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Arce, Bautista

Bajo las escaleras mientras esquivo algunas cajas que todavía siguen tiradas por ahí, ya que acabamos de mudarnos a la ciudad.
Ya listo con el uniforme del colegio me siento en la cocina a desayunar y Ginette, la nueva novia de papá, me sonríe y me acerca un café con leche y tostadas.

— Buen día— Intento sonar de buen humor, pero igualmente nota que no estoy de acuerdo con todo el tema de la mudanza y el colegio nuevo.

— Tengo que hacer unos trámites, que tengas un buen comienzo de clases Bauti— Me saluda con un beso en el cachete, agarra su bolso y se va de la casa.

Estoy completamente solo. Las empleadas todavía no llegaron y mi padre sigue en su viaje por trabajo.
Pongo un poco de música en la radio mientras termino de desayunar, luego agarro mis cosas y salgo hacia fuera, dónde el chófer me espera para ir al colegio.

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Bustillo, Camila

Me levanto con una sonrisa imborrable en el rostro, me visto, peino y preparo mi desayuno y el de mi madre lo más rápido posible.
Hoy es mi primer día en el Élite Way School y estoy muy emocionada, es uno de los mejores colegios del país, y por supuesto, carísimo. Obviamente soy becada, ya que mi familia nunca podría pagar esa cuota.
Termino el desayuno y vuelvo a mirarme al espejo; me gusta verme con el uniforme. Muy emocionada reviso por última vez mi mochila mientras espero a que mi tía Ana me pase a buscar en su auto.
Antes de irme, paso por la habitación de mi mamá, la cual se encuentra vacía, tomo un poco de dinero y salgo rápidamente.

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Maza, Luisana

Despierto inmediatamente cuando Inés ingresa a mi habitación gritando.

— ¿En dónde está mi labial?

— Buen día— Digo sarcástica, y señalo mi escritorio mientras me levanto de la cama.

— ¡Te dije que no lo agarraras más!— Dice molesta en tanto sale de mi habitación.

Decido ignorarla y comenzar bien el día. Me peino, me visto con el uniforme y bajo a la cocina luego de escuchar los gritos de Mariano.

— ¡Apuren que se hace tarde!

Mientras Florencia, la empleada, me sirve el desayuno, Javier y yo nos burlamos del pelo de Inés, quien acaba de bajar.

— ¿Qué te pasó? ¿Metiste los dedos en el enchufe?— Bromea Mariano, y ella nos mira mal al reírnos. Ni siquiera Flor puede aguantar la risa y sonríe disimuladamente mientras le sirve el café.

— Buenos días chicos— Pía entra a la habitación y se sienta en su lugar de la mesa. Detrás de ella entra Natalia, su hija, quien ni siquiera saluda y comienza a darle órdenes a Florencia.

Terminamos de desayunar lo más rápido posible y a la vez que intento acomodar el pelo de Inés, mis hermanos suben las valijas a la camioneta con ayuda de Matías, el jardinero.

— Que tengan un bien día, ¡y recuerden llegar temprano al aeropuerto hoy por la noche!— Pía nos grita desde la entrada principal entre tanto Mariano enciende su camioneta y nos vamos al colegio.

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Mejía, Felipe

— ¡Felipe! ¡El desayuno!— Paula, mi abuela, grita detrás de la puerta de mi habitación y logra despertarme.
Me levanto de la cama y me visto lo más rápido posible, ella no debería darse cuenta que todavía seguía dormido.

Un atardecer más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora