PREDADOR - CAPTURADA (FANFIC)

CAPÍTULO 5

Temblando, Loely estaba sentada en el  campamento temblando a través de su ropa empapada como llegaron los otros cazadores, seguida poco después por las mujeres. Loely
apartó la cabeza de las mujeres
mientras le daban miradas curiosas mientras se acurrucaron en su lugar habitual. Ella no quería que la vieran con ojos hinchados de llorar.  Otro escalofrío destrozó su cuerpo.  La jungla se sintió así se estaba poniendo más fresco de lo que había sido días antes.  Ya no sofocante, el
el aire tenía una cualidad fresca que la hacía absolutamente miserable en su ropa mojada.
Después de que la golpeó contra el suelo y se rió en su cara, la cara de cangrejo la levantó y la sentó en su campamento atándola a un árbol.  Sola como un perro!  Ella no tenia idea de
adonde se fue, pero ella estaba
muy contenta de verlo irse.  Loely  todavía no podía creer que pudiera entender lo que estaba diciendo.  Podría ¿todos entienden?  Y por qué
¿No respondieron?  Incluso si fuera para decir
"cállate, estúpido humano",  al menos di algo!  O tal vez ellos no podían hablar, Loely  frunció el ceño mientras abrazaba sus rodillas apretandose para el calor.  Recordando su abierta
boca cuando él le rugió, ella lo hizo Recordó haber visto una lengua.  Aunque, ella podía imaginar que sería
difícil de formar palabras si no tienes labios. Los árboles crujieron a su lado. Con su pulso acelerado, Loely se inclinó hacia atrás hasta la cuerda, atada a su cuello.  Casi gritó cuando
la figura atravesó la espesura
maraña de extremidades y  bajó
su aliento cuando reconoció al
cazador de piel de cocodrilo. ¡Estúpido! Cuando la dejó allí ella se negó a míralo. Su gran caja de suministros de metal negro. El cazador estaba ahora en su campamento. como ella.
Lo miró, llevando una especie de
criatura sin piel no identificada sobre su hombro, ella pudo ver que estaba  parcialmente desnudo.  Dejando solo
su red en su cuerpo entero, brazaletes de metal en sus
antebrazos y cinturón de metal.  Su casco, grebas y placa de pecho se habían casi desecho.  La criatura era enorme. Con profundos abdominales tallados, brazos grandes y abultados muslos gruesos y poderosos, todos envueltos en piel de cocodrilo.  Era como si dos enormes luchadores tuvieran un bebé que bebía
jugo mutante, y luego ese bebé tuvo otro bebé con un monstruo cangrejo repugnante.
A pesar de todo eso, ella no pudo quedar curiosa. Poniendo la pesada y carnosa matanza encima del cofre de suministros de metal negro, el cazador se arrodilló junto a él y comenzó a tallar.  Loely sintió su estornudo acercándose pero no pudo detenerlo. El estornudo sacudió todo su cuerpo con su fuerza.
Las rastas se agitaron mientras se giraba y la miró por encima del hombro. Ella no podía estar segura pero quería creo que pudo haberse sorprendido. Los super-monstruos cangrejo no estornudan?  Ella estaba a punto de decir algo frívolo, cuando otro estornudo la atormento su cuerpo.  Cubriéndose la boca, exhaló parpadeando un par de veces esperando ver si iba a estornudar de nuevo.
Dejando escapar un gruñido profundo, el cazador tomó el largo cuchillo mortal que era usando para cortar la carne y apuñalar a la bestia muerta.  Sacando algo en forma de disco grande de metal en el que hizo clic.  Como una antena parabólica abriéndose y expandiéndose, sentó el cuenco  en el suelo y presionó otro botón a lo largo de su costado.
Inmediatamente el fuego se disparó desde el centro del cuenco.  Era un portátil pozo de fuego, Loely se dio cuenta con
emoción.  Acercándo la llama de fuego, Loely extendió sus manos para calentarse.  Gruñendo otro clic sonó, el cazador se volvió y
Continuó tallando. Cortando la carne en manejables pedazos, la dejó hacerse cargo de cocinar sus propias porciones mientras procedía a comer crudo.  A Loely se le revolvió el estómago un poco a la vista y los sonidos de él comiendo carne cruda.  A su porción de carne, ensartó palos así como anticuchos.   comió en silencio.  Sobre al otro lado del claro,  las mujeres acurrucadas se les dio su propia agua y carne como la última vez.  La alarma corrió por las venas de Loely, cuando se dio cuenta de que no veía la dulce  cara de Fiona entre las mujeres.  Tirante contra el collar atado en su cuello,
Loely trató de mirar hacia la fila de cazadores en sus campamentos.  El alivio inundó a través de ella, cuando vio a la rana- cazador desollado al otro lado del campamento entregando a Fiona dos frutos rojos.
¡¿Había una opción de frutas ?!  Loely  miró con nostalgia la fruta en la mano de Fiona  mientras tomaba un bocado vacilante.
La precaución se alejó de los ojos de la niña y por primera vez desde que fueron allí Fiona sonrió.  Mirando hacia el cazador verde, ella sonrió brillantemente mientras dijo gracias.  El cazador verde se paró bruscamente, antes de girar sobre sus talones y alejarse.
Comiendo lo último de su carne ensartada, Loely vio al cazador de su lado salir también.
Cansada, Loely se deslizó
alrededor incómodamente en el suelo, tratando de encontrar la mejor posición para dormir con la correa, sin estar lejos de su pozo de fuego maravillosamente cálido. Acostada torpemente, podía solo acercar sus piernas al fuego.  Cerrando los ojos, Loely traté de no pensar en lo que mañana esperaba.

A la mañana

Jadeando por aire, Loely se sentó derecha. El sueño fue horrible.  Ella estaba de vuelta en ese acantilado, sola, mientras se enfrentaba a ambas
de esas cosas de perros cayendo a toda velocidad sobre ella, pero nadie estaba allí para salvarla en su sueño.  Recordando las imágenes, Loely se estremeció, se sentía tan real.

Respirando profundamente unas cuantas veces, dejó que sus sentidos se aclimaten por un momento.
Sintiendo su cuello, se dio cuenta que en algún momento se había desatado. Mirar alrededor era inquietantemente silencioso.
El estrado todavía sostenía los cuatro esculturales guardias vigilando a todos.  Todos los fuegos habían sido apagados, dejando el campamento de los cazadores oscuro y silencioso. 
La noche estaba tan quieta y oscura para algunos razón por la que hizo que su corazón latiera incluso más.  ¿Qué tan lejos estaban exactamente de esas bestias? Dándose la vuelta en silencio, el corazón de Loely  saltó cuando vio a su cazador mirandola, verde brillante en la oscuridad.  Como nunca lo ha visto nunca, él se sentó con una rodilla levantada y la otra pierna
estirado apoyado contra un
tronco de arbol.  La miró en silencio. Esperando. Dio la vuelta por completo para que ella estuviera arrodillada frente a él, ella susurró.  "¿Estamos a salvo aquí de esas ... esas cosas ? "
Silenciosamente, continuó mirando, como a juzgar si quería responderle o no. El antebrazo que estaba recostado casualmente sobre su rodilla levantada, flexionada.  A lo largo de una hoja doble salió disparada de su brazalete, doblando la longitud de su brazo en hojas dentadas gemelas.  Esa era su respuesta.
Asintiendo, admitió que eso la hizo dentirse un poco mejor.  Mirándola de rodillas, picoteó nerviosamente una cuerda en su ropa sucia antes de mirar atrás de él.
"No me vas a dejar morir, ¿verdad?" ella apenas podía ahogar su susurró. Él no dijo nada.  Ella desesperadamente se acercó más, mirandolo directamente en sus brillosos ojos nocturno. 
"Me necesitas viva, ¿verdad?
no quiero morir ... ". Las lágrimas rodaron por sus mejillas, no pudo terminar.  Ella no quería morir
horriblemente en sus terribles juegos.  Y si fuera así, ella quería un rápido e indolora muerte.
El profundo gruñido resonante vibró en su cuerpo.  El gruñido casi sonaba como un no.  O era sólo ilusiones.  A ella no le importaba, ella se iba a aferrar a esa esperanza aún  si era falso o no.  Limpiando sus lágrimas de su rostro, Loely se deslizó hacia adelante y se acostó a lo largo de la longitud de su pierna extendida.
"Estoy durmiendo a tu lado y esa
cuchilla, no intentes
detenerme ", dijo murmurando, y rezando para que no
intentará detenerla. Afortunadamente no la hizo mover o gruñó ante sus acciones.
Acurrucándose sobre su red verde de su muslo, Loely cerró los ojos.

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