Me levante súper tarde y ya tenía el tiempo en el c*lo, recogí mis cuadernos y salí corriendo hacia el instituto que me quedaba bastante lejos por cierto.
Me subí a mi auto y salí corriendo como alma que se lleva ya sabemos quien. Llegue súper rápido y deje mi coche más aparcado y corrí por todos los pasillos hasta que por fin llegue a mi aula, estaba todo sudada no me había arreglado bien y mi cabello era un desastre.
— T/N, llega 30 minutos tarde! — me grito el profesor mientras entraba y tomaba mi lugar.
— Discúlpeme lo qué pasa es que me quede hasta tarde haciendo tarea — puse cara de perrito mojado y este tomo un respiro.
— Se lo dejare pasar señorita, ya que usted es la mejor de la clase — cerré mis ojos y le regale una sonrisa grandemente y este siguió dando la clase.
Ya tenía bastante tiempo en este instituto y volteé y mire a todos pero nadie me prestaba atención, era como invisible, pero realmente no me interesaba ya sabía que no era buena para tener amigos y nada así.
Las clases transcurrió normal y sin darme cuenta ya había llegado la hora del receso. Me senté en unos de los bancos más lejos de las persona y solitario de la vida. Comí mi emparedada mientras miraba a mi alrededor.
Tenía mi cabeza baja cuando vi que unos zapatos se colocaban frente de mí y rápidamente subí mi cabeza para ver quien era.
Mejor ni la hubiera levantado estaba satoru gojo, un exagerado geocéntrico de una clase más adelante que yo, me estaba mirando fijamente, era reconocido como un verdadero mujeriego y también su fama venía por su mal comportamiento que siempre andaba en peleas, también por su color único de ojos y que siempre los tapa con unos lentes.
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Me seguía mirando fijo y me sentía incómoda ya no quería comer ya con este tipo mi estomago se había cerrado.
— ¿Por que coño me miras tanto? — Dije sin desviar su mirada extraña.
— Está en mi lugar! — Dijo en tono de autoridad y cruce mis cejas.
— Perdón acaso la escuela es de tu propiedad? — reí en su cara y este apagó su cigarro y me tiro el humo en la cara.
— Tienes una boca peligrosa chica, yo no golpeo mujeres — dijo y cuando abrí mi boca para darle su merecido con palabras sonó el timbre.
Este miro a un lado y sonrío daba miedo de verdad, y se marchó sin decir nada realmente.
Tome mi pequeña bulto del cargar mi almuerzo y salí hacia la siguiente clase, cuando estaba por entrar me encontré a la chica que aveces ayudo en la enfermería.
— Hola pequeña t/n te estaba buscando — me sonrió y me acerqué a saludarla.
— Holaa, para que me estaba buscando — ella me pasó mi mochila y empezamos a caminar.
