2.- El combate

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Con premura seguías el rastro que Clara había dejado para que pudieras alcanzarla. Gracias a lo que te había gritado el joven Kamado, te sentías un poco más tranquila. El sol era la única debilidad de esas cosas, por lo que lógicamente en el día les seria mas fácil destruirlos.

Toda esa confianza se esfumó en cuanto llegaste al punto de rendevous, una apabullante aura maligna te congeló al instante, era como si toda la luz del día se hubiese esfumado y algo tenebroso te observara desde las sombras.

Tus instintos de supervivencia te decían que el lugar no era seguro, te decían que un gran depredador estaba frente a ti y tú eras la presa. Clara notó la forma en la que tu cuerpo se había tensado y colocando su mano sobre tu hombro te hizo regresar de todos esos pensamientos.

Jamás habías conocido algo que te hubiera hecho sentir aquello, desde que eras niña habías entrenado, cultivando tu poder innato y tanto tu cuerpo como tu mente habían sobrepasado sus límites infinidad de veces. Tenías bastante experiencia en situaciones de peligro y combate, rápidamente analizabas situaciones y velozmente tomabas decisiones acertadas.

Y, aun así, tu cuerpo te decía que lo que estaba frente a ustedes era el pináculo de la cadena alimenticia. Suspiraste profundo y enderezando tu postura te acercaste con tranquilidad, pero con determinación para dirigirte con voz profunda a aquello que se encontraba acorralado

- Dime, akuma, ¿Acaso fuiste tú el responsable del descarrilamiento del tren? - Te acercaste con mucha más confianza en ti misma, pero respetando los límites de la jaula. Aquellos barrotes que lo contenían eran tibios rayos de sol.

Al escuchar tu pregunta, un par de ojos dorados y una sonrisa que claramente mostraba un par de colmillos afilados brillaron en la zona más oscura que se encontraba frente a ti.

Escuchaste una voz profunda y aterciopelada contestándote:

- ¿Akuma? - rio y prosiguió - Me parecen un par de mujeres muy interesantes, creyendo que pueden confinarme aquí- Se acercó felinamente hacia ti saliendo de la oscuridad, donde con claridad podías verle de pies a cabeza. Era un hombre más alto que tú, con piel blanca como la luna, tatuajes de líneas simétricas azul marino que le cubrían todo el cuerpo, las puntas de los dedos de sus pies y sus manos eran de ese mismo color azul, pero con un patrón sólido, cabello y pestañas rosadas y un cuerpo bastante muscular que poco dejaba a la imaginación debido a la ligereza de sus ropas.

Con su mirada clavada en la tuya espetó

- Les diré algo -la sonrisa desapareció de su rostro,

- Hoy es su día de suerte, verán, yo jamás lastimo ni me alimento de hembras humanas. Por lo que pueden estar tranquilas, ya que al menos hoy vivirán un día más- se colocó la mano en el pecho con un ademan solemne.

Un sentimiento de furia comienzo a crecer dentro de ti ¿Cómo se atrevía este sujeto a subestimarte así? Inmortal o no, no tenía ni la menor de la gravedad del predicamento en el que se encontraba. Proferiste una pequeña risita y con una sonrisa de lado, acortaste aún más la distancia entre los dos para decirle:

- Es una lástima pues tu no vas a correr con la misma suerte - el contacto visual entre los dos era intenso

- A como lo veo, solamente tienes dos opciones; brindarnos la información que buscamos sobre ustedes o morir aquí y ahora. Pero lo cierto es que, aunque nos dieras la información que buscamos, no puedo dejarte con vida. Eres demasiado peligroso. Así que tu dilema es; decidir morir en este momento o después. -

El demonio te mostró los colmillos con una amplia sonrisa y se dirigió a ti

- En verdad me pareces muy interesante, claramente noté la manera en la que tu cuerpo se tensó en cuanto me percibiste, no eres más que una simple humana y aun así te sientes con el poder de amenazarme. -

Hasta que nos volvamos a encontrar [Rengoku/Akaza/TomiokaxLectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora