Episodio 0.1: El deseo de la luna.

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¿No les ha pasado que de niños soñaban con ser grandes? 

Ser inventores famosos, cantantes, astronautas, lo que la mente podía llegar a imaginar, incluso que somos invencibles.

Desde que era pequeño, lo único que un pequeño castaño deseaba, era pasar el día metido en la pista de hielo que había cerca de su casa. Para Renjun era un placer calzarse los pequeños patines que sus padres habían comprado para él y simplemente ser libre por un rato en aquel trozo de hielo, sin importar si se caía, o si golpeaba algo.

A los 6 años, Huang Renjun había encontrado su pasión.

Su madre, por insistencia del pequeño niño junto con el apoyo de su abuelo, accedió a inscribirlo a un curso básico de patinaje artístico para que hiciera algo después de clases y que fuera algo que le gustaba al pequeño. Con lo que no contaba es que los profesores de aquel curso descubrieran el talento innato de Renjun para el patinaje.

Con el tiempo, Renjun fue creciendo, llevándose consigo diferentes medallas de competencias de la categoría tanto infantil como juvenil a nivel nacional, creando un nombre en base al amor, dedicación y pasión que tenía por aquel deporte.

Huang Renjun se volvió un nombre del cuál toda su ciudad natal conocía y llenaba de orgullo cuando llegó a la lista principal de su país para enfrentar al gigante de las competencias de invierno.

De cara al 2017, Renjun a sus 17 años, rompió su primer récord mundial en una competencia Senior de nivel internacional en el Skate América, logrando 95.07 puntos en el programa corto. El más alto visto en la categoría.

Seis meses después, su nombre volvió a alzarse con los más grandes, su nominación como representante nacional en los Juegos Olímpicos de invierno Pyongyang 2018, donde volvió a romper su récord en su programa corto, rompiendo la barrera de los 100 puntos y llevándose la medalla de oro aquel año.

Por primera vez en la historia, un asiático había ganado el oro olímpico en patinaje artístico.

Desde entonces, la carrera de Huang Renjun no había parado de ascender. La lista de récords que había roto, los puntajes superados solo por el mismo, incluso llegando a ser el primer patinador en la historia en aterrizar un cuádruple Toe-Loop en una competencia se sumaron a su historial.

Ahora tenia todo lo que alguna vez soñó, amigos con su misma pasión, competir mano a mano con grandes patinadores históricos a los que admiraba, trabajar con entrenadores de renombre internacional, pero sobre todo, estaba cumpliendo su sueño.

Algunos solían pensar que su mayor orgullo estaba en las medallas que llevaban su nombre, las medallas del mundo o quizás estar a un paso de ser el pentacampeón de Asia.

Pero nadie tenía razón.

Su mayor orgullo fue juntar las agallas a los 15 años y pararse frente a sus padres para decirles que era lo que realmente quería hacer y no ir a estudiar medicina a corea.

Desde entonces, las medallas, sus récords, cada uno de sus hitos históricos, solo sumaban y sumaban, eran conocidos por todos y siempre intentaba agradecer a los que lo ayudaron a llegar a ese punto y brillar para ellos.

Gracias al respeto de la gente, ahora cada lugar que iba sin cámaras era reconocido como Huang Renjun, un chico bajito y con carácter de temer.

Pero al momento de volver a la luz pública, era Huang Renjun, bicampeón del mundo y cuatro veces medallista del continente asiático, además de ser un fiel amante de los moomin, de quien tenia una colección gracias a sus fans.

Pero al final de todo el cuento, el seguía siendo Renjun. Un chico pequeño criado de forma humilde por su madre y su abuelo.









31.05.2024

The love is in the Ice. / NoRenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora