𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐌𝐀𝐘𝐇𝐄𝐌, teen wolf³

01. Unknown Number

( teen wolf | temporada seis, capítulo uno | ❛memory lost❜ )

PRIMER ACTO | capítulo uno

Número desconocido

Con la cabeza gacha, me concentré en escribir dentro del historial del paciente los síntomas que había presentado durante la noche. Sentí la boca seca; habían pasado cerca de tres horas desde que había bebido un vaso de agua y moría de ganas de tomar uno en ese mismo momento.

A lo lejos, escuché los pasos de Melissa McCall acercándose a mí. El miedo me invadió sin poder evitarlo.

—Maya, por favor, la enfermera Hall necesita dos bolsas de suero fisiológico en la habitación 203. —expresó de forma agitada, señalándome el camino.

—De acuerdo.

En ningún momento frenó su caminata, por lo que me vi obligada a seguirla por el resto del hospital. Podía ver en sus ojos la manera en la que quería seguir dándome órdenes a pesar de haberme visto toda sudada, cansada y sedienta.

—También debes llevar estos formularios al tercer piso, revisar que las habitaciones 115, 116 y 117 estén desocupadas y reemplazar al señor Wallace en la zona de extracción de sangre. —seguía dándome ordenes, señalando la dirección de todas las habitaciones a las que tenía que ir. —Ahora.

—¿Sabes, Melissa? —cuestioné, recobrando el aliento con cada pregunta. —Creí que trabajar contigo sería divertido.

Mi trasero comenzó a vibrar, dándome a entender que alguien me llamaba al móvil. Me tomé unos segundos para fijarme quién era, pero al ver un número desconocido, la rechacé.

Ya eran tres las llamadas que recibía de ese número y ya estaba comenzando a molestarme. Si llegaba a llamarme una vez más, estaba segura de que explotaría contra quien osaba molestarme en mi horario de trabajo.

Mis pies no daban más de ir y venir por todo el establecimiento desde las siete de la mañana, pero logré quedar a la par de Melissa luego de aquella pequeña interrupción. Inhalé y exhalé profundo, intentando recuperarme. Tenía mis habilidades de mujer lobo, pero aun así Melissa lograba agotarme físicamente.

La nombrada apenas volteó su rostro para observarme.

—Si quieres presentar una queja, puedes hacerlo con tu supervisor.

—¡Pero si eres tú!

—¡Lo sé! —y sin más, dobló en la primer esquina que encontró y se volvió a perder entre la multitud.

Hacía un mes que había comenzado a trabajar en el hospital como voluntaria y Melissa aún no me había dado ni un día libre. Un par de descansos de diez minutos, pero nada más que eso. Entendía perfectamente de dónde venía, pues quería que todo lo que sucediera en el hospital fuera perfecto y que a ninguno de nuestros pacientes le faltara algo, pero a veces la mujer se olvidaba de que era humana. Énfasis en el era, porque mis habilidades de mujer lobo habían mejorado a tal punto, que ya ni siquiera se me podía considerar una ex-ahereen.

Tenía todo bajo control.

Después de aquel horrible comienzo en mi segundo año de secundaria, donde mi corazón se revolucionó por miles de cosas a la vez —la aparición de Theo, la de Hayden, mi ruptura con Liam, la Bestia, mis supuestos sentimientos hacia Theo, mi casi muerte y mi resurrección como mujer lobo—, finalmente creía que los planetas se habían alineado. El destino por fin estaba de mi lado.

Luego de haber cumplido con todos los recados que Melissa me había mandado a hacer, había llegado mi hora del almuerzo. Intenté aprovecharla al máximo.