LA VIDA SECRETA DE TUS MASCOTAS

Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ9

Un águila de plumaje marrón iba volando acercándose a la azotea donde se encontraba una perrita de pelaje blanco. Se podía observar que llevaba entre sus garras una especie de animal.

Tiberius tiro al gato pelado a la azotea y después aterrizó en el borde de está.

—Bien. ¡Muéstrale! –le dijo el ave al gato casi como obligándolo–

El gato lo único que hizo es regurgitar mientras que la perrita de pelaje blanco solo lo observaba con un poco de asco y con extrañes, finalmente pudo botar el collar de Max que se había tragado.

—¡Es el collar de Max! –dijo mientras veía atentamente el collar– ¿Dónde está? ¿Qu-que  fue lo que le paso dime? –interrogó al gato con preocupación mientras que este solo se lamia y limpiaba de manera desinteresada–

—!No voy a decirte nada! –dijo el gato para luego ser agarrado del cuello por el águila y terminar colgando, hacia a fuera del edificio; de las garras de aquel ave–

—Vas a decirnos dónde está Max, y vas acerlo ahora –dijo mientras lo agitaba en el aire–

—Jaja. ¿Se supone que debería asustarme? Soy un gato. Caigo en mis cuatro patas.

—¿Siempre pasa eso? –preguntó– Porque parece que tu cabeza ha sufrido muchas caídas.

—¿Quieres que te arañe? Porque te arañaré todo y pareceras un waffle –sijo el gato molesto mientras que movía sus patas frenéticamente simulando arañazos–

Tiberius no hizo más que volver a colocarse dentro del perímetro de la azotea y tirar al gato bruscamente al piso de esta.

—Es muy pero muy tonto para hablar, y demasiado feo para comerlo.

La perrita de pelaje blanco no aguanto más y estalló en furia llendo hacia el gato. Lo empujo callendo encima de el y lo empezó a golpear, le daba cachetadas muy fuertes y aparentemente dolorosas con sus pequeñas patitas. En un momento el gato pidió ayuda al ave el cuál solo miraba estupefacto la escena, la perrita se enfureció más y lo siguió cacheteando mientras le preguntaba en donde se encontraba Max, finalmente el gato accedió a decir y terminó gritándole "¡Están en las cloacas!, ¡Se los llevaron!" para que la perrita pueda escucharlo puesto que no le estaba dejando hablar.

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Toda clase de animales gritaban "vibora, víbora, víbora" a todo pulmón, querían cuánto antes que apareciera la dichosa víbora. Hace ya tiempo que no recibían a nuevos "reclutas", este tipo de cosas siempre los ponía emocionados principalmente el poder ver como la víbora mordía a los nuevos.

Alli estaban, los tres perros frente a un tubo de desagüe por donde se supone de debe salir la víbora, un sonido dentro de ella les causo tal terror que retrocedieron unos pasos.

—Como prueba de su lealtad, recibirán la mordedura de una víbora tuerta y chimuela, que se alimenta solo de ¡odio contra los humanos! –habló fuertemente el conejo para que todos los escucharan–

El conejo grito y la víbora poco a poco salió, su cuerpo parecía no tener fin, su ojo verde y cuerpo rojo con marcas sumadas a su gran tamaño junto a el gran y único diente que tenía hizo temblar todo el cuerpo de aquellos tres perros. Estos solo miraba a la serpiente estupefactos y con la boca abierta mientras que el conejo poseía una gran y amplia sonrisa combinada con unos grandes ojos llenos de emoción.