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Smut.
Errores ortográficos.

El frío le calaba los huesos y la música resonaba tras las finas paredes de la casona

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El frío le calaba los huesos y la música resonaba tras las finas paredes de la casona.

Camino entre los autos hasta dar con la conocida camioneta negra de cuatro puertas. Dentro estaba su preciada María, aquella a la que asquerosamente era adicto.

Sanzu le había escrito diciéndole que las llaves las tenía otro chico, el cual también iría por su compra anticipada en ese momento, ambos eran de confianza así que el pelirosa no tuvo problema alguno en darles las llaves, por otro lado a Chifuyu le era de extrema molestia tener que esperar a un desconocido a las cuatro de la madrugada en medio de un estacionamiento vacío.

Una carcajada se escuchó repentinamente a sus espaldas y como si estuviera en automático su cuerpo dió un giro de sesenta grados sobre sus talones y acto seguido su vista se topo con el chico más atractivo que vio en sus dieciséis años de vida.

Recorrió con la mirada sin descaro al desconocido de arriba a bajo. Era alto, le debía sacar una cabeza y media tal vez, su cabello oscuro arriba de los hombros con algunas mechas pintadas de rubio, sus fracciones masculinas perfectamente marcadas y, oh mierda, un jodido tatuaje en el cuello por el cual podría deslizar su lengua sin ningún problema.

Definitivamente era la clase de chico al que dejaría que lo ahorcara mientras metía su lengua en hasta el fondo de su garganta.

Stop.

Chifuyu, tranquiliza tus hormonas rey.

El chico desconocido lo observó y una sonrisa burlona se formó en su rostro - ¿Quien demonios viene a una fiesta con piyama?

Impresionante la rapidez que tenía el Dios griego en cagarla, impresionante.

Sus cejas se fruncieron automáticamente. Nadie, absolutamente nadie, insultaba a sus sensuales pantalones cortos de Hellow Kitty.

Dentro de si sus palabras estaban listas para salir cual veneno pero para su propia salud metal el mayor volvió a hablar antes de que el ataque a su persona sucediera.

- Te queda lindo igual - saco las llaves de su bolsillo para poder abrir la minivan - ¿Venís por unos porros?

- No, en realidad venía por unas gominolas que se me quedaron dentro

El mayor lo miro a los ojos notando una mirada llena de seguridad en el rubio. Ese simple detalle le agrado y le calentó por partes iguales.

Lo había analizado desde antes, tenían algunos conocidos en común por esa razón se lo llevaba a cruzar en las fiestas a las que iba, y luego de un tiempo de verlo de lejos llegó rápidamente a la conclusión de que el rubio era la fantasía sexual de cualquier puberto y no solo lo decía por haber presenciado las miradas de necesidad en unos cuantos. Debía ser sincero, el niño tenía muslos grandes los cuales le encantaría que lo asfixien, caderas anchas y un culo de infarto. Todo eso combinado con su jodida actitud de principito egoísta.

Jodidamente caliente ante los ojos del de iris doradas.

- Hanemiya Kazutora - una mano le es ofrecida a modo de presentación y Chifuyu la toma notando lo diminuta que se ve su mano junto a la del chico - ¿Cual es tu nombre bonito?

- Chifuyu Matsuno - hizo una reverencia exagerada sacándole una diminuta risa al contrario - Igualmente no creo que tus cuerdas vocales sean dignas de pronunciarlo

- Oh, lamento mucho no estar a la altura de su persona majestad ¿Podría servirle mis servicios y así poder cambiar su errónea opinión?

Chifuyu sonrió ante la simpatía del otro al seguirle el juego - ¿Cuáles serían esos servicios?

Kazutora rápidamente tomo el paquete que se encontraba en el asiento de la camioneta y en una reverencia se lo ofreció a Chifuyu - Si me permite entregarle la mercancía su alteza

El nombrado lo tomó en un movimiento brusco - ¿Un simple porro patético, muchacho?

- Con su permiso... - el mayor coloco el cigarrillo entre sus labios y lo prendió ante la atenta mirada del otro chico - Debe compartir los bienes con el pueblo princesa

Sus ojos estaban clavados en los labios contrarios a escasos centímetros de los suyos - ¿Y yo que ganaría joven? - preguntó en un susurro

La lengua de Kazutora delinea lentamente el labio inferior del rubio - Una gran polémica por besar a un pueblerino drogado fuera de una fiesta, posiblemente

- Bien, entonces... - sus respiración se mezclan con el olor a marihuana - Deberíamos hacer que me saquen el derecho al trono por depravación ¿No cree señor?

Desgraciado y bendito Baji que no lo quiso acompañar a buscar los cigarrillos.

Con ese pensamiento en mente Kazutora une sus labios en un beso fogoso, sus lenguas luchan por el dominio siendo victorioso el mayor de los dos. Las manos de Chifuyu pasan a estar en la larga cabellera del chico, proporcionando pequeños tirones en la nuca que no hacen más que sacarle gruñidos al chico. Mientras que las manos del nombrado se encuentran bailando por las curvas del menor, hipnotizadas por lo marcadas que estás son.

 Mientras que las manos del nombrado se encuentran bailando por las curvas del menor, hipnotizadas por lo marcadas que estás son

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Hacia mucho les debía este extra y acá está la primera parte <3

Esperó pronto subir la segunda, tengan paciencia, por fa.

- Beauseth Biikoforova 🍄

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