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—Aún nos debes la renta del departamento

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—Aún nos debes la renta del departamento.

Vernon abrió la boca medio indignado. Se incorporó, extrañando utilizar los muslos estirados de Seungkwan como una suave almohada y miró fijamente a Chan.

—¿Qué? Pero ya ni siquiera vivo ahí.

Chan se alzó de hombros. —Si, bueno, nosotros tampoco; y aún así pagamos la renta.

—Pero...

—Pero nada. Eres un rey, ¿tanto te cuesta pagar una renta? —lo molestó Chan.

Vernon rodó los ojos. —Príncipe —corrigió, e incluso Seungkwan escuchó aquella risa mal disimulada en tos de parte de uno de los guardias que vigilaban la puerta desde afuera.

—Da igual. Paga la renta.

—No tengo dinero —alegó Vernon.

Seungkwan sonrió divertido.

—No seas chismoso, eres de la realeza. El contrato estipula que...

—No firmé ningún contrato.

Chan miró al pelirrojo buscando que lo auxiliara, pero Seungkwan se limitó a alzarse de hombros. —En realidad tiene razón, Jeonghan lo encontró tan pronto que no tuvimos tiempo ni de imprimir un contrato.

—Traidor —refunfuñó Chan y Seungkwan solamente rió.

—¿Príncipe Hansol? —llamó la voz de Minhyuk, uno de los cinco guardias de Hansol, desde el otro lado de la puerta de la habitación del castaño. —Su padre quisiera verlo ahora.

Vernon vaciló. Miró a ambos chicos sobre la cómoda alfombra de aquella habitación. Seungkwan se limitaba a juguetear con sus dedos y Chan, aprovechando la distracción del mayor, había comenzado a peinar los cabellos rojos de Seungkwan con delicadeza.

—Volveré pronto —aseguró entonces mientras se alisaba las arrugas de su pantalón —. No me extrañen mucho —dijo mientras giraba el pomo dorado de la puerta.

—Trataremos —contestó Chan de manera irónica para después rodar los ojos.

Seungkwan codeó a Chan. Le guiñó un ojo a Vernon y suspiró ilusionado cuando aquellos ojos claros salieron de la habitación.

—Debes estar bromeando.

Seungkwan miró a Chan. Su expresión era indescifrable, casi dolida, y había apartado su toque de sus hebras despeinadas.

—¿Qué?

Chan se cruzó de brazos. —Vernon —le dijo —. Debes estar bromeando.

—¿Por qué bromearía? —se defendió, prediciendo el rumbo que pronto tomaría la conversación.

—Porque es de la realeza. Y es feo, hay mejores peces en el mar —agregó el rubio de mala gana.

Seungkwan no pudo evitar tensar su mandíbula.

—Vernon me gustó desde antes que supiéramos que era de la realeza; y aún así, quien tiene un problema con la familia real eres tú, no yo —bramó.

—Seungkwan...

—Olvídalo, Chan —dijo. Entonces también salió de la habitación.

—No necesito que me escolten hasta llegar con mi papá —alegó Vernon —

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—No necesito que me escolten hasta llegar con mi papá —alegó Vernon —. Me tratan como si no pudiera hacer nada por mi cuenta.

Kihyun rió tenuemente ante el comentario, sin embargo, no se detuvo. —Son órdenes directas del rey, lo sentimos.

Vernon suspiró resignado. Aseguró a todos y cada uno de sus guardias que no era necesario entrar a la oficina, y cuando se armó de valor tocó la puerta.

El rey abrió y asintió con la cabeza hacia los guardias, asegurándoles que estaba bien que los dejaran solos por un par de minutos.

—La rueda de prensa será mañana mismo —explicó.

Vernon hizo una mueca. —¿Y qué con la tonta regla de no dar a conocer la imagen públicamente hasta después del compromiso?

—Cuida tus palabras —le advirtió su padre. Tomó asiento en uno de los caros sofás del salón y Vernon sencillamente imitó la acción —. A veces es necesario que las tradiciones cambien, sólo un poco —mencionó —; creo que ya es tiempo de que te involucres más con los deberes del reino, Hansol. No quiero que termines haciendo lo mismo que tu hermano.

—Mi hermano no hizo nada malo.

—Seungcheol huyó de sus responsabilidades con la familia y con todo el reino; y tú no parecías dudar en seguir sus mismos pasos —bramó el rey y Vernon se encogió en su asiento.

Su padre tenía razón. Y Vernon estaba seguro de que extrañaba tanto a Seungcheol como él, pero no sabía si, incluso pidiendo disculpas, su padre le permitiría regresar al palacio en un futuro.

Ciertamente no sabía nada de su hermano hace años. Los rumores decían que había escapado con alguna pareja, otros que odiaba a la realeza tanto como para pensar en huir; incluso había algunos extremos donde aseguraban que Seungcheol había tomado su propia vida con total de no tener que reinar.

—Si me dejas quedarme con ellos, con Seungkwan y con Chan, prometeré no huir jamás.

—No tomes decisiones apresuradas, Hansol. Aún mantenemos reglas estrictas y no me termina de agradar ese tal Seungkwan; sin embargo, Lee Chan... —el hombre calló sus palabras y dejó que la oración sin terminar flotara en el aire. —Lo hablaremos después. Mientras tanto prepara tu discurso público para mañana. Será la primera vez que el reino conozca el rostro de su futuro rey.

 Será la primera vez que el reino conozca el rostro de su futuro rey

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pretty, prince / verkwanchan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora