Quatre

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Era el tercer día en aquella casa, para la mayoría, todo iba mejor de lo imaginado, pues algunos ya habían imaginado haber muerto el primer día, llevarse mal con los demás...

Pero ese no era el caso.

Soul era el más aliviado respecto a eso, pues le daba un poco de miedo estar con otros cinco chicos, solo. Fue un alivio que ellos parecieran amables, incluso estaba Stephen, el chico raro pero amable con el que había coincidido en algunas reuniones, ya que era inversor en la marca de ropa del dueño de el japonés.

Para el joven, iba todo casi sobre ruedas, los chicos eran amables, abiertos y los mayores cuidaban bastante de él, incluso Jongseob, o como a él le gustaba llamarle, Seob, pues como le costaba bastante pronunciar su nombre, este le dijo que lo llamara así. Le pareció un gesto tan amable que cada vez que lo recordaba sonreía.

Sin embargo, tenía un pequeño problema, o tal vez uno bastante grande, su ropa.

Tenía que admitir que el diseñador hacía atuendos hermosos, pero a Soul le hacía ropa que le incomodaba, a tal punto que le daba asco su propio cuerpo. Desde pantalones tan cortos donde se le podía ver el culo, hasta camisas completamente transparentes, de solo verlo en la maleta, le daban ganas de vomitar.

Shota tenía horribles recuerdos con esas prendas, pues si para él era un infierno, para su diseñador eran un deleite. Cosa que le hacía enfermar al joven.

Tenía dos maletas repletas de ropa, las cuales estaba mirando en su habitación y en ellas, un solo traje que podía llevar sin tener ganas de arrancarse cada parte de su frágil cuerpo. Para dormir, lo único que tenía era un pijama de seda blanca, casi transparente, de bajos anchos y un corto camisón de tirantes de seda roja con únicamente un encaje de flores por la zona del estómago.

Sentía que iba a vomitar.

Iba a vomitar.

Vomitó.

Apenas y le dio tiempo a llegar al baño, con la cabeza apoyada en el retrete, miraba la única solución que había encontrado: una manta. Tenía una suave manta de terciopelo negra con la que podía tapar todo su cuerpo. Pero sabía que los demás se darían cuenta de que era demasiado extraño ir con una manta todo el tiempo.

Cuando pensó que no le quedaba más comida en el estómago, levantó un poco la cabeza del retrete y vio aquel horrible camisón que llevaba, se le había caído parte de la manta al suelo dejándolo al descubierto.

Volvió a vomitar.

Luego, se cubrió bien antes de poder mirarse y se levantó del frío suelo, lavó su cara con agua tibia y se dirigió a su habitación para intentar dormir. Eran las dos de la mañana, no creía que nadie lo escucharía.

...

Cuarto día a la mañana, un rico olor a crepes adornaba toda la cocina y comedor. Jiung había preparado el postre con mascarpone y fresas de relleno. Los cinco chicos bajaron alegres a desayunar.

Intak felicitó a Jiung por su desayuno, los otros cuatro lo analizaban descaradamente. Jongseob y Soul se reían por lo obvio que era Intak mientras que Theo apostaba con Stephen sobre cuánto tiempo tardarían en ser pareja y quien tomaría la iniciativa. Theo apostó por Intak, Keeho por Jiung.

Todos se sentaron en la mesa y empezaron a desayunar, a Jongseob casi se le salen las lágrimas y Jiung no paraba de sonreír satisfecho. Todos comían con rapidez menos el japonés, que comía tímidamente a paso de tortuga.

Theo miró curioso a Soul, comía muy lento, eso era sospechoso. Pero no dijo nada.

Una vez se acabó el desayuno, Theo se encerró en su cuarto a investigar periódicos. Específicamente noticias que tuvieran que ver con Soul y el diseñador.

↬Who's  the ...?|| 𝙿𝟷𝚑𝚊𝚛𝚖𝚘𝚗𝚢||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora