𝗔𝘁𝘁𝗮𝗰𝗸 𝗢𝗻 𝗧𝗶𝘁𝗮𝗻 | 𝗢𝗻𝗲 𝘀𝗵𝗼𝘁𝘀

Pieck

Pieck no confía en Marley. Pero ella confía en las personas que han estado a su lado y la han tratado con respeto; una de estas personas es usted, una técnica de maquinaria de Liberio.

Cuando Pieck se encuentra contigo por primera vez para hablar sobre una nueva armadura para su Cart Titan, la atracción es instantánea.

Hay algo en ti que la enamora; tal vez sea tu inteligencia, tal vez sean tus ojos y la forma en que reflejan el sol, o tal vez sea la forma en que tu cabello enmarca tu rostro con belleza. Un montón de maybes, pero ninguna respuesta verdadera.

Probablemente sea todo sobre ti.

"Pareces muy inteligente", había dicho Pieck en su segundo día de trabajo. Se deleitó con la forma en que tus mejillas se sonrojaron ante su cumplido y la rapidez con que tu mirada volvía a tu trabajo.

"En realidad no", respondiste, empujando un mechón de cabello detrás de tu oreja. Mancha aceite de motor en un lado de la cara.

"No hay necesidad de ser humilde".

"No estoy siendo humilde. Simplemente realista ".

Durante meses, te observa juntar piezas de acero como si lo hubieras estado haciendo desde que naciste, con movimientos hábiles y competentes. La mujer se da cuenta rápidamente de que eres una persona de la que quiere saber más.

Naturalmente, ustedes dos se vuelven cercanas, comiendo juntos en el comedor y hablando fuera de la sala de artillería.

Pieck ha sido aceptada antes, pero siempre se siente diferente contigo. Tus brazos son tan cariñosos, tu contacto dulce y amable. Ella siempre dejaba que su cuerpo se desenmarañara, sus músculos agotados se relajaban con tu toque. En esos abrazos, siente que sus preocupaciones por su padre y por los eldianos se desvanecen por un momento.

Muchos días, pasas los dedos por su cabello despeinado. Pieck siempre se encuentra con una expresión divertida cuando intenta desenredar las cerraduras. Es un gesto dulce, piensa, disfrutando plenamente de la atención.

Pieck atesora especialmente la forma en que sus ojos brillan cuando felicita su trabajo, las pestañas revoloteando con una sonrisa orgullosa en su rostro. A ella le gusta cuando acaricias su brazalete eldiano rojo, murmurando sobre lo estúpido que es.

Ella llega a amar muchas cosas de ti.

Incluso la respetas a ella ya cualquier peculiaridad que tenga; ni una vez has dicho que era extraña para gatear por el suelo.

Entonces, cuando la ves a cuatro patas un día, solo reprimes la risa y le das una muleta con una tierna sonrisa.

"Gracias", dice Pieck con voz suave. Ella se pone de pie perezosamente y tú le ayudas a limpiar la suciedad de su falda. "Pock cree que estoy loca".

"Galliard es un idiota", respondes con un bufido, haciendo que sus labios se curven en una sonrisa suave. "Si te hace sentir cómoda, entonces no veo ningún problema".

Pieck tararea suavemente en respuesta. "¿Tienes algun plan para hoy?"

Te encoges de hombros, colocando despreocupadamente una mano en tu cadera ladeada. "Realmente no. Terminé todo por ahora ".

"¿Te gustaría caminar por la ciudad conmigo?"

"¡Seguro! Cualquier cosa para salir de aquí ".

Pieck se te acerca entonces, agarrándote del brazo y tirándote ligeramente.

La cosa es que la joven conoce tu secreto. Ella lo ha hecho por un tiempo.

Pieck es inteligente y atenta; así que cuando se da cuenta de que te escabulles de la sala de artillería para escuchar a escondidas las reuniones militares, y se da cuenta de que constantemente envías cartas, tiene una idea de dónde vienes.

Admitirse a sí misma que eras una soldado fue difícil. Si este hubiera sido un momento diferente y un lugar diferente, ustedes dos podrían haber estado juntos sin ningún problema; en cambio, son enemigos, inmovilizados unos contra otros en una batalla cruel.

Pero ella no te denuncia.

En este mundo de guerra, donde el racismo y el odio son la causa, tu presencia es su antídoto.

Pieck Finger está completa, total e irreparablemente enamorada de ti.

Y ella no lo haría de otra manera.