Capítulo 27

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México: Bien ahora que terminaron con eso tengo que encargarles unas cosas.

Coatlicue: Lo que quieras Mex.

México: Primero hay mucha población vulnerable necesito que cuides de ellos Coatlicue.

Coatlicue: Consideralo hecho.

México: Tláloc quiero que el agua se como antes abundante y llena de vida, pero sin dañar a mi gente ¿Lo puedes hacer?

Tláloc: Mientras nadie se cruce puedo hacerlo.

México: Bien, Tlaltecuhtli (diosa de la naturaleza azteca) ¿Puedes ayudarme con la naturaleza?

Tlaltecuhtli: Será mucho que hacer pero con mucho gusto lo hago.

México: Gracias a todos, no les faltará nada y necesito que se ayuden unos a otros para poder revivir todo el territorio.

Tláloc: Yo dirijire a los dioses del agua.

Tlaltecuhtli: Yo a los de la naturaleza.

Coatlicue: Me encargaré de la población junto a Oxocomo y Cipactónal.

México: Se los agradezco, ahora Huitzilopochtli y Cipactónal ustedes se encargarán de la seguridad y con todo lo que haré tendrán tropas a sus manos. Por último Mictecacihualt, Mictlantecutli, Tezcatlipoca y Tonatiuh ustedes se encargarán de mi seguridad.

Tonatiuh: Mientras pueda estar a tu lado será un placer.

México: Todos tienen sus tareas cumplan y yo me encargaré de lo demás.

Los dioses se fueron y México partió hacia la capital, a la oficina de dónde ya la habían hechado una vez, pero está vez sería ella quien sacará de su camino a toda persona que impidiera su objetivo.

México: Aquí es donde empezó todo... Necesito que me ayuden a entrar.

Tezcatlipoca: Eso dejemelo a mi, vamos a hacerle honor a mi sobre nombre "el espejo humeante".

Tezcatlipoca lleno el edificio con humo negro, dejando solo un espacio para México y sus acompañantes, hasta la oficina de la cual la habían hechado.

X: ¡NO ME IMPORTA, TIENES QUE BUSCAR AL MALDITO Y DESAPARECERLO! Si su campaña continua no podremos construir ahí y perderé millones.

México: ¡ME DAS ASCO! Me temo que desaparecer a aquellos que cuidan de la bella naturaleza ya no será una opción.

X: ¿Que haces aquí?

México: Voy a hacer lo que muchos quieren y voy a empezar por ti.

México lanzó a quien estaba detrás de ese escritorio, de pronto aparecieron los guardias.

Guardia 1: ¡ARRIBA LAS MANOS!

X: Como verás estás rodeada y tienen orden de disparar así que tú decides mi cara bonita, vuelves al lugar en el que debes estar o regresas al infierno.

Dijo mientras se acomodaba la corbata y el cabello, acercándose lentamente a México.

México: Te lo dije una vez me das asco... Sabes que más bien está vez seré yo quien te de las opciones les dices a tu malditos perros falderos que bajen sus armas y te vas de aquí o te mataré... Decide.

X: Desgraciada.

México: Bien ya haz elegido ¡Tonatiuh!

Tonatiuh apareció detrás de los dos guardias apuntando a sus cuellos con una  dagas.

Tonatiuh: Bajen sus armas ahora.

Guardia 2: ¿Acaso piensas que te haremos caso?

México: No los mates, serán buen ejemplo y con ellos empezaremos la nueva ofrenda de sangre.

Tonatiuh noqueó a los dos guardias y los desarmo

Tonatiuh: Me quedó con está arma parece ser más eficiente que mis dagas.

X: ¡Ustedes son unos demonios!

México: A el también.

Tonatiuh: Lo que digas.

México se sentó en la silla de esa oficina y dijo: Llevenlos serán parte de la siguiente ofrenda... Ahora tengo que hablar con todo el personal de aquí y quien no quiera la nueva administración le trataremos de convencer o será para sangre.

Soy MéxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora