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El viaje de vuelta a Seúl fue más tranquilo. Con las maletas un poco más llenas y los ánimos bajos, el trayecto en tren de tres horas fue realmente sólo para dormir o mirar por las ventanas en silencio.

Sunoo y Riki iban apoyados el uno del otro, viendo por las ventanas, comentando entre sí y de vez en cuando tomando fotografías. Sus manos entrelazadas y sus hombros pegados, mirándose de repente y dándose sonrisitas tiernas dignas de una pareja enamorada.

Mientras que en los asientos de al lado iban Sunghoon y Jake. Sunghoon junto a la ventana, apoyando su mejilla contra su mano y su vista clavada en el exterior sin mirar realmente lo que pasaba. Jake por su parte iba simplemente viendo todo y nada; miraba a los chicos a su lado, miraba a Sunghoon de vez en cuando o veía por la ventana también.

El moreno se detuvo a observar a Sunghoon. Admirarlo, más bien. Miró desde sus cabellos oscuros hasta sus gastadas zapatillas blancas. Realmente hablaba enserio cuando decía que le gustaba mirar a su chico. Jake tenía la firme idea de que este muchacho sentado a su lado era el hombre más atractivo que le pudo haber tocado como pareja.

Admitía que Sunoo también era atractivo, pero no era realmente su gusto. Se imaginaba estar junto a ese muchacho de cabellos rosas y no le agradaba tanto la idea. Simplemente no cuadraban.

Sus manos picaban en necesidad de tocar a Sunghoon. Quería sentirlo. Sentir la suavidad de su camiseta, la tersa piel, sus fríos anillos, sus pequeños y gorditos dedos. Quería juntar sus manos como los dos chicos de al lado. Quería ir el resto del viaje sintiendo el calor de la mano de Sunghoon contra la suya, quería acariciar el dorso de la misma y quería que su tacto causara una tierna y avergonzada sonrisa en esos bonitos labios carnosos que cargaba ese chico.

Quería verlo sonreír a causa de él. Quería ver la felicidad en sus bonitos ojos azabaches hasta que desaparecieran en una singular línea de alegría. Quería ser él el reflejo que apareciera en sus ojos cuando algo le causara emoción.

Jake quería tantas cosas de Sunghoon.

Jake quería tanto a Sunghoon.

Sin perder el impulso, Jake tomó su mano y entrelazó sus dedos juntos. Sunghoon inmediatamente giró la cabeza y miró la unión para después mirar a Jake a los ojos, sin expresión. El mayor simplemente sonrió tímido y se encogió de hombros. Sung no dijo nada, volvió a mirar sus manos juntas y compartió una pequeña sonrisa tímida.

El pelinegro no parecía tener ganas de alejar su mano y gran sorpresa se llevó el pálido de ojos gatunos cuando vio a Sunghoon sacar su teléfono celular y captar la imagen de sus manos juntas en una bella fotografía.

Ahora Sunghoon le sonrió en grande, sus ojos se hicieron pequeños y sus mejillas se colorearon tan ligeramente de rosado que Jake se sintió desfallecer.

Luego de guardar el móvil, el alto se giró para seguir viendo por la ventana y todo volvió a ser como minutos atrás, pero con la única diferencia de que sus manos siguieron unidas durante el resto del viaje.






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Las clases comenzaron tan pronto inició agosto. La cruel rutina donde Sunghoon se iba desde temprano y volvía hasta tarde dejando a Jake solo en casa comenzó de nuevo. Sin embargo, esta vez hubo cambios.

Sunghoon volvía a casa en aquellas horas libres intermedias que tenía, como, por ejemplo: de dos a cuatro de la tarde los lunes, martes y viernes. De tres a cuatro los miércoles y de cinco a siete los jueves.

Procuraba pasar más tiempo con Jake, incluso salían juntos cuando Sunghoon quería comer fuera. Iban a los pequeños bulevares a caminar tomados de la mano los fines de semana. Incluso, una que otra vez cuando Sunghoon dejaba de lado la histeria, permitía que Jake fuera a recogerlo a la universidad o que lo acompañara hasta ella por las mañanas.

𝗥𝗼𝗯𝗼𝘁𝗶𝗰 𝗕𝗼𝘆𝗳𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱  ☢️ ◜𝗝𝗮𝗸𝗲𝗛𝗼𝗼𝗻◞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora