a reaccionar, pero debía hacerlo así que respire profundo y le conté todo lo ocurrido, ella se sentó y lloro mientras me escuchaba pero una vez se calmó, llamo a los padres de Antonella, conto lo que pudo al teléfono y pidió al chofer que nos llevara a la mansión de los miranda, para aclarar con ellos lo sucedido.

Al llegar volvimos a contar a todos la historia y el Sr. Miranda llamo a los detectives para que nos ayudaran a buscar a Antonella, ellos decían que era una clara señal de secuestro, y era entendible la familia tenía mucho dinero y seguro por eso la habían secuestrado para conseguir dinero.

—No puedo creer que esto nos esté pasando y justo cuando se acerca navidad, que es la época que más le encanta a mi princesa — lloro la mama de Antonella

— No te preocupes mi amor, te aseguro que los detectives la encontraran, confía en su trabajo — La calmo el señor Miranda.

Yo estaba abrazado a Ariana quien lloraba también por su nieta, me sentía perdido, desesperado y preocupado por la niña de mis ojos, nunca se lo había dicho pero ella era todo para mí y sentía que mi corazón iba a dejar de latir sin ella a mi lado.  

Al caer la nieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora