Hermosas mentiras

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— Y entonces... ¿Creés que podrás venir?– Pregunté emocionada.

– No puedo Dani, iré a una fiesta con felix hoy– Miró el piso apenada

— Vamos Sam, es mi cumpleaños –

– ¡Lo sé, pero sabes que Felix me gusta y por fin tengo una oportunidad¡ ¡Te lo voy a compensar!– Asentí sin remedio.

— Está bien, otro día puede ser–Intenté con todas mis fuerzas darle una sonrisa, pero lo único que salió fue un gesto.

– ¡Gracias, por eso eres mi mejor amiga!–

Se acercó a mi para darme un pequeño abrazo para después irse y entrar al salón de clases.

Duele saber que lo soy.

Quisiera que me miraras de la misma forma en que lo miras a él.

...

Después de salir de clases caminamos a una cafetería, era nuestro lugar favorito si queríamos un café o solo relajarnos.

— Samy, entonces ¿Creés que el Sábado podrás?–

No respondió, en su lugar se quedó viendo por la ventana.

— Samy – la volví a llamar.

– ¡Sí!, el Sábado, ¿Que te parece aquí mismo?–

Aunque estaba hablando, seguía mirando por la ventana del café.

— Sí, creo que está bien.– Tomé un sorbo de mi café.

La campana que estaba en la puerta del lugar sonó avisando que entraba un nuevo cliente, ese nuevo cliente era Felix.

P
–Mira ahí está Felix, voy a saludar, ¿Vienes?

La mire y negué volviendo a mirar mi café.

Se levantó de la silla y caminó hacia donde estaba Felix, cuando ya estuvo a un lado suyo, le sonrió y él se levantó de su silla, se acercó a ella para saludarla de un beso en la mejilla.

Después de unos minutos de estar sola en mi mesa, escuché como el timbre del local sonada de nuevo, intente encontrar a Sam entre las pocas personas del lugar, pero no estaba en ningún lado.

Poco después me llegó un mensaje.

Sam 💛- "Felix me invitó al cine, te llamo en la noche."

"Te quiero, deseame suerte."

...

Sábado

Hoy veré a Samantha en el café para celebrar mi cumpleaños, después de que se fue con Felix me pidió disculpas, solo le dije que no importaba y que me lo compensaría hoy.

Me ví de nuevo en el espejo para comprobar que me veía bien y después tome mi mochila y salí de mi casa camino al café.

Entré al local, con una leve sonrisa en el rostro tomé asiento en la mesa de siempre, junto a la ventana y esperé a que Sam llegara.

30 minutos después

Se suponía que debía llegar a las tres, el reloj ya marca tres con veinte, pero no le tomo importancia.

3:48

Tomé mi teléfono para llamarla, no contestó, lo intento de nuevo pero consigo el mismo resultado.

6:00

Ya había oscurecido, estaban apunto de cerrar el café y yo aún seguía esperando, el nudo en mi garganta y el dolor que sentía en el pecho eran los únicos que estaban presentes.

Tomé mi mochila y salí de ahí para regresar a mi casa.

Subí las escaleras y me encerré en mi habitación.

Aún después de todo sabía que iba a volver, iba a a volver a caer en sus palabras, en sus promesas que después rompería de nuevo, pero no le importó, no le importó que le rompiera el corazón en mil pedazos, por qué después de todo estaba enamorada de ella y aunque intentara con todas sus fuerzas odiarla, no podía, no podía hacerlo ,aunque todo su ser le estaba gritando que lo hiciese, que la odiara para dejar de verla con ojos de amor.

Así que prefirió llorar en su cama y odiarse a sí misma esperando que la chica que le estaba rompiendo el alma y el corazón, se disculpase y dijera todas sus hermosas mentiras habituales.

¿Lo peor?

Ella las creería ciegamente.

I wish I was him  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora