Chocolate caliente y Basketball

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Los últimos dos días no había vuelto a hablar con Samantha ,no porque no quisiera, si no, porque no me ha mandado un solo mensaje o ume ha llamado una sola vez, ni siquiera cruzamos palabra alguna el día anterior en la escuela.

Ya era martes y ni siquiera la he visto en el café, ni un solo mensaje de disculpa o una mirada por parte suya.
Lo único que obtuve fueron unas inmensas ganas de llorar el día que la ví besándose con Felix en el aula de descanso.

Intenté que mi expresión de dolor pasara desapercibida por los profesores bajando la cabeza o mirando a algún otro punto pero al parecer eso causó más dudas en ellos y me preguntaran la razón de estar distraída.

Al día siguiente salí de la clase y caminé a la cafetería de la escuela, en el camino me encontré a Juan con el uniforme del equipo de basketball, por lo que supuse que iba de camino al entrenamiento.

– ¡Daniela! ¿Irás al juego del viernes?– Negué.

— No tengo ganas de ir, Juan– Me miró estre cerrando los ojos.

– Por favor, tu media naranja sí estartá ahí– Al escucharlo decir eso solo pude mirar al piso.– Y...¿Dónde está Sam?–

Es lo mismo que me pregunto yo

— No lo sé,no la he visto desde el viernes.– Me senté en una mesa cerca de las máquinas expendedoras.

– Pero ayer le llamé para pedirle ayuda para una tarea, dijo que no, porque estaba contigo–Juan me siguió el paso y se sentó frente a mí.

Fruncí el ceño.

— Te mintió, tal vez está ocupada con su nuevo amigo Felix– Señalé a la entrada de la cafetería, en dónde estaban entrando Felix y a su lado Samantha.

– Meh, da igual, entonces ¿Sí vas a ir al juego?– Klaus me miró con cara de perro triste.

— Está bien– Tomé mi mochila para sacar mi almuerzo y me concentré el resto del receso solo en mi sandwich.

...

Tomé asiento en la mesa de siempre junto con Juan

– No puedo creer que nunca había venido aquí–

— Ya te había invitado pero escogiste quedarte viendo a hombres corriendo detrás de una pelota, bien, ¿Qué vas a pedir? Yo chocolate caliente, te lo recomiendo es muy bueno– le sonreí

– Chocolate caliente ¿Enserio?, ¡Es una cafetería, cafetería!–

Reí.

— No me juzgues, es delicioso y relajante, prefiero un chocolate caliente a un café negro y amargo–

– Estamos como a cien grados–

Lo ignoré y llamé al mesero para que pudiera tomarnos la orden.

Después de pedir mi Chocolate caliente y el café de Juan, empezamos a hablar un poco.

A pesar de conocer a Juan desde primero de preparatoria, somos buenos amigos, aunque no cuenta mucho sobre su vida, solo sé que vive con su tía y que sus papás viven en otro país.

– Ya me vas a contar ¿o tengo que esperar a que ella venga se venga a disculpar y la perdones como si nada?–

Lo miré mal.

— Así menos te voy a contar– Cuando Juan estaba por hablar, el mesero llegó y nos entregó lo que ordenamos.

Después de que el mesero se marchara, tomé un sorbo de mi chocolate caliente, mientras Juan me veía con su mirada acusadora mientras él también tomaba un sorbo de su café.

I wish I was him  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora