EL DÍA QUE ME QUIERAS

13. - LOS TRES JINETES...

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13.- LOS TRES JINETES...

El carruaje corría a toda velocidad, colagusano estaba pegando con el látigo a los caballos para que dieron el 1000%, no debían perder mucho tiempo. Su oportunidad de escapar estaba en el límite. Si lograban los guardias reales darse cuenta de donde habían ido, tendrían solo horas de ventaja. Faltaba muy poco para llegar.

Draco despertó debido al vaivén del coche, noto sus manos atadas a algo, se levantó confundido ¿Dónde estaba? Sentía dolor en su cabeza y espalda, y también la sangre seca de su rostro.

-Bienvenido Draco – Dijo burlón Voldemort al ver que el rubio trataba de incorporarse y luego volvía a caer al asiento desorientado - Trata de no moverte tanto, vamos a gran velocidad y esta cosa se mueve mucho – Esa maldita tranquilidad y confianza que poseía Tom ponía de los pelos de punta al ojigris.

- ¿Dónde estamos? - Dijo Malfoy, cuando por fin logro estabilizarse un poco, sus manos estaban atadas fuertemente, el roce le escocia la fina piel.

-Vamos camino a los puertos – Tom lo miraba fríamente, pero hablaba tranquilo, sabía muy bien que el rubio estaba en su poder y así como estaba no tenía ninguna posibilidad de huir. Lo tenía en sus manos, como le gustaba tanto.

-¿Los puertos?

-Sí, los puertos, ahí nos espera una embarcación que nos sacara de aquí – Draco hizo una mueca de angustia, pensando en su pequeño hijo ¿Estaría bien? ¿Los tres habrían logrado escapar? Miro el paisaje por la ventana tristemente, sin lugar a dudas este era el adiós definitivo a todo lo que conocía – No pongas esa cara Draco, estaremos juntos ¿Eso no te parece genial? – La carcajada del Márquez al decir lo último retumbo en el coche ¿Qué si le parecía genial? ¡Por supuesto que no! Odiaba a ese hombre, pero su miedo era mayor. Voldemort había logrado que el perdiera cualquier tipo de voluntad, esperaba que su hijo estuviera a salvo, mientras que él se consumiría por completo - ¿A que no sabes quién está detrás de esto?

-James Evans – Dijo más para sí que nada el rubio.

-Si, en parte – Voldemort se acercó a él y se sentó a su lado, tomándole el rostro con sus frías manos, el rubio trato de voltear la cara pero la posición en la que estaba no se podía mover mucho – ¿No se te ocurre ningún nombre más?

-¿Neville?

-Si también, pero hay otro nombre, vamos piensa rápido precioso – ¿A qué estúpido juego estaba jugando Tom? Eso fue lo que pensó Draco y enarco sus cejas, dando entender que no entendía nada de nada de lo que hablaba el mayor – Alguien de tu pasado a vuelto – La mirada afilada de Voldemort se oscureció más y sus manos se apretaron más fuerte en la cara del rubio – Al perecer mi trampa duro muy poco y se dio cuenta de su grave error, pero debo decir que jamás me imagine que volvería tan rápido y con un buen plan, me descuide, y ahora estoy pagando por eso. Pero yo siempre gano y aún tengo la ventaja sobre él ¡Vamos Draco! Dime su nombre, dímelo, sé que te encantara volver a verlo – La mirada de asombró de Malfoy lo decía todo ¿Podría ser? ¿Acaso podría ser lo que él estaba pensando? – Te la hare más fácil ¿Cómo se llama el padre tu bastardo?