1.
Ella.
Luana López se miró al espejo e intentó recordar respirar. Se acomodó un poco su chaqueta liviana y acomodó por décima vez su delineado que estaba levemente corrido. El pelo rubio le caía en una cascada de suaves ondas sobre su espalda.
Era la tercera vez en la semana que un bar de cuarta la contrataba para cantar algunas canciones. Si se hablaba de lo que le pagaban, era casi nada, pero a Luana le alcanzaba la idea de estar haciendo lo que amaba. Desde pequeña su sueño fue ser una cantante reconocida, quizá como el sueño de casi todas las chicas que conocía. Pero sus padres le pagaron clases y ella lo hacía relativamente bien. Así que cuando se mudó a la gran ciudad decidió probar suerte.
Luana lo haría. Triunfaría en esta vida. Ella quería ser alguien y este era su camino.
-Lu, tenés que cambiar tu vestuario. Parece que venís del campo.
Luana bufó exasperada. Su mejor amiga Camila la había acompañado a su nueva presentación; como en todas las anteriores. Era una hermosa persona, tanto por fuera como por dentro, pero a veces era demasiado exigente sobre como se veía la gente. Tenía una tendencia a criticar los outfits de todo el mundo.
-Eso es porque vengo del campo- le respondió alisando una arruga inexistente de su vestido- y creo que está bien.
-Ay bebé, algo más brilloso y ajustado hará que nadie pueda sacarte los ojos de encima- Camila retocó su perfecto maquillaje y se volteó hacia su amiga- dejemos ese aspecto de tu vida de lado y centrémonos en el canto. ¿Tomaste todas esas cosas raras que haces antes de las presentaciones?
Luana sonrío. Por más que su morena amiga fuera bastante insoportable cuando se ponía en modo Top Model era una de las pocas personas que la había apoyado con su incipiente carrera artística. El recuerdo de dejar la tranquilidad de su pueblo para abrir las alas era fresco en la mente de Luana aún y aunque extrañaba a su familia, su nueva vida le agradaba.
-¿Cuál de ustedes dos es Loana?- preguntó un muchacho alto y joven con delantal. Estaba bajo el marco de la puerta del baño de mujeres y miraba a ambas chicas con ansiedad.
-Sí, ella es- respondió Camila con una sonrisa pícara en los labios.
-Ya, al escenario- ordenó antes de irse y devolviéndole la sonrisa a la amiga de la rubia.
-Soy Luana- masculló por lo bajo un poco molesta.
-¡Ayyyyy pero qué lindo!- chilló Camila entusiasmada empujando a Lu fuera del baño- ¡dale andá y conquista al mundo, que yo conquisto al mozo!
...
-Eh hola- Lu frunció el ceño cuando el micrófono largó casi un chillido cuando ella se acercó, haciendo que retrocediera por inercia.
Si había diez personas en el bar era mucho. Todos estaban repartidos entre las mesas de pool y los bancos. Una barra demasiado corta a la derecha de Luana tenía banquetas altas y detrás de ella estaba el mozo que la había llamado. En una de las banquetas, se sentaba su amiga y la saludaba alegremente. Unos segundos después el DJ que estaba cerca de la puerta le hizo ceñas de que se acercara nuevamente al micrófono.
Luana asintió y se acomodó en el proceso la correa de la guitarra.
-Me llamo Luana y vengo a cantarles unas canciones.
Luego de los alaridos de su amiga, notó que nadie más la miraba. Y eso le dio el pie y la confianza necesaria para comenzar con su presentación. Como pasaba siempre, a medida que iban sonando los acordes y que su voz encontraba la letra que su cerebro sabía, los nervios de Luana parecían esfumarse y terminaba disfrutando las canciones que cantaba.
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Somos polvo entre estrellas.
RomanceLuana y Ezequiel son polos opuestos, aunque tienen una cosa en común: ambos tienen un corazón enorme. Luego de mudarse a la gran ciudad, Luana emprende el camino para hacerse una cantante reconocida pero en su tránsito conoce a Ezequiel quién siempr...