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Estaba totalmente perdido.
Honestamente no tenía ningún plan después de haber renunciado, solo quería salir de ese lugar de una vez por todas, pero no tenía idea de lo que haría con su vida cuando ese momento llegara.
—¿Se te ofrece algo más, Flug?— aquella voz femenina interrumpió sus pensamientos. Claro.
Estando desempleado y sin hogar, no se le ocurrió otra cosa más que ir a casa de su mejor amiga.
—Gracias, Penny, pero estoy bien así.
La chica se sentó a su lado mientras le daba ligeras palmadas al científico, aún no le había contando lo que había pasado, solo le había dicho que renunció y, por su expresión, ella sabía perfectamente que estaba desesperado.
—Ya había tenido suficiente, no iba a soportar otro día más con él y su desprecio hacia mí.— bebió un sorbo de la taza de café que Penumbra le había dado hace rato. —Realmente no lo entiendo... todos estos años dí todo de mí para su organización, incluso desde el bachillerato, simplemente para impresionarlo y que viera el potencial que hay en mí... diría que es increíble, pero estamos hablando de Black Hat... solo quería que reconociera mi trabajo..— Flug dejó recargar su espalda sobre la cabecera mientras su amiga lo veía con una mirada triste.
—Mira Flug, voy a ser honesta contigo.— se enderezó a sí misma. —Ambos sabemos que Black Hat nunca haría tal cosa como reconocer tu potencial, incluso aún después de ser el mejor en tu sección y en todo el bachillerato, no se molestó en hacértelo saber.. pero ni si quiera él puede negar que eres un gran científico y mano derecha, cuando te contrató el día que te graduaste, fue precisamente por todo el talento y disposición hacia tu trabajo. Black Hat, la maldad encarnada, admitió que eres un gran científico al contratarte. Y si él piensa que ya no es así, pues déjame decirte que es un imbécil.— Flug prestó atención a todo lo que había dicho, y, su amiga tenía cierta parte de la razón, él es.. o más bien fue, empleado de la maldad encarnada y eso prueba su potencial.
Simplemente le sonrió como gesto de agradecimiento por hacerle ver aquel hecho.
—Si te hace sentir mejor, aún tienes dos opciones: un héroe encantador del otro lado de Hat Island a quien le encantaría contar con un científico extra para su corporación, o bien, un demonio llorón que, si bien ya no cuenta con ese dado como mano derecha, te contrataría sin dudarlo.— comentó en broma haciendo referencia a ciertos dueños de corporaciones distintas.
Flug río ante aquello.
—¿Sabes qué?, lo tomaré en cuenta si estoy demasiado desesperado.— respondió riendo.
—Claro. Buenas noches, Flug.— Penny le sonrió mientras salía de la habitación de invitados dejando al doctor para que pudiera dormir tranquilo.
Flug se recostó mientras se metía debajo de las cobijas de la cama, por primera vez en tantos años dormiría en un lugar que no fuera su cama hiperbárica, se acostumbraría luego.
Dejando de lado lo negativo, se concentró en todas las buenas cosas que podrían suceder a continuación; por fin podría descansar en las noches sin tener que preocuparse por los pedidos de los clientes que aún no había terminado, ni de los regaños que vendrían a continuación y tampoco de lo que haría primero de todas las tareas pendientes en la mansión.
Así que se quitó la bolsa junto con los googles, y finalmente cerró sus ojos para descansar de aquel largo día.

—Déjame entrar en este maldito instante.— exigió sin gritar, pero sí con cierto tono amenazante aquel ente de maldad pura. No quería tener más complicaciones de las que ya tenía, a pesar de que podía acabar con la chica en un abrir y cerrar de ojos, pero no se encontraba de humor. Aún.
—¡L-Lord Black Hat! ¿Qué está haciendo aquí tan tarde?— preguntó con gran nerviosismo Penumbra, con un aún somnoliento Sunblast escondido detrás de ella. La chica no sabía cómo es que el lord supo que el científico se encontraba ahí, ni si quiera sabía cómo rayos Black Hat sabía dónde vivía, al menos desde ahí empezó a hacerse más evidente el hecho de que Black Hat lo ve y lo sabe todo.
—¿Dónde demonios está Flug?— preguntó sin rodeos mientras asomaba la cabeza detrás de Penumbra.
—¿Flug? Él no está aquí..— trató de no hacer notar su nerviosismo mientras miraba a Sunblast pidiéndole ayuda con la mirada.
Black Hat no estaba de humor, simplemente empujó a un lado a la mujer y entró a la vivienda sin importarle las palabras de Penumbra para tratar de detenerlo. No fue ningún problema el encontrar a Flug, ya que Black Hat tiene una habilidad la cual le permite percibir las presencias de otros individuos a su alrededor, independientemente si puede visualizarlos o no.
Entró a la habitación de invitados encontrándose con el científico despierto mirando hacia la puerta, con una mirada de terror en sus ojos. Había escuchado el escándalo que hizo al llegar.
—Imbécil, ¿Quién demonios te dejó de irte de la mansión sin mi maldito permiso? Soy tu jefe, no me hagas dejártelo más en claro de lo que ya está.— lo señaló mientras lo miraba a los ojos muy enojado.
—¿Disculpe, "jefe"?— frunció el ceño. —Yo ya no trabajo para usted, y si no le importa, está invadiendo propiedad privada.— es cierto que estaba asustado, pero su resentimiento no lo dejaba pensar con claridad antes de hablar. Esto, por su puesto, hizo enojar a su "ex jefe", quien lo alzó de su camiseta mientras persistía esa mirada de enojo masivo en sus ojos.
—No te quieras pasar de listo conmigo, Flug. Empaca tus malditas cosas, nos vamos en este instante.—
Flug no contestó, ni si quiera lo miró, se quedó ahí sentado ignorándolo por completo.
—No me hagas enojar, idiota, levántate en este instante.— le habló con tono amenazante para luego encontrarse con la mirada del científico.
—Es que, no lo entiendo.— Black Hat centró su mirada en él. —He trabajado para usted por más de cinco años y nunca ha estado satisfecho... usted puede conseguir a quien quiera, ¿Por qué busca joderme todo el tiempo?— lo miró mientras cruzaba los brazos con una mirada llena de tristeza y coraje. Nunca entendió el por qué de la insistencia de su jefe, es decir ¡Es la maldad encarnada! Puede reemplazar a quien quiera y aprovecharse del más débil, y aún así, lo había buscando a él para llevarlo de vuelta a la mansión.
—Mira, Flug, lo pondré en términos sencillos; si no tomas tus malditas cosas en este instante, date por muerto.— se le acercó lentamente con la intención de despertar miedo en su ser, lo cual obviamente funcionó.
Flug puso de nuevo las pocas cosas que había sacado de sus maletas de vuelta, y sin si quiera poder despedirse de Penumbra, su jefe lo tomó de la mano y en dos por tres estaban de vuelta en la mansión.
Dió un gran suspiro al darse cuenta de que, por más que quisiera, jamás podría dejar aquella mansión que a duras penas podía llamar "hogar".
Al querer avanzar para llegar a su habitación y encerrarse lo que restaba de la noche, se dió cuenta que Black Hat aún no soltaba su mano.
—¿Le importaría?— preguntó Flug mientras movía su mano.
Black Hat apretó su agarre por un momento, para finalmente soltarlo.
Flug caminaba hacia la puerta de la oficina de su jefe mientras este lo veía irse, no creía lo que estaba a punto de decir.
—No vuelvas a hacer algo así, imbécil. Me tenías preocupado...— admitió lo último en voz baja, pero lo suficientemente alta para que llegara al oído de su científico.
—¿Usted? ¿Preocupado? Claro..— contestó sarcásticamente sin miedo, si su jefe quería matarlo ahí mismo, no se lo iba a impedir.
—¿Sabes por qué no te he remplazado aún?
Flug se detuvo en seco y abrió los ojos como platos, lentamente se dió la vuelta para encarar a su jefe esperando una respuesta.
—Te he visto progresar y fracasar en tus creaciones y tu trabajo en la mansión, y me di cuenta de que puedes ser un inútil a veces, un estorbo si te lo propones.— Flug escuchaba mientras se cruzaba de brazos con una mirada irritada, como siempre, Black Hat le decía sus defectos a la cara, y estaba tan acostumbrado a ello que ya no le dolía.
—Pero,— hizo una pequeña pausa para pensar de nuevo si estaba a punto de decir aquello. —Eres una parte muy relevante en la organización, es difícil encontrar a alguien que se comprometa tanto a su trabajo como tú. Si tuvieras una idea de las personas que he exterminado simplemente por no cumplir con mis expectativas, probablemente ni si quiera habrías venido a buscar trabajo aquí.— «Sí, me hice una idea desde el principio.»
Black Hat continuó hablando y lo sacó de sus pensamientos. —Slys, buscar un reemplazo para alguien como tú no es tan fácil como crees. Mi orgullo está muriendo en estos instantes. Si no te estimara tanto como lo hago ahora, probablemente sería más fácil el hecho de conseguir otra mano derecha. Sin ti a mi lado, nada de lo que he logrado habría sido posible.
Flug seguía con su mirada irritada hasta que aquella palabra resonó por su mente. "Estimar". ¿A caso Black Hat, el ser más maligno que existe en el universo, podía sentir algo más que odio hacia los demás?
—¿Qué quiere decir con eso?— preguntó mientras el lord caminaba hacia él para pararse a su lado.
—Creo que tú ya sabes a lo que me refiero.
Flug se estremeció al mismo tiempo que su rostro bajo la bolsa se ponía rojo al sentir la mano de su jefe tocar su hombro. No sabía cómo sentirse. Hubo una mezcla de emociones en su ser, y, siendo dominado por su emoción, se dejó venir a Black Hat con un abrazo, olvidando por un momento el odio que su jefe le tenía a las muestras de afecto. Al recordar ese hecho, estuvo a punto de apartarse, hasta que sintió cómo el ser de las tinieblas correspondía a su agarre.
—Pensé que odiaba las muestras de afecto.— le comentó mientras se recargaba más en él.
—Puedo hacer una excepción contigo.— le sonrió a pesar de que su lacayo no pudiera verlo.
Finalmente se separaron del abrazo y Flug tomó sus cosas para ahora sí, salir del despacho de su jefe con una sonrisa.
—No se preocupe, señor, no le diré esto a nadie.— comentó en forma de broma mientras su jefe respondió con una risa.
Flug tomó el picaporte y abrió la puerta. Una vez más, la voz de su jefe lo detuvo.
—Kenning.
El científico volteó al escuchar su nombre, aún manteniendo su sonrisa.
—Tómate el día libre.

Desde su escondite, una chica de vestimentas rosadas veía por el ventanal rojizo de la mansión.
—Mi plan funcionó a la perfección.— dijo satisfecha para sí misma.

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⏰ Última actualización: Jun 12, 2022 ⏰

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