Capítulo 5

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🍂🍁Para ti, que te estás derrumbando y aún así buscas la manera seguir.🍁🍂

Estoy bien...

Aquí es donde terminó nuestro amor, aquí es donde termina tu vida, aquí es donde entierras tus sueños y tus ganas de vivir, aquí es donde se apaga tu luz, donde descansarás para siempre. Aquí, en esta tumba donde tu nombre está escrito y donde vendré a derramar las lágrimas de tristeza que dejaste al partir.

Ya va a oscurecer, todos se han ido menos Dylan que esta retirado dejando que me desahogue. Te traje tus flores favoritas y con ellas traje mi dolor.

— Intento hablarte amor, pero el nudo en la garganta no me deja respirar— me senté en el césped al lado de su tumba—, el día de nuestro aniversario lleve al bosque tu regalo, aún sigue guardado en la cueva. Te había comprado los materiales para el concurso de arte, envié una solicitud para que te aceptaran y adivina qué, si lo hicieron, te aceptaron— mi barbilla temblaba—. Te iba a dar la mejor sorpresa de tu vida, sabia las ganas que tenías al participar, ibas hacer el mejor pintor de ese grupo, ibas a ganar, lo sé.

Me detuve, imaginando que estabas a mi lado.

— ¿Ahora que hago? ¿Qué hago con este dolor que me quema el alma? No estás y nunca más volverás. ¿Cómo haré para vivir con esto? Sabes que no puedo hacerlo sola.

Lleve mis manos a mi cara mientras lloraba desconsoladamente.

Las noches serán más frías de lo normal, los días serán más largo y más doloroso, las ganas de vivir te las llevaste contigo.

No puedo, no podré...

Vuelve.

— Tenemos que irnos, chiquita — escuche la voz suave de Dylan. No me quería ir, quería quedarme esta noche contigo pero acepté levantándome del césped.

No me olvidaré de ti, siempre vendré a visitarte, siempre estarás en mis pensamientos. Perdóname por no estar a tu lado.

Youssef tenía 17 años cuando murió y cuando se llevó con él mi alegría. Murió en un accidente de tránsito cuando un auto se estrelló al suyo, el señor estaba ebrio y Youssef solo iba a ir por mi regalo de aniversario.

Un alma limpia como la de Youssef se que está tranquila en cualquier lugar donde ahora se encuentre.

Pero yo, un alma gris que solo piensa en morir no sabe a donde ir, solo veo mi reflejo y siento con eso que estoy sola.

Dylan me trajo a casa, se bajó del auto para abrir la puerta de mi asiento, me ayudó a bajar sin decir nada pero luego rompió el silencio.

— ¿Qué hago para que estés bien? Se que no soy ni seré Youssef, pero soy tu amigo y puedo hacer lo que sea con tal de ya no verte así.

Dylan es mi mejor amigo desde siempre, a sido mi pilar y nunca me ha abandonado. Era lo único bueno que me quedaba. Observé sus ojos miel, su cabello estaba recogido en una coleta, sus labios un poco rosado quizás por la brisa fría de la noche.

— No puedes devolverlo a la vida—. Respondí caminando a dirección de mi casa.

— ¿No quieres quedarte hoy en la mía? Ya sabes tu mamá...

Dylan sabía de mis problemas familiares, muchas veces en la escuela me encontró marcas en mi piel tanto por los golpes de mi madre y por mis cortadas.

— Estoy bien.

Mentí, nunca lo estaba pero hacer que se encargara también de mis problemas eran más problemas para él ya qué tenía una familia estricta en todos los aspectos. Él asintió un poco entristecido para luego subir a su auto y marcharse por el largo camino solitario.

Delirios De Un Amor [En Proceso].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora