Capítulo 26

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-A la mañana siguiente -

México: llegaron, llévenlos al sótano

Guanajuato: Como digas.

Después de un rato México pidió a los dioses que se reunieran en la sala de juntas.

México: Bueno, así está la cosa tenemos que hacer de mi territorio una potencia, ya tengo un plan para eso pero primero tengo que saber si cuento con su apoyo.

Mictlantecuhtli: Señorita México, sabe que cuenta con todo nuestro apoyo para su propósito... Claro no lo podemos hacer con el poco poder que...

México: Lo sabía, tráiganlos aquí, esto es parte de su regalo tómenlo como un regalo de mi gente.

Entraron algunos de los estados con varias personas atadas de manos, todos se quedaron sin decir una sola palabra.

México: Durante estos meses les pedí a mis estados que encontrarán a ciertas personas, personas que le han hecho daño a mi gente y a mi territorio por años y sin importar su posición en la sociedad, se que no es el tipo de sacrificio que aceptan pero es mejor que nada.

Teztatlipoca: ¿Sacrificio? Quiere decir que nos dará sangre.

México: Escuchen ustedes y yo "venimos de las misma planta" así que está vez me tengo que asegurar que no me traicionaran.

Tláloc: ¿Nosotros? ¡Jamás lo haríamos!

México: Por si acaso, además quiero firmar un contrato con ustedes, ustedes se quedan con la sangre de todos estos y más obtendremos en estos meses y ustedes me dan poder.

Mictlantecutli: Mi señora usted es fascinante mi esposa y yo aceptamos el trato.

Tláloc: Habla por todos, hace mucho que no teníamos ofrenda de sangre.

México: Perfecto, hagan lo que quieran con ellos, matenlos o simplemente haganlos esclavos, no me importa.

X: ¡TU! MALDITA PERRA, ¿NO SE SUPONE QUE ESTABAS MUERTA? ¡REGRESA AL INFIERNO!

México: Vaya, vaya así que tenemos un voluntario~

México extendió la mano, uno de los estados le pasó una navaja, México tomo a la persona por el cabello dejando descubierto el cuello y con la navaja se lo atravesó de lado a lado

México: Yo México, hija de Azteca les ofrezco esta sangre para firmar nuestro trato.

Los dioses estaban asombrados y complacidos con el comportamiento de México.

Mictlantecutli: Creo que tenemos un trato mi señora, nosotros nos encargamos de esto.

Tláloc: ¡Pido el corazón!

Dijo mientras se abalanzó sobre el cuerpo que yacía sobre el piso.

México: ¿Se pueden encargar de esto? Necesito ver algunas cosas.

Mictecacihualt: Claro, además tenemos más sangre que recoger.

México: Está bien... Hice el sótano aprueba de ruidos por si les interesa, chamacos tenemos que hacer cosas, Tonatiuh jalate pa ca tenemos cosas que hacer.

Mientras México y los demás se alejaban se escucharon gritos pero ninguno de ellos se dió la vuelta y por fin México comenzaba su plan y sin interrupciones.

Llegaron a la oficina de México ella comenzó a hablar.

México: Bien ¿Tienen los planes que les pedí?

CDMX: Aquí está hechos por nosotros estrategias para el comercio, la economía, ecológia y muchas cosas más. Además dentro de unos meses abra una reunión de ONU.

México: Entonces vamos a la capital y pondremos en marcha todo, para está reunión yo ya seré una potencia.

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