Un atardecer más

3

Al día siguiente todos se levantaron temprano para la primer actividad, que sería una búsqueda del tesoro.

Antes, obviamente desayunaron y tuvieron unas horas libres hasta después del almuerzo, que comenzaron a buscar.

El curso se había dividido en tres grupos; cada uno de diez personas, todos diferenciados con un color diferente.

— Repasemos— Pidió Mauro en el centro de la ronda, verificando la lista.— Grupo azul; Nadia, Tomás, Lola, Corcho, Camila.. [...]

Narra Luisana • ~

Georgina y Jimena escuchaban atentamente los integrantes de cada grupo, mientras Lola; una compañera, me ayudaba a pintarme las uñas.

— Grupo verde; Luján, Gonz...—Mauro seguía repasando— Marcos, Luisana, Pedr...— Levanté la mirada, sorprendida, al escuchar mi nombre en un grupo junto al de personas con las que nunca había hablado.

Jimena y Georgina estaban juntas en el grupo lila, así que fui directo a quejarme con Mauro e intentar cambiar de grupo, pero este se negó y tocó el silbato que daba comienzo al juego.

Mi grupo se acercó a mi, esperando mis indicaciones —¿Que miran? Lean las pistas, dale —Dije molesta, pasandoles la hoja con indicaciones.

Narra Camila

Mauro nos envió a un "bosque" que conectaba con la playa del hotel. Por suerte mi grupo es bastante bueno y ya tenemos la mayoría de pistas resueltas. Por mi parte, intento participar bastante en la búsqueda, ya que el grupo ganador ganador recibirá un "premio".

Estaba hablando con Lucía, quien estaba a mi lado hasta hace un momento, ya que seguí caminando sola y ahora estoy perdida. Intento rehacer mis pasos y volver con el grupo, pero no lo logro.

— ¡Lucía! ¡Lu!— Grito, y luego me asusta el ruido de lo que espero sea una persona— ¡Lu! ¿Sos vos?

De repente, alguien me toca el hombro y luego me sube a su hombro. Comienzo a gritar y trató de bajar, cuando él comienza a reír y me doy cuenta quién es.

— ¡Felipe sos un idiota!— Grito y lo abrazo a la vez. Él lo único que hace es reír y lo miro mal una vez que nos separamos.

— "¡Lu! ¿Sos vos?"— Me hace burla afinando la voz y moviendo frenéticamente las manos, pero decido ignorarlo y concentrarme en volver al hotel antes de que se haga tarde.

— ¿Al menos sabes cómo volver? Está atardeciendo y estoy perdida.

— Mmm— Duda mientras da vueltas a mi alrededor— Sí, pero preferiría que sigamos perdidos.

— ¿Por qué? Hoy es la última cena, las chicas ya deben estar preparándose para la fogata.

— ¿Y? ¿No sería mejor terminar de ver el atardecer al lado de un chico tan lindo como yo?— Insiste, pero en serio no quiero generar problemas los primeros días de escuela.

— Si, sería bueno— Admito— Pero será en otra oportunidad, ahora volvamos al hotel— Él vuelve a negarse, pero logro convencerlo aceptando tener una cita juntos luego.

Caminamos unos minutos y al llegar, Mauro nos recibe muy preocupado. Luego de miles de preguntas y prometer que nunca más iba a pasar, cada uno vuelve a su habitación.