Nosé cuánto años o siglos an pasado desde la última vez qué vi a sukuna.
Volví creo que unos años después del incidente y la enorme casa no estaba solo había una pequeña villa donde ya hacían viviendo personas.
Rápidamente me adapte a su estilo de vida conseguí trabajo y compré una casa.
Dónde exactamente en el patio daba el barranco que ahora era una cascada era una vista hermosa.
Así pasaron más años yo en la misma casa no me ponía vieja y como que mi cuerpo se ponía más hermoso, mis vesinos ya estaban viejos y yo seguía igual. Me iba de la casa un par de años y luego volvia como una persona diferente.
Hasta que un dia me di por vencida el ya no iba a volver en el fondo lo sabia y me limite a conocer personas pero no funcionaba. Conoci un chico un poco infantil y me dijo que, si está maldicion como la conseguí.
Eso me dejo en shock y lo mire con cara aterrada y le dije que si era hechizero que si me mataría este río y dijo que no lo aria trague saliva.
Después de eso el venía a mi casa hablamos mucho y terminamos siendo pareja. El me encantaba y su hermosos ojos que me hacían flaquiar lo amaba.
Ahora pasamos al presente, estoy acostada y la luz del sol me molesta seguro deje la cortina abierta otra ves, abro mis ojos y veo a un bombo mirándome.
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- No me mires así pareces un maniático - me quejo.
- No es mi culpa que los rayos del sol te sienta bien - Hablo si apartar la vista.
- Sabes que la luz me molesta no puedes cerrarla - le digo señalando la cortina.
El me atrae a el y me abraza empiezo a moverme incómoda realmente no estaba cómoda en esa posición.
- Sueltame! - vuelvo a quejarme mirándole ala cara y este me suelta para verme ala cara - Que?.
- y si tenemos un mañanero - dijo con una sonrisa a medias mientras me veía directo a los ojos sus ojos azules pero de una manera que nosé podía explicar.
No pude racionar cuando ya me tenía abajo de el cosa que me hizo sentir escalofríos. Lo mire con cara de desesperación el sabía bien que me calentaba rápido sin hacer ningún movimiento.
Empezó a besar mis pies e ir subiendo poco a poco por mis piernas sin apartar la mirada.
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