ℂ𝔸ℙ𝕀𝕋𝕌𝕃𝕆 𝕍𝔼𝕀ℕ𝕋𝕀𝕋ℝ𝔼𝕊

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¡Adiós, Candy preciosa!

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—Feliz cumpleaños, platinado— Dijo Stella cuando salió del baño y notó que solo estaba Draco junto a ella

—Gracias, Candy— Draco sonrió y siguió mirando hacia la cama de enfrente

—¿Que sucede?

—¿Eh? Nada— Draco se acostó en su cama y se volteó

—¿No celebras tu cumpleaños?

—Ja, no, yo no celebro mi cumpleaños— Draco se cubrió con las mantas y Stella luego de pensar un rato salió. Llegó a la sala común, donde estaban bastantes personas -casi todas conocidas para Stella-

—¿Por qué Draco no celebra sus cumpleaños?— Preguntó Ella sentándose justo al lado de Theo

—No debería ser yo quien te lo cuente— Comenzó dudoso— Pero a el no le gusta su cumpleaños porque su padre siempre lo arruina de cualquier forma

—Oh, entiendo— Stella se levantó

—No he terminado de contarte— Dijo el Nott en voz alta para que ella pudiera escucharlo

—No necesito más— Dijo ella devolviendo el grito y subiendo rápidamente las escaleras

—Hola de nuevo— Dijo Ella entrando a la habitación. Draco miró de reojo y se volteó

—¿Que pasó?

—Ten— Stella le tendió uno de sus trajes negros— Vístete

—¿Que? No— Draco negó rotundamente— No saldré hoy

—Por favor— Stella hizo un puchero y Draco giró su cabeza enseguida

—No lo haré si me vuelves a mostrar esa cara— El platinado se levantó y entró al baño. Stella rápidamente se vistió con una falda, el calor del verano se estaba haciendo notar y luego ató una cola alta a su cabello

—¿Tres meses?— Preguntó Stella al ver salir a Draco del baño -por fin- el perfume varonil inundó la nariz de Stella y enseguida sonrió internamente. Y aunque no lo creyera, lo mismo le pasó a Draco, sonrió al sentir el perfume dulce de la chica

Dime Greengrass⁰¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora