PREDADOR - CAPTURADA (FANFIC)

CAPÍTULO 2

El violento gruñido inhumano fue ensordecedor. El silenció  caótico.
No eran humanos.  Ellos no eran
humano.  Todo lo que Loely pudo hacer fue repetir ese mismo pensamiento una y otra vez
en su cabeza. Eran Altos, tremendamente alto. Las criaturas se detuvieron directamente frente a la jaula, obligando a todas las mujeres a mirarlos  con gemidos apenas reprimidos a su estatura de dos metros.  Mirando con ojos abiertos en shock congelada, Loely  trató de formular lo que ella estaba viendo frente a ella, de alguna manera daba sentido a las criaturas gruñendo en al otro lado de la jaula.
Tenía la cara de una especie de
crustáceo.  Gran carne recubierta mandíbulas prolongadas con cada
sonido gutural que revela su superficialidad, mandíbulas debajo.  Sus ojos cerrados eran extrañamente humanos en su familiaridad, pero ahí fue donde la familiaridad terminó. la cabeza se alzó en un ángulo inclinado, cara baja y cabeza alta.  En la corona de su cabeza, larga y negra de aspecto gomoso apéndices colocados alrededor de suvcuello y hombros como rastas.
Cada uno vestía de manera diferente, algunos con adornos de metal en todo y algunos mantenidos en una cola de caballo larga y gruesa.
Parte de su piel le recordaba a Loely  la parte inferior del vientre de una serpiente.  Frío, pálido y moteado como un reptil. Uno dio un paso adelante y golpeó un panel en la pared.  Símbolos extranjeros rojos activadose bajo el gran tamaño de la mano con garras de la criatura.  La jaula comenzó a moverse.
Gritos aterrorizados resonaron en el paredes mientras las mujeres se acurrucaban más apretado contra la pared del fondo, casi aplastando a Loely.  A ella no le importaba aunque, mientras miraba las barras de metal retraerse en el suelo dejándolos  sin protección contra el cangrejo gigante como monstruos, Loely deseó Honestamente en su lugar, asfixiarse.
Presionando un botón en su dispositivo de muñeca, otra criatura se acercó a ellos y se detuvo.
El pitido quejumbroso alrededor de todos sus cuellos fue su única advertencia, antes de una
cuerda de amarre azul anillada al siguiente cuello más cercano.  Al instante, todas fueron esposadas ​​juntas por los cuellos con un espacio de dos pies entre ellos de soga.  La cuerda de luz azul que los sujetaba
se parecía mucho a la luz que inspeccionó en la jaula antes.  Se sentía gomoso, como cuerda liviana, pero también se sentía como trenzada con metal también. 
¿Cómo es posible?
Tirando violentamente de la cuerda de plomo.

Una de las criaturas lideró a las mujeres en una fila fuera de la habitación como los otros tres gigantes.
Loely no se atrevía a llorar
todavía.  Aunque, ella estaba segura de que era solo por el shock corriendo por su sistema
que evitó que se rompiera por completo.  Una parte de ella seguía pensando todo es solo una terrible pesadilla, y que en cualquier momento ella se iba a despertar, de vuelta en su acogedora cama de su
apartamento en Lima - Perú.  Pero como ellos marchaban fuera del cuarto oscuro y por una rampa de metal afuera, A Loely se le cayó el estómago cuando ella miró hacia el cielo despejado.

Dos lunas rojas llenaron una parte del cielo.  Girando la cabeza, para mirar atrás.

Loely tuvo que morderse la lengua para no jadear.  Ellos los  mantuvieron adentro en  una especie de edificio todo este tiempo, era una nave espacial enorme.  Mirando para arriba, casi tropezó cuando estaba forzada a seguir caminando hacia adelante.  Los embarcos tenían que ser tan alto como parte del cielo.
Esto no fue una broma.  Esto no era parte de una broma cruel, o el trabajo de alguna serie.  Ya no estaban en la tierra.
Nadie habló mientras los seguían ese camino establecido a través del denso bosque. Un sonido, le ganó un gruñido desagradable.  Loely miró a una niña, dos niñas frente a ella, con una mirada lastimera mientras ella ahora le frotaba la mejilla hinchada con un gemido ahogado. Todos sus instintos maternos y médicos salieron a flote en el corazón de Loely mientras miraba a la niña. Quería cuidar su herida pero ella no podía hacerlo.
Caminando por el bosque a un
camino desconocido, Loely trató de concentrarse en algunos de las más obvias diferencias de este planeta como su flora.  Hermoso fosforescente. flores con púas de aspecto mortal floreció de aspecto oscuro y retorcido, árboles, mientras que los escarabajos gigantes translúcidos se deslizában
lejos de su presencia.
¿Por qué no podía ser todo esto un sueño?
Rompiendo a través de los árboles,  el corazón de Loely se apretó cuando su estómago se revolvió en un miedo nauseabundo mientras se acercaban a un claro.  Al otro lado del claro, se encontraba un gran grupo de mismas criaturas alienígenas, volviéndose hacia darles un gruñido depredador mientras accedió a su grupo.  Dirigiendo a las mujeres para sentarse en el suelo, dos de
los cuatro guardias los dejaron para unirse a las otras criaturas.  Acurrucándose juntas de nuevo, cada mujer miraba con ojos temerosos como las criaturas altas se. comunicaban entre ellos con una serie de clics continuos y gruñidos.
"¿Qué quieren con nosotros?"
"¿Nos van a comer?"
"¡Dios mío, esto no puede estar pasando! no puede ser real ".
Mientras las otras mujeres se  susurraban el uno al otro en estado de shock, Loely comenzó
a asimilar los detalles. Estos, extraterrestres, no eran nada que su mente esperaba cuando pensaba en extraterrestres de otro planeta. Todo a su alrededor parecía ser una yuxtaposición de lo antiguo y muy avanzado.  El claro tenía un gran camino plano empedrado de guijarros que le recordaba a un antiguo templo entre incaico y azteca, que conducía a un gran estrado de piedra donde se sentaba una gran silla de metal negro.  Pero no fue solo el extraño claro de aspecto ceremonial que parecía contradictorio, era la ropa de las criaturas también.  Sobre su
cuerpo de reptil pálido que cada criatura llevaba un tipo de red negra que aparentemente los cubría desde el cuello hasta los pies.  Huesos y trozos de metal colgaban de cada guerrero como adornos, o como trofeos que les recordaban a antiguos guerreros tribales de algún tipo. Aunque, tanto como su atuendo
le parecía primitivo, los pesados
brazaletes de metal que cubren sus antebrazos y gebras  a juego en sus pies le recordaron a Loely sin duda de sus capacidades tecnológicas.
Los estruendosos pasos del estrado capturó toda su atención, las mujeres
y extraterrestres por igual.  El grupo de guerreros caminó hasta el borde del estrado y se pararon en atención, y un guerrero alienígena de aspecto más grandioso se paró frente al trono.  Vestido en una gran capa negra que colgaba de su elegante armadura negra y cubierto de
varios cráneos colgantes del  imponente líder guerrero estaba de pie sosteniendo una gran lanza de metal.  Flanqueado por una fila de cuatro guardias a ambos lados, la criatura
gruñó a los guerreros alineados en frente de él.
La mano de Angie agarró el brazo de Loely  apretando dolorosamente cuando el guerrero principal
hizo un gesto a su grupo de
mujeres con su lanza.  La banda de guerreros dejaron escapar un rugido ensordecedor al unísono como respuesta.
"Hay doce de ellos", Fiona
susurró mientras miraba con los ojos muy abiertos. Ella tenía razón, Loely tragó nerviosamente, doce de ellos y doce de nosotras, pensó.
¿Porqué no lo notó antes?
Los gruñidos y chasquidos cesaron.
¿Habían terminado de hablar?
Girándose, los guerreros pisotearon fuertemente hacia ellos, deteniéndose frente a los dos centinelas que las custodiaban.  Uno de los guardias hizo otro inhumano ruido.  Un guerrero dio un paso adelante, ignorando los gritos resultantes.  Su mirada amarilla brillante miró a la izquierda y
justo mientras miraba a cada mujer.  ¡Ellos estaban eligiendo!  querido Dios estaban eligiendo cuál tomar.
Loely quería desmayarse.  Esto fue, este era el momento en que se iban para descubrir qué cosas terribles estas criaturas les iban a hacer.
Enferma, Loely miró de nuevo a la criatura gigante, sus manos con garras y las mandíbulas se flexionaron agresivamente.
No había nada sobre él que los otros no destacarán.  El era un un poco más delgado que sus contrapartes, no tan amplio, pero había algo completamente hostil sobre él que erizaba los pelos de su cuello.
Apuntando directamente hacia adelante, Loely sintió su mundo  oscurecer por un momento mientras la criatura la señalaba  con su dedo con garras apuntando en su dirección.
"Noooo," Angie se revolvió violentamente. debajo del agarre del guardia mientras la soltó y la arrojó fácilmente a la criatura que gruñia.
Activando su correa, la correa alienígena delgada tiró de ella y  arrastró a Angie sin esfuerzo
a través del claro forzándola de
rodillas mientras estaba de pie con los brazos cruzados, esperando.
Una y otra vez, los guerreros empezaron a elegir.  Con cada turno las mujeres se volvian salvajes y frenéticas, algunos guerreros ignoraron ese hecho, algunos repartieron un reprimenda violenta para callarlas inmediatamente.  Loely escaneó a los restantes seis guerreros y se estremeció a la violencia que sintió de cada uno.  Con Fiona y Angie ya elegidas y drogadas a través del claro, Loely se sentó sola en la parte de atrás del pequeño grupo.  Su corazón se apretó
cuando vio al siguiente guerrero
Acercarse. Loely, nerviosa,  dejó que sus ojos se desvíaran de sus botas de metal hasta sus muslos expuestos, la pie pálida con escamas verde oscuras recordándole a un caimán.
El cinturón de guerrero actuaba como un tipo de blindado y falda, con una placa larga de escamas de metal que colgaba por delante y por detrás
colgando casi hasta las rodillas.  A diferencia del resto de los guerreros, éste no usaba cualquier tipo de camisa o armadura.  Sus abdominales se mantuvieron desnudos y su ancho pecho y hombros estaban equipados con una armadura a juego que hizo que  él se viera aún más imponente.  Esta
criatura no era como el resto de ellos. Donde los demás gruñían y flexionaban sus mandíbulas carnosas exponiendo sus
colmillos debajo, este estaba alto y tranquilo, como si no tuviera nada que demostrar.  Su inquietud la ponía nerviosa. Cuando sus ojos se encontraron con su brillante mirada verde, Loely se encontró evitando inmediatamente la suya.
las mujeres frente a ella jadearon atrayendo su atención hacia atrás.  Él la señaló. Ella era su selección.
Él la estaba señalando.
Ni siquiera hubo tiempo para reaccionar.  Las manos ásperas de los guardias cerradas alrededor de la suavidad de la parte superior de sus brazos, la tomaron de allí y la arrastraron casi al suelo completamente.  Mordiéndose los labios, para evitar gritar por el dolor agudo, el guardia le abrió el collar con un golpe de su muñeca y la impulsó hacia el Guerrero silencioso.
Tropezando hasta detenerse frente a la criatura, Loely se quedó temblando mientras él activó su collar nuevamente sujetándola a él.  Con su cabeza apenas llegando su pecho, Loely trató de controlar su respiración.  Ella quería llorar, quería correr y quería hacer cualquier cosa menos estar aquí encadenada a ¡esta cosa!  Pero sabía que no podía. Sin valor para levantar los ojos más lejos, se quedó mirando sus muslos musculosos.  Incluso si ella fue lo suficientemente tonta como para intentar correr
no había ninguna duda en su mente que él podría atraparla con esos poderosos mirando las piernas.
Colocando el extremo de la cuerda incandescente correa a su cinturón, la criatura comenzó a moverse obligándola a mantenerse al día o ser
drogada.  Parando un poco lejos del resto de los guerreros y sus atadas  mujeres, Loely envió una mirada de nostalgia a Fiona y Angie.  Ella deseaba estar cerca de ellos ahora, se sentía más segura.

Más clics y gruñidos sonaron del líder en el trono delante de ellos.  Loely sintió como si estuviera escuchando a algún tipo de conversación, la forma en que algunos guerreros resoplaban en su pecho en una demostración obvia de orgullo o la forma en que el líder gesticulaba
ocasionalmente con su lanza.  Ellos estaban preparándose para algo, Loely estaba segura.  El líder de repente se puso de pie de su silla y levantó su lanza alto sobre su cabeza mientras extendía sus mandíbulas con cuernos anchos y dejar escapar un rugido profundo.  Todos los demás siguieron su ejemplo, sea cual sea el evento los trajo aquí, y apenas comenzaba.