Episodio 8: Ángel.

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La alarma comenzó a sonar con exactitud a las 08:35 de la mañana de aquel jueves, sacándole un suave quejido aún metido entre las mullidas sabanas, negándose a moverse en lo absoluto hasta que fuera absolutamente necesario aquel día

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La alarma comenzó a sonar con exactitud a las 08:35 de la mañana de aquel jueves, sacándole un suave quejido aún metido entre las mullidas sabanas, negándose a moverse en lo absoluto hasta que fuera absolutamente necesario aquel día.

Pero debía aparentar que había dormido las horas suficientes y que en ningún caso se había escapado del hotel y había terminado volviendo cerca de las 3:30 de la mañana.

Porque, obvio, eso no había pasado.

Sicheng apagó la alarma y volvió a recostarse en su cama. Si no tuviera tanto sueño se hubiera reído, conocía demasiado a WinWin. Era capaz de dormir 12 horas seguidas y seguir con sueño.

- Renjun... Hey, Renjun, levanta. A las 9:30 es la apertura de la pista. – Su voz sonaba amortiguada, muy probablemente por tener las sábanas y colchas subidas hasta cubrirle la nariz. – Huang Renjun.

- Dong Sicheng, no me hagas levantarme cuando ni tu lo haz hecho. – Se quejó, sintiendo su voz mucho más cansada de lo que pretendía.

Ambos se quedaron acostados, cada uno en su cómoda cama.

Recordó las palabras de algunas revistas donde decían que el solía llegar tarde por llamar la atención, por romper la concentración de los demás o incluso en algún lugar había leído que lo hacia abajo la creencia de que "El mejor es el ultimo en llegar".

Vaya idioteces, si supieran que la única razón por la que llegaba tarde era porque ni a Sicheng ni a él le gustaba despertarse temprano.

El silencio de la habitación fue irrumpido de la nada por un fuerte portazo, ambos reaccionaron al golpe sentándose en la cama y mirando a quien se encontraba ingresando a la habitación.

- Arriba, par de osos perezosos. La apertura de la pista es en una hora y deben desayunar. – La voz de Kun llegó a sus oídos con la misma delicadeza que un elefante podía caminar por una telaraña... Es decir nula.

- Oh, vamos, kun. 10 minutos más no nos hará daño. – Sicheng comenzó a quejarse mientras se tapaba la cabeza con una de las almohadas. – Todavía es temprano.

- Temprano mis calzones, Dong Sicheng. Eres un dormilón de primera, venga ya, arriba. – Insistió Kun dedicándole una sonrisa mientras se levantaba.

- Prefiero evitar ser participe de la guerra civil que está a punto de comenzar aquí, me voy a dar una ducha y nos encontramos abajo después. – Bromeo mientras tomaba su móvil y siguiendo sus palabras se escapaba rápidamente hacia el baño de la habitación.

Cerró la puerta detrás de su cuerpo y se apoyó ligeramente en la misma, dejando escapar un suave bostezo. El cansancio de su trasnochada estaba llegando lentamente a su cuerpo, esperaba que Sicheng no se diera cuenta o tendría que decirle que estuvo en la habitación de Jihoon.

The love is in the Ice. / NoRenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora