Dos

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Marie.

Ya era de noche, el sirvió la comida y se sentó frente a mí. Comenzó a comer mientras miraba detrás de mí. Al ver que lo miraba y que no comida dejo de hacer lo que hacía.

—¿Que pasa? — miró detrás de él para ver si veía algo o lo miraba a el.

—Nada.

—¿No tienes hambre?

—No mucho —juego con mis manos nerviosa sobre mis piernas.

El se levanta y se sienta al lado mío.

—Cariño, se que esto te parece raro. Pues no me recuerdas pero soy tu esposo, cuenta conmigo en lo que quieras. Y puede que no te sientas...

Lo interrumpí.

—Estoy bien,—Sonrió—Solo que no tengo apetito. Quiero dormir.

—Está bien, vamos te llevo. —Se levantó y puse una mano en su pecho para detenerlo.

—No, yo quiero hacerlo.

—Pero...

—Shhh —puse mi dedo en su boca para callarlo y me estire un poco hacia el, lo bese y él sin dudarlo me siguió el beso. —Descansa.

—Tu igual.

Sonrió y subo a mi silla para luego salir de la cocina. De reojo veo su sonrisita pícara y se levanta para volver a su lugar y seguir comiendo.

Ahora que recuerdo, ¿No tengo celular?

Doy la vuelta y regreso a la cocina.

—Aidan—Él se voltea y me mira— ¿Donde esta mi celular? 

—Oh, eso. —Se levanta y de una cajón saca un celular. —Tu celular que tenías antes por el accidente se dañó, así que ten.

Me dio un celular y lo tome. —Ese es tu nuevo celular.

Sonrió en forma de agradecimiento. Y salgo nuevamente de la cocina y voy a la sala. Me quedo por ahí mientras enciendo el celular.

—Al menos ya tengo con qué desaburrirme.

•••

Salgo al patio y veo a Aidan refrescándose en la piscina.

—Hola—Saluda él al verme.

—Hola, oye mi celular no funciona dice que no tengo señal.

—Oh bueno, pues vivimos en las montañas. Aquí es poca la señal. — sale de la piscina y seca su abdomen con la toalla.

—Mmm—miro detenidamente todo lo que hace.

Él se da cuenta y sonríe, camina hacia mi y se agacha a mi altura. Acaricia mi mejilla.

—¿No quieres nadar un rato? Dicen que nadar ayuda para sanar más rápido cuando te lastimas un hueso. 

—Así estoy bien. —Sonrió.

—Okay. Saldré a comprar comida para la cena, ¿necesitas algo?

—¿Puedo ir contigo? Me aburro estando aquí en casa.

—Claro, solo iré a ducharme y nos vamos.

—Está bien, estaré en la sala esperándote.

Él asiente y entra a casa, sube las escaleras hasta la habitación. Doy vueltas en la sala hasta que topó con una mesa y de está cae un libro. Lo recojo, una foto cae de este, me estiro para recojerla y es una foto que supongo que es de nuestra boda. Aidan lleva un smoking negro y yo un vestido blanco no tan largo pero definitivamente nos vemos demasiado lindos.

Narradora:

Estando ya en el super, Aidan deja a Marie en el pasillo de los dulces y el se va por otras cosas. La chica miraba con atención las gomitas, eran sus dulces favoritos. Ella no lo sabía pero desde que las vio sabía que iban a ser sus favoritas. Un señor ya algo grande vio a Marie y se acercó a ella.

—Marie—Habla detrás de la chica, está voltea y lo mira.

—¿Hola?

—Soy Antoni, el amigo de Nic...

—Mi amor vámonos —Llega Aidan interrumpiendo al hombre agarrando la silla de Marie para moverla lejos de el hombre el cual se quedó callado al ver a Aidan llegar.

—Espera Aidan, el me estaba hablando...

—Eso no es importante, nos vamos. — Aidan le da una mirada neutra al hombre y la lleva a la caja.

Marie mira al hombre nuevamente pero este ya no estaba donde lo había visto, en su rostro se hizo una cara de confusión, quería saber porque Aidan la había alejado de ella sin ni siquiera preguntar quién era. Al salir del super Aidan no iba para nada feliz. En su rostro se reflejaba el enojo.

—Cariño—Susurro ella y este lo mira —¿Esta todo bien?

El asiente y se pone el cinturón de seguridad. —Es que... Te enojaste y no entiendo porque.

—No me enoje. Solo que ese hombre no me dio buenas vibras—Sonríe y enciende el auto para ir a casa nuevamente.

Obsesión Secreta © (✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora