~𝕃𝕚𝕟𝕕𝕠 á𝕟𝕘𝕖𝕝~

2.2K 197 19
                                    



Caminaba por los pasillos después de salir del club, cuando a unos metros vi a Yuri parado en medio del camino, con los brazos abiertos y su sonrisa de idiota en el rostro. Rodando mis ojos con fastidio, lo ignoré por completo, esquivándolo sin mayor esfuerzo, y continué andando sin un rumbo claro. Dando la vuelta a la esquina, veo a un chico acorralando a Toono, que tiene una expresión terrible de incomodidad. 

—No te hagas el difícil... o acaso prefieres...

—No... No es así... —decía Toono.

—Quizás si soy un poco más amable... —insistió el imbécil.

—Muévete —lo aparté con una patada leve, asegurándome de ensuciar su ropa con la planta de mi zapato.

—Asahi-senpai... —me llamó, claramente sorprendido.

—¡¿Cuál es tu maldito problema, perra?! —gritó el chico, pretendiendo verse amenazante mientras se acercaba nuevamente a nosotros

—Toono-kun, ¿estás bien? —le pregunté preocupado, ignorando al tipo.

—Uhh... sí, gracias, Senpai...

Pasamos unos minutos conversando sobre lo sucedido. Parecía que Toono no quería profundizar demasiado en el tema, pero aun así seguí insistiendo, preocupado por él.

—¿En serio estás bien? ¿Te hizo algo más ese idiota? —pregunté bajito.

—Sí, Senpai... de verdad. Gracias. —respondió cabizbajo.

—¡No te preocupes! Estamos para ayudarnos mutuamente —le dije, volviendo a mi sonrisa habitual.

—Senpai... ¿puedo hacerte una pregunta?"

—¿Mhm? Dime.

—¿Por qué decidiste unirte al club? Sabías que no era un club... 'normal', ¿cierto? —hizo comillas con los dedos al decir la última palabra—.

—¡De hecho no lo sabía! Realmente me gustan las fotografías. Admito que fue raro al principio, pero eventualmente me acostumbré.

—Ya veo...

—Igualmente, así pude conocer a Itome-senpai y a Shikatani-senpai. Así que supongo que no fue tan malo...



Durante un rato, deambulé por los pasillos, saludando a algunos senpais y compañeros del club. Cuando finalmente terminaron las primeras clases y salimos al receso, salí al patio, donde noté a Toono a lo lejos sentado en una banca junto a alguien más que no reconocí. Decidí acercarme a saludar.

—¡Toono-kun! —dije al acercarme, pero cuando vi con quién estaba, mi ánimo cambió por completo—


—Yaguchi... está sentado con Yaguchi... —me dije mentalmente, disgustado. 

—¡Asahi-senpai, hola! —respondió sonriente, con esa expresión inocente en su rostro.

La atmósfera cambió de inmediato. Yaguchi, que estaba sentado a su lado, sonreía, pero era una sonrisa tensa y forzada. ¡Cómo lo odio, maldito!

—¡Asahi-senpai!" —dijo con los ojos cerrados y el ceño ligeramente fruncido.

—Yaguchi... 

La expresión de Toono cambió, seguramente comprendiendo la situación.

—¿Cómo has estado? —preguntó, aún sonriendo de manera incómoda.

—Perfectamente... hasta ahora —murmuré por lo bajo, asegurándome de que nadie lo escuchara—. ¿Tú qué tal? —le devolví la pregunta con una mirada seria.

—Muy bien, gracias.

—Bueno... ¡Mejor me voy, Toono-kun! Solo quería saludar. Adiós~. —me di la vuelta rápidamente y me alejé del par.

—¡Adiós, Senpai! —lo escuché gritar a mis espaldas.



Toono


Una semana había pasado, estaba comiendo papas fritas mientras veía desde lejos a Asahi-senpai y a Yacchani jugando fútbol con algunos otros chicos. No entendía cómo no se llevaban bien. Ambos eran personas amables, parecían compatibles, incluso podrían ser mejores amigos. Aunque, claro... me sentiría un poco celoso. Espera, ¿celoso? No, no, claro que no. ¿Qué estoy pensando?

Estaba tan sumergido en mis pensamientos que no noté cuando alguien se acercó por detrás.

—Buenas tardes. —dijo Shikatani-senpai, poniéndose en cuclillas para quedar a mi altura.

—¡Whoaaa! —salté del susto.

—Oye, no escupas saliva, es asqueroso... Y dime, ¿aún sigues buscando con quién perder tu virginidad?

—No, no es así... 

—Si quieres, no tengo problema en hacerlo contigo... aunque no pareces alguien que se bañe muy seguido. —me dijo con expresión dudosa.

—¡Claro que sí lo hago! El trastorno de Shikatani-senpai es realmente cruel...

De repente, otra voz se unió a la conversación.

—En lugar de llamarlo trastorno, creo que sería mejor decir 'paranoia extrema'. 

—¡Exacto! Su paranoia es demasiado... ¡Whoa! ¡Tamu-senpai!

—Cállate, idiota.

—Ouch... lo siento...

—Incluso su paranoia ya está fuera de control, creyendo que puede causar problemas como si nada. Aunque, a pesar de todo, no deja de ser interesante. Una vez lo amarré y me puse a sacarme los mocos frente a él. ¡Se asqueó tanto que vomitó hasta desmayarse! ¿Lo quieres, no es así? —dijo burlándose mientras acercaba su dedo con un moco.

—Eh, basta, aunque no tenga esa paranoia, no deja de ser desagradable.

—¿Ah? Pero si Yuri estaría fascinado.

—Tamu-senpai realmente tiene una mala personalidad... —dije más para mí mismo.

Tercer año, Shikatani-kun, por favor diríjase al laboratorio de ciencias. Repito... —dijeron por el parlante.

—Oye, oye, no está mal. Matsumura-sensei te llama, Shikatani-senpai. —dijo Tamu-senpai, burlándose.

—Lo sé. —se levantó y comenzó a caminar— Esa persona... suda mucho, es bastante desagradable.

—¿Laboratorio de ciencias? ¿Para qué...? —dije murmurando.

—Ah... A Shikatani realmente le desagrada Matsumura. —agregó, carcajeándose.

¿Qué diablos con esta escuela...?

A lo lejos vi a Yacchan riendo junto a otros chicos. Qué tierno...


Omnisciente

La expresión del castaño cambió a una sonrisa de ternura, apoyando la cabeza en sus manos.

—Se ve tan lindo jugando fútbol... —dijo, ensoñado.

—Así que, Asahi.

—¡¿Ehh?!

—¿Te gusta Asahi? —preguntó con confusión— Bueno, es lindo, si...

—¡¿E-Eh?! No, no estaba— —pretendió decir, antes de ser interrumpido.

—Él es muy adorable. Es delgado, pero sus piernas y su culo son... increíbles. También tiene linda personalidad, es divertido molestarlo...

—¡¿Eso qué significa?! Será que a Tamu-senpai...

—Hah, recordé algo bueno... Haré que escuches... ¡mi primer gran encuentro con Asahi!


.

.

.


—Era nuestro primer día en el internado, estrábamos a primer año. Ninguno conocía a nadie, y apuesto a que él estaba tan perdido como yo... porque, como buen idiota, me dirigía a un salón equivocado. Caminaba distraído, cuando de repente, tropecé con el cordón de mi zapato, y estuve a punto de romperme la cara contra el suelo, pero antes de que pudiera reaccionar, sentí que alguien me agarraba por el brazo, salvándome de esa ridícula caída... —hizo una pausa, suspirando con una sonrisa inconsciente —Era él, con esa sonrisa suave, sus labios estaban tan rosados como siempre, sus mirada tranquila y ese peculiar lunar bajo su ojo izquierdo, se sintió como todo lo que estaba bien en este mundo.
"¿Estás bien?", me dijo, y en ese momento pensé que me había encontrado a un maldito ángel...

—¡¡¡¡Lo sabía, Asahi-senpai es un ángel!!!! ¡¡¡Un ángel!!! —exclamó Toono.

—Es exactamente lo que dije, maldito virgen.

—Asahi-senpai es realmente amable...


Asahi

—¡To-o-no-kun! —saludé separando las sílabas, con una sonrisa.

—¡Ah! Asahi-senpai, Yacchan... y Kashima. —dijo él, sorprendido.

—¡Toono! —saludó también Yaguchi, sonriente.

—¡Buenas, Toono! ¡Tamu-senpai, también! —se unió Kashima.

—¿Por qué Yacchan, Asahi-senpai y Kashima están juntos...? —preguntó Toono, con confusión en su rostro.

—¿Ah? ¿Nosotros?

—Yuu estaba buscando el invernadero, y como se cruzó con nosotros, se lo estábamos mostrando. Vete, __, maldito cerdo...

—Yo sólo vine por Kashima-kun —dije sonriente, viendo de reojo a Yaguchi. Al ver su expresión de fastidio, que intentó ocultar, retuve mi risa. —El invernadero está hacia ese lado, Kashima-kun —dije señalando—. Adiós, si me necesitan, probablemente estaré en la biblioteca. —me dí la vuelta y comencé a alejarme, sacando una paleta de mi bolsillo, esta vez era de sabor a piña.



Seguí caminando por los pasillos, encontrándome y saludando a algunos de mis chicos. Al girar la esquina, noté que alguien me seguía. Aceleré un poco y decidí voltear.

—¿Huh? ¿Tamura-kun? ¿Qué pasa? —pregunté al ver que era él quien me seguía.

Tamura se me acercó rápidamente y empezó a inspeccionarme con una mirada extraña. Cuando intenté alejarme, me tomó del cabello.

—¿A dónde crees que vas? —su tono era burlón, pero su agarre se hizo más fuerte.

¿Qué está pasando?

—¿Qué mierda pasa con esa voz que pones cuando hablas con el virgen? ¿Es acaso un intento por parecer tierno? ¿...O es que le estás coqueteando, maldito? —me lanzó mientras me agarraba del cabello.

—N-No es así... ¿Q-Que es lo qué quieres...? Me duele...

—Nada, solo estoy aburrido, así que he decidido molestarte —apretó más fuerte mi cabello—... Le estás coqueteando, ¿verdad?

—¿Y qué si le coqueteo, idiota? ¿Q-Qué te importa a tí?—intenté empujarlo, pero era inútil, él era más fuerte.

—Tamu-kun, suéltalo. —una voz calmada pero firme interrumpió.

Ambos giramos la cabeza hacia el dueño de la voz.

—¿A-Akemi-senpai? —murmuré.

—Vete, estoy divirtiéndome.

—Suéltalo. —repitió con una sonrisa más amenazante.

—Jódanse. —chasqueó la lengua, y me soltó finalmente.

Mientras acomodaba mi cabello, lo ví alejarse, refunfuñando.

—Gracias, Senpai... Lo lamento. —dije, avergonzado.

—¿Por qué te disculpas? —rió —¿Estás bien? 

—Sí, no se preocupe. Gracias... —finalicé, haciendo una reverencia. Pero mi mente estaba en otro lado.

¿Por... qué? 


—Con su permiso, me retiro, Senpai...


.

.

.


—¿Por qué tienes que gustarme tú, idiota...?


✴𝒞𝒶𝓇𝒶𝓂𝑒𝓁𝑜✴ | ᴛᴀᴍᴜʀᴀ ʏᴜɪ x ᴍᴀʟᴇ! ʀᴇᴀᴅᴇʀ       (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora