Letters - Woosan

Carta 1

   3:14

Otra vez he vuelto a pensar en matarme. Esta vez he pensado en arrojarme a las vias del tren. Quizás después de ir a verte lo haga.

   He pensado que voy a ir de noche, quizás de madrugada. Mis padres estarán dormidos y puedo aprovechar que me gusta la noche para tener mi último paseo solo.

   Lo malo es que no me gusta la estación de al lado se mi casa, así que tendré que ir hasta la de la otra punta de Seúl.

   Quizás escriba algunas cartas para despedirme. Seguramente las deje sobre la mesa de la cocina, así cuando mis padres se despierten, las verán. No sé si escribirles donde voy a ir, aunque de todas formas se enterarán de lo que habré echo.

   No quiero que se sientan culpables, aunque en realidad si que tienen parte de la culpa. Al fin y al cabo he querido salir de esta casa desde que era chico.

   Recuerdo que con unos 10 años, tenía un armario justo en frente de la cama, aunque había veces que lo ponía frente la columna de mi cuarto. Lo solía hacer cuando me agobiaba en algo. En ese armario, en los dos últimos cajones, guardaba la ropa que podría llevarme si alguna noche no aguantaba más y me iba de casa. Pero solo tenía 10 años. También solía cambiar de sitio la mesa. La ponía o al lado del baúl, o frente al balcón. Pensaba que cambiando de sitio unos cuántos muebles, podría también cambiar el hecho de querer tirarme del balcón. Pero aquí sigo, nueve años después escribiendo esto a punto de levantarme de la cama y hacerlo.

   ¿Qué pensará mi madre cuando se entere que su hijo se ha suicidado? ¿Llorará de pena o lo hará porque sentirá que tiene que hacerlo? ¿Y mi padre, qué pensará el? De todas formas siempre me ha visto como alguien débil y sin futuro. ¿Verdad?

   A pesar de ser mi padre, nunca he llegado a quererte. Me has hecho la vida imposible, hasta el punto de llorar noches por quererte lo más lejos posible de mí. ¿Ves normal buscar cualquier excusa para insultarme, despreciarme y hacerme sentir peor de lo que ya me siento? ¿Creés que a mí me gusta vivir así? ¿Creés que tu autoridad es una excusa para hacerme todo eso? Pues déjame decirte que no. Nunca voy a olvidar todas esas veces que me has pegado. Nunca voy a olvidar esa vez que por aburrimiento o por lo que sea, me pegaste y me dejaste tirado en la cocina durante lo que para mí pareció horas, a pesar de ser solo unos minutos. Espero que te hayas olvidado de todo eso, porque duele mucho, pero yo no lo he hecho. Por desgracia no lo he hecho.

   Es la primera vez que escribo para ti y ya me estoy arrepintiendo. No mereces nada de esto. No me valen tus buenos actos, después de todo el maltrato psicológico que me haces y me has hecho pasar. Tengo tan baja autoestima y me siento tan inútil por ti. Por recordármelo tantas veces y hacérmelo creer desde que tengo consciencia. Te odio. Mira lo que me has hecho. Y aún así lo ves gracioso.

   Espero que tu consciencia se lleve esta culpa hasta tus últimos días.