VIII

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Ese día, Dokja se levantó muy temprano, -más bien, no durmió- y se cambió, estaba muy nervioso, agarraba las cosas y temblaba. Se cambió muy rápido, exactamente cuando se terminó de alistar eran las 4:10 a.m., debía de estar listo para las 5:00, listo mentalmente.

Se puso sus zapatos y una blusa blanca de manga larga, un tanto gruesa para que no entrara el frío, se puso unos pantalones negros y unos zapatos del mismo color.
Antes de terminar de irse, llevó una navaja, ya saben, por sí acaso.

Por otro lado, en su casa, Jonghyuk estaba ya listo, no es que no le importará cómo se viera, si no, que ya tenía todo listo desde ayer. Estaba vestido con una camisa de color negro,cuello largo, al igual que las mangas. Unos pans negros y unos tenis blancos, todo listo.

Y así, ambos, cada quien caminó desde donde vivía hasta aquel lugar. Quien llegó primero fue Dokja, llegó y sentía un gran nerviosismo.

-¿De verdad estoy haciendo ésto?- Se preguntaba temblando por los nervios y por el frío, apretando su mandíbula y sonriendo como una forma de burla a sí mismo.

Se había sentado a esperar a ese tal Jonghyuk, volteó a ver a otro lado para ver un poco más de ese lugar. Sí lograba ver a Jonghyuk y hablaban, solo tenían poco tiempo, ya que a las 7:00 a.m. habían clases, son solo un poco más de dos horas, no es poco, pero tampoco mucho.

Jonghyuk llegó solo unos 10 minutos después de Dokja, un poco cansado. El pelinegro se escondió sigilosamente detrás de un árbol que estaba cerca de ese chico aunque hubieran muchísimos árboles más.

Estaba pensando en como hablarle, en como iniciar la conversación, Jonghyuk miraba el suelo imaginando la situación.

-¿Ah?- Susurró Dokja, ambos se miraron mutuamente, Dokja estaba confundido y Jonghyuk no sabía que hacer, había quedado quieto, sin moverse, como si de quedara quieto se camuflagearía como los camaleones.

-¿Quién...Eres... Tú?- decía Dokja lenta y dudosamente a ese chico, aquel que lo miraba con los ojos abiertos por haber sido descubierto "espiando" aunque solamente estaba pensando.

-...- De la boca de Jonghyuk no salió nada, apretó los labios y cerró los ojos frunciendo su entrecejo, suspiró y caminó hacia Dokja, lentamente. Dokja se iba poniendo cada vez más nervioso, sentía que dejaba de respirar. Veía como lentamente se le acercaba aquel chico llenito.

Y así, ambos estuvieron frente a frente.

-Eh..¿Hola?- Dijo sonriendo Dokja, con una blanca y brillante sonrisa de lado, aún confundido.

-Hola- Está vez habló Jonghyuk, sentándose al lado del castaño, Dokja lo miró descaradamente, haciendo que Jonghyuk lo mirara imitándolo. Ambos se veían con los ojos entrecerrados y frunciendo el ceño, hasta que por fin habló Dokja.

-¿Tú eres ese tal "Jonghyuk"

-Sí.

-Vaya, en serio te vez muy serio- Se burló Dokja.

-...- Jonghyuk se volteó hacía su mochila e iba buscando algo, Dokja miraba atentamente lo que Jonghyuk sacaba.

-Ten- Dijó Jonghyuk, dándole una mini lonchera color negra, y el castaño la agarró.

Con cierta curiosidad, la abrió, viendo algo ya hecho, era comida.

-Oh..Espera, no hace falta- Se la regresó avergonzado, cosa que el pelinegro no aceptó y se la volvió a dar.

-De verdad, no hace falta- Dijó Dokja sonriendo, dándola de nuevo, y de nuevo, Jonghyuk frunció un poco el ceño y se la regresó.

-No...De verdad no la-- Dokja fue callado por un pedazo de comida en la boca, estaba sorprendido y miraba con los ojos muy abiertos por entre medio de su nariz, luego miró al chico que tenía enfrente, al pelinegro llamado Jonghyuk, y sintió la sangre correr rápidamente hacía su rostro, eso fue vergonzoso.

Jonghyuk por otro lado, con una maniobra inexplicable pudo agarrar los palillos y a agarrar la comida con los palillos, siendo muy rápido, y así, lo atinó en la boca del castaño.

Dokja saboreó la comida, por el sabor delicioso ni siquiera había notado la cercanía que había entre él y Jonghyuk. Jonghyuk, por otro lado, seguía sujetando firmemente los palillos, pero cuando vió los labios del chico frente de él, su agarre se aflojó un poco.

-Hmm.. Delicioso, ¿Tú haces esta-

Dokja se interrumpió a sí mismo al mirar enfrente y notar lo cerca que estaban, rayos, ambos apartaron la mirada un tanto avergonzados.

-Sí, aunque cuesta un poco cuando Mia quiere ayudar- Contestó Jonghyuk atreviéndose por fin a mirar al frente, con esa confianza, Dokja se sintió confiado.

-¿Ah,Sí? ¿Quién es Mia?- Preguntó curioso Dokja, mirándolo fijamente a los ojos, esta vez por fin aceptando la comida del pelinegro, agarrando un poco con los palillos.

-Oh, ¿Mia? Es mi hermana-

Jonghyuk paró de hablar al notar al castaño ofrecerle comida con los palillos.
No era algo muy habitual en el comportamiento de Jonghyuk, pero acepto aquella comida. Se agachó un poco hasta la posición de los palillos y cuando iba a agarrar Dokja empujó lo palillos hasta al fondo de su garganta, provocando que el pelinegro tosiera.

Dokja se empezó a reír fuerte y escandalosamente con lágrimas en los ojos y Jonghyuk lo miraba fervientemente, gruñendo un poco y limpiándose los labios.
No se debía de haber dejado llevar por la apariencia tímida de ese chico.

Pero al verlo reír así por primera vez, no pudo evitar reír también, solo que menos alto, casi como un susurro. Sin duda, Jonghyuk creía que ambos se podrían llevar bien aunque solo tuvieran poco tiempo para verse (y siempre que el castaño no fuera tan pesado con él).

Ambos desde ahí siguieron comiendo pasando una linda mañana, solo hasta que dió el tiempo en el que se tenían que ir por las clases, pero sin duda, se querían volver a ver.

Amor a través de cartas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora