Huyendo.

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Tantos sentimientos, argumentos y palabras por soltar.

Tantos que se traban al querer entrar a la realidad.

Pensar, sentir, querer.

El miedo me consume, y el valor no llega.

¿De qué sirve tanto en mi sistema, si no tengo la valentía de hacerlo llegar a su destino?

Solo pasan a ser letras encajonadas en una libreta.

Garabatos que esconden rastros de sentimientos.

Y por ello es mejor tenerles en secreto.

No sé si le huyo a las reacciones de la gente o al tener que verme tan vulnerable ante un mundo demasiado incierto.

Una flor marchita por fuera, ahogándose en sus problemas por dentro.

No sé si la compuerta principal se ha dañado, o soy yo la que le huyo a mis propios sentimientos.

Pero la única salida que encuentro es encerrando todo aquello en letras.

Aun así, siempre llego al borde y exploto.

Me termino callando todo.

Y me vació en hojas a las tantas de la madrugada con mi cara hecha un mar de lágrimas.

                                                                                                        ➝ Sofía Pacheco.

Garabatos con rastros de sentimientos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora