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🥀La recta final se hacía presente y con ello el caserío del señor X se hacia cada vez más expedito, por lo tanto, aquí estaban, en el último gran socio que sin duda alguna sabía el paradero de la rata a la que tanto estaban buscando.
- vas a morir hijo de puta y seré yo quien se encargue, dime donde mierda está tu jefe - sus ojos lo miraron con rabia, estaba arrodillado, implorando por su vida, sus ojos cerrados fuertemente hacían a Baekhyun reír, la gente le tenía tanto miedo a un arma, un pedazo de metal letal.
- respóndele jodida mierda - Chanyeol le tomó el pelo de la nuca desde atrás haciendo que el gordo hombre le mirara a su pequeño.
- está en la casa de campo, fuera de seúl - él les dijo, Minseok quien escuchaba toso lo que él hombre estaba diciendo, localizó la casa.
‐ bien - Baekhyun le apuntó con su arma y le disparó sin esperar nada, si decía mentiras ese sería su castigo y si decía la verdad esa era su recompensa, morir sin ser torturado, se dio media vuelta y abandonó la habitación dejando a Chanyeol ensangrentado pero siguiéndole el paso.
- ¿a dónde nos dirigimos? - Kai habló mientras encendía el automóvil una vez que ambos estaban dentro del vehículo.
- gangwon, chicos - todos sintieron por el molar la voz de Minseok y el característico sonido de las teclas siendo apretadas rápidamente.
El silencio reinó en el automóvil, solo por la compañía del otro, Chanyeol no quería perturbar el ambiente y Baekhyun no quería verse débil ante JongIn, una mierda.
Bajaron rápidamente una vez que JongIn apretó el freno de mano, sus armas en sus brazos, Chanyeol afianzó el arma en su hombro otra poder tener precisión, iban a acabar con esto de una maldita vez, iba a ver a su padre a la cara nuevamente, sus ojos se acuaron solo por el sentimiento de pérdida, un poco irónico porque a su padre lo había perdido hace bastante tiempo, sintió el cuerpo de Baek a su lado dándole fuerza, necesitando la fuerza que tan solo la presencia de Byun le otorgaba.
- no te separes de mi - Baek habló decidido.
- no me perderás - le dijo, intentando tranquilizarlo, porque sí, lo conocía más que a sí mismo, lo amaba mas que a sí mismo y aquello le dañaba profundamente.
Entraron en la morada, era de noche y hacia un frío que calaba los huesos, las manos rojas brillantes por el clima, sus narices rojas. Kai pateó la puerta haciendo un estruendo, y los primeros tiros llegaron avisando que habían llegado, ninguno salió ileso, pasaron sus pies entremedio de los cuerpos caídos, tensos, estaban rígidos, concentrados en matar amenazas.
- BAJA HIJO DE PUTA, QUE YA ESTOY AQUÍ - Chanyeol gritó fuertemente mientras mantenía su posición y lágrimas bajaban por sus mejillas.
