Promesas vacías

Luisa y yo

Capítulo 14
Alex

Carraspeo para que se me note y paren de darse besos y mimos, demasiado azúcar.

Me ignoran olímpicamente y siguen con lo suyo, vaya sujeta velas que soy, y no de una pareja si no de dos, enciendo mi móvil para meterme al Candy Crush, voy por el nivel 180, no es por echarme rosas pero soy muy buena.

—Me voy.—Sara por fin se despega de Clara y me da una sonrisa, Dara se despide con la mano como Adam.

Salgo del bar y me monto en el coche, ahora que lo pienso no tengo más amigas, bueno aparte de los Hashton, y los de allí dentro.

Conduzco sin rumbo alguno y termino en un lago, no hay nadie ¿lo hago? Seh...

Aparco y bajo, vuelvo a echar una mirada y me empiezo a quitar la ropa quedando desnuda.

—Venga Alex sin pensarlo mucho.—digo en voz alta para darme ánimos.

Corriendo me meto en el y el agua fría me cala los huesos, respiro varias veces y empiezo a flotar mientras miro las estrellas y la luna, están preciosas esta noche.

Me vuelvo a sumergir y me quedo debajo del agua un rato hasta que me queman los pulmones por falta de aire.

Salgo sin prisa alguna y me pongo solo la ropa interior y me meto en el coche, pongo la calefacción y tiro el asiento hacia atrás, me encantan estos momentos.

Hay veces en la que la soledad te hace sentir más acompanyada que estar rodeadas de personas.

Siento mis ojos pesados y no lucho por mantenerlos abiertos.

Solo serán cinco minutos....

(...)

Gruño molesta y me remuevo intentando encontrar el teléfono que no para de sonar.

Llamada

—¿Si?

—¿¡Donde coño estás y porque no nos coges el teléfono!?.—alejo el teléfono de mi oreja por el chillido de Dara.

—Tranquilas estoy bien, ahora iré ¿vale?

—La próxima llama al menos, se te está haciendo costumbre carajo, pero igual que sepas que no llegas a tu primera clase.

Mierda la uni.

Me despido y cuelgo para empezar a ponerme la ropa y busco chicles de menta.

Cojo uno y arranco para dirigirme a casa.

—¡¿Eres imbécil?!.—grito a el coche que casi choca conmigo por no poner el intermitente.

El simplemente me saca el dedo y acelera.

Aparco y bajo corriendo para cambiarme, no me da tiempo a ducharme a si que me hago un moño rápido, me pongo una sudadera y un chandal a juego, vuelvo a ponerme las bambas y vuelvo a bajar.

Arranco para ir a la uni.

(...)

—¿Todo eso te vas a comer?.—pregunta la pelirroja que a traído Marck, este chico solo sabe traer puras tóxicas.

Levanto mi mirada y le doy una sonrisa falsa e intento ser amable.

—¿Algún problema corazón?.—le pregunto.

—Es que vas a engordar más...—dice mirandome de arriba a bajo.

Cruzo mi mirada con Sara y dara y me aguanto las ganas de soltar una carcajada.